POR ALEJANDRA BOERO, DIRECTORA
¿Qué es una producción argentina, hoy? La globalización llegó al teatro. Hay fusiones de productoras extranjeras y nacionales para montar grandes espectáculos. Frente a eso, quienes valoramos a los grandes autores sin reparar en su nacionalidad y los queremos llevar a escena con producción íntegramente local e independiente, nos enfrentamos a una competencia desigual. A veces, nuestros actores se van, para presentarse a los castings de megaproducciones, fascinados por condiciones técnicas y económicas propias del Primer Mundo. Frente a este nuevo fenómeno sólo tengo interrogantes: ¿Qué es una producción argentina? Una obra extranjera dirigida por extranjeros, aunque con actores locales, ¿puede reflejar nuestro modo de entender un gran texto universal? Un Shakespeare hecho en Buenos Aires jamás se parecerá a uno hecho por ingleses, y me parece que es bueno que sea así. La globalización tiende a anular identidades, a neutralizar diferencias. Pero está provocando reacciones igualmente extremas. Me pregunto si el nacionalismo exacerbado frente a un Mundial de fútbol o el fundamentalismo brutal no responderá a la necesidad de la gente de ser quien es. El teatro, donde el actor pone su intimidad, su visceralidad, también sufre esa despersonalización a manos de un concepto multinacional del espectáculo. Me pregunto cuál será el costo. Un costo que no se contabilizará en cifras, pero que puede llegar a ser enorme.
Fuente: Clarín
¿Qué es una producción argentina, hoy? La globalización llegó al teatro. Hay fusiones de productoras extranjeras y nacionales para montar grandes espectáculos. Frente a eso, quienes valoramos a los grandes autores sin reparar en su nacionalidad y los queremos llevar a escena con producción íntegramente local e independiente, nos enfrentamos a una competencia desigual. A veces, nuestros actores se van, para presentarse a los castings de megaproducciones, fascinados por condiciones técnicas y económicas propias del Primer Mundo. Frente a este nuevo fenómeno sólo tengo interrogantes: ¿Qué es una producción argentina? Una obra extranjera dirigida por extranjeros, aunque con actores locales, ¿puede reflejar nuestro modo de entender un gran texto universal? Un Shakespeare hecho en Buenos Aires jamás se parecerá a uno hecho por ingleses, y me parece que es bueno que sea así. La globalización tiende a anular identidades, a neutralizar diferencias. Pero está provocando reacciones igualmente extremas. Me pregunto si el nacionalismo exacerbado frente a un Mundial de fútbol o el fundamentalismo brutal no responderá a la necesidad de la gente de ser quien es. El teatro, donde el actor pone su intimidad, su visceralidad, también sufre esa despersonalización a manos de un concepto multinacional del espectáculo. Me pregunto cuál será el costo. Un costo que no se contabilizará en cifras, pero que puede llegar a ser enorme.
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