La gente se divierte en los asientos o es atrapada en la calle por la acción.
CAROLINA BRUNSTEI
Sobre la vereda, una cola de unas treinta personas espera para subirse a un colectivo. Muchos jóvenes, en pareja o en grupo, algunos matrimonios. Una rubia platinada, con una minifalda cortísima y un teléfono celular en la mano, protesta por la demora para empezar a acomodarse en el micro. Otra señora, de unos 60 años, con los labios y los ojos muy maquillados, se queja de los gritos de la rubia y se acerca al colectivo para ser la primera en subir.
La escena no parece muy inusual en el centro porteño, pero tiene una particularidad: es el comienzo de la obra Fango Negro, uno de los espectáculos de teatro callejero que se están realizando, todas las noches, como parte del Festival Internacional de Buenos Aires, que organiza el Gobierno de la Ciudad hasta el 12 de este mes y que reúne a grupos de teatro, danza, música y artes visuales de varios países.Fango Negro transcurre sobre un colectivo que recorre algunas calles porteñas. Actores y público comparten los asientos y el estrecho pasillo se convierte en escenario de situaciones dramáticas, cómicas, absurdas y trágicas, todo al mismo tiempo.
El paseo se interrumpe por momentos y la obra continúa en la calle y, durante un rato, en un cabaré muy particular.El micro no es diferente de cualquier colectivo de línea que circula por la ciudad, pero no tiene un número que lo identifique, sino una bandera colgada entre las puertas trasera y la delantera debajo de las ventanillas, con el título del espectáculo.La obra empieza a las 21, en la puerta del Teatro General San Martín, en Corrientes al 1500. Algunos se sorprenden al ver la cola que espera con ansiedad para subir al colectivo rojo y verde.Desde la puerta, el conductor, con una camisa de colores estridentes, anuncia la próxima partida del chárter: Vamos, hagan una cola derechita y empiecen a subir que el micro ya sale. Y enuncia lugares de destino inexistentes como Cata, Chola y Cascote.El público sube y ocupa los asientos, donde también se acomodan algunos de los actores. Antes de arrancar, ya empiezan a desarrollarse las escenas.
El reencuentro entre una profesora y un viejo alumno, un militar que sufre por una pena de amor y una rubia refinada que se queja por la música tan vulgar que el conductor escucha a todo volumen, son algunas de las situaciones que capturan la atención de los espectadores.Dentro del colectivo, la profesora Tovar recuerda las aventuras de su alumno Manuel, mientras el conductor -que no maneja sino que es el acompañante- lee en voz alta las noticias sangrientas de un diario sensacionalista.Afuera, en la vida real, el chofer de un camión recolector de basura mira con asombro el caos que parece reinar en el micro. Los actores se mueven por el estrecho pasillo y recurren a sus dotes de equilibristas para no caerse sobre los pasajeros en alguna frenada brusca (porque, a no olvidarse, es un colectivo).
Escándalo barrial. En una esquina de Palermo el coche se detiene para dar lugar a una escena en la calle: una corrida y una violenta discusión entre una prostituta y su marido engañado, que llama la atención de los vecinos y de quienes caminan por allí. Una viejita que pasea a su perro se ve repentinamente envuelta en la pelea, sin saber que se trata de un espectáculo. Ubicados otra vez en sus asientos, los espectadores se ríen y hacen comentarios como está bárbaro. Pero lo que llama la atención no es tanto el argumento de la obra sino la idea de invadir lugares y situaciones de la vida cotidiana porteña con escenas absurdas y hasta un crimen en plena calle. Ficción y realidad no dejan de confundirse y, por momentos, el público no tiene clara la línea que divide actores y espectadores.El Grupo Clan Destino Fango Negro está integrado por trece actores, que ensayaron durante más de dos meses para poder estrenar la obra en este Festival, según explicó el director, Norman Santana.Fango Negro termina una hora y cuarto después frente al Obelisco y sorprende, una vez más, a los porteños y turistas que pasean por el Centro un viernes a la noche. El colectivo no tiene capacidad para un gran público, pero cualquier persona que circule por Buenos Aires puede convertirse, sin planearlo, en espectador de este teatro circulante.
Colectivo Fango Negro (05/10/1997)
Av. Corrientes 1530 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 15-4037-9092
Fuente: Clarín
No hay comentarios:
Publicar un comentario