Toni Servillo
Ahora actúa en Madrid, dentro del Festival de Otoño, con el Piccolo Teatro de Milán.
Trilogia della villeggiatura (Trilogía del veraneo) es el primer espectáculo que coproduce el Piccolo Teatro de Milán con una compañía italiana, en este caso con el Teatri Uniti. Se trata de una formación napolitana que este año se ha prodigado en Madrid, en el María Guerrero, con dos obras: Manca solo la domenica y Magic People Show. Uno de sus fundadores es Toni Servillo (Afragola, Nápoles, 1959), actor muy popular en Italia al que ahora hay ocasión de verlo actuar en directo en varias ciudades españolas con este Goldoni que él mismo ha adaptado y dirigido y que ha tenido un caluroso apoyo de crítica y público.
Dice Servillo que la ciudad de Nápoles es una gran “comedie”, por lo que es difícil para el oriundo sustraerse a este arte. él comenzó en este oficio a finales de los 70, cuando el teatro experimental estaba de moda y sufría las influencias del cine, la danza, las artes plásticas. “Luego, explica, en los 80, la generación de actores y directores a la que pertenezco ha unido tradición y modernidad. Ahora Italia vive un momento de renovación, protagonizado sobre todo por los actores, por encima de autores y directores”.
“Sobre todo, soy actor”. Mantiene su devoción por los clásicos, por Molière, Mariveaux y Goldoni, también por Pirandello y De Filippo, maestros cuya vida es también un modelo a seguir: “Me gustan los autores que también eran directores con compañía propia. Yo no escribo, me considero sobre todo un intérprete al que le interesa ir al fondo de los textos para hacerlos contemporáneos, para ponerlos en relación con el público. Hoy hay demasiados autores, pero pocos pueden presumir de ser clásicos”.
En Trilogía della villegiatura Servillo se empleó a fondo con la adaptación. Había que reunir en un solo espectáculo las tres piezas que Goldoni escribió en 1756 sobre una costumbre aristocrática que la burguesía del XVIII comenzó a imitar : trasladarse con una comitiva de amigos, parásitos y criados a sus villas de veraneo. Costumbre costosísima, de largos días de juegos y grandes banquetes, que arruinó a muchas familias. Fino observador de la sociedad de su tiempo, Goldoni relata en la primera obra, Le smanie della villeggiatura, los preparativos del veraneo y la rivalidad social; en La aventura della villeggiatura, la segunda, las pasiones amorosas que se desatan por el relajo de las costumbres; y el triste retorno a casa que es también un retorno al orden social en la última, Il ritorno della villegiatura.
A diferencia de la melancólica adaptación que Strehler hizo de esta obra, Servillo señala que la suya es más amarga: “Goldoni muestra cómo la burguesía, cuando llega al poder, repite los mismos vicios que la aristocracia a la que ha sustituido. El texto retrata los defectos de la clase poderosa, una clase que no tiene la capacidad de mirar al pasado, ni tiene un proyecto para el porvenir. Su obsesión es el presente, la felicidad inmediata, como ocurre ahora”. Y recuerda que el final para aquella clase no fue muy halagöeño: “Si nuestra burguesía sigue viviendo entre la corrupción puede acabar muy mal”. Desde su faceta como intérprete, Servillo añade que para los actores el texto “nos permite hablar en una lengua extraordinaria, lo mismo que cuando un músico interpreta una gran partitura”.
La gran gira internacional, de esta producción ha obligado a Servillo a intensificar su labor teatral, pero este año ha rodado cuatro películas: “Un balcón sobre el mar, de la francesa Nicole García; la coproducción italo-alemana Una vida tranquila, una película sobre la ciudad de Nápoles y el último filme de Mario Martone”. Trilogía della villegiatura se ha programado en Madrid (del 25 al 29 de noviembre), Bilbao (2 de diciembre), Santander (4), Pamplona (9) y Gerona (14).
Toni Servillo. Foto: Marco Caselli
Ahora actúa en Madrid, dentro del Festival de Otoño, con el Piccolo Teatro de Milán.
Trilogia della villeggiatura (Trilogía del veraneo) es el primer espectáculo que coproduce el Piccolo Teatro de Milán con una compañía italiana, en este caso con el Teatri Uniti. Se trata de una formación napolitana que este año se ha prodigado en Madrid, en el María Guerrero, con dos obras: Manca solo la domenica y Magic People Show. Uno de sus fundadores es Toni Servillo (Afragola, Nápoles, 1959), actor muy popular en Italia al que ahora hay ocasión de verlo actuar en directo en varias ciudades españolas con este Goldoni que él mismo ha adaptado y dirigido y que ha tenido un caluroso apoyo de crítica y público.
Dice Servillo que la ciudad de Nápoles es una gran “comedie”, por lo que es difícil para el oriundo sustraerse a este arte. él comenzó en este oficio a finales de los 70, cuando el teatro experimental estaba de moda y sufría las influencias del cine, la danza, las artes plásticas. “Luego, explica, en los 80, la generación de actores y directores a la que pertenezco ha unido tradición y modernidad. Ahora Italia vive un momento de renovación, protagonizado sobre todo por los actores, por encima de autores y directores”.
“Sobre todo, soy actor”. Mantiene su devoción por los clásicos, por Molière, Mariveaux y Goldoni, también por Pirandello y De Filippo, maestros cuya vida es también un modelo a seguir: “Me gustan los autores que también eran directores con compañía propia. Yo no escribo, me considero sobre todo un intérprete al que le interesa ir al fondo de los textos para hacerlos contemporáneos, para ponerlos en relación con el público. Hoy hay demasiados autores, pero pocos pueden presumir de ser clásicos”.
En Trilogía della villegiatura Servillo se empleó a fondo con la adaptación. Había que reunir en un solo espectáculo las tres piezas que Goldoni escribió en 1756 sobre una costumbre aristocrática que la burguesía del XVIII comenzó a imitar : trasladarse con una comitiva de amigos, parásitos y criados a sus villas de veraneo. Costumbre costosísima, de largos días de juegos y grandes banquetes, que arruinó a muchas familias. Fino observador de la sociedad de su tiempo, Goldoni relata en la primera obra, Le smanie della villeggiatura, los preparativos del veraneo y la rivalidad social; en La aventura della villeggiatura, la segunda, las pasiones amorosas que se desatan por el relajo de las costumbres; y el triste retorno a casa que es también un retorno al orden social en la última, Il ritorno della villegiatura.
A diferencia de la melancólica adaptación que Strehler hizo de esta obra, Servillo señala que la suya es más amarga: “Goldoni muestra cómo la burguesía, cuando llega al poder, repite los mismos vicios que la aristocracia a la que ha sustituido. El texto retrata los defectos de la clase poderosa, una clase que no tiene la capacidad de mirar al pasado, ni tiene un proyecto para el porvenir. Su obsesión es el presente, la felicidad inmediata, como ocurre ahora”. Y recuerda que el final para aquella clase no fue muy halagöeño: “Si nuestra burguesía sigue viviendo entre la corrupción puede acabar muy mal”. Desde su faceta como intérprete, Servillo añade que para los actores el texto “nos permite hablar en una lengua extraordinaria, lo mismo que cuando un músico interpreta una gran partitura”.
La gran gira internacional, de esta producción ha obligado a Servillo a intensificar su labor teatral, pero este año ha rodado cuatro películas: “Un balcón sobre el mar, de la francesa Nicole García; la coproducción italo-alemana Una vida tranquila, una película sobre la ciudad de Nápoles y el último filme de Mario Martone”. Trilogía della villegiatura se ha programado en Madrid (del 25 al 29 de noviembre), Bilbao (2 de diciembre), Santander (4), Pamplona (9) y Gerona (14).
Toni Servillo. Foto: Marco Caselli
Liz PERALES
Fuente: El Cultural
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