La Universidad Nacional de La Plata (UNLP) cuenta con un gran número de edificios anteriores a 1930 de gran valor histórico y arquitectónico. La mayoría son edificios fundacionales, ya que se construyen en el momento de la creación de la casa de altos estudios en 1905.
Por Guillermo Nizan (*)
Especial para Hoy
Algunos conforman el plan del Colegio Nacional Modelo, desarrollado por Joaquín V. González, y el resto es heredado de la vieja Universidad Provincial, como el edificio de Presidencia, el Museo, el Observatorio, Santa Catalina y las facultades de Agronomía y Veterinaria. Estos conjuntos no sólo enriquecen el patrimonio edilicio propio, sino que también son de gran significancia para toda la ciudad, ya que, sumado a su valor patrimonial, representan un símbolo de identidad para los que de un modo u otro forman parte de su historia.
En el tiempo transcurrido, la Universidad fue creciendo en forma continua tanto en lo académico como en el campo de la investigación y en los trabajos de extensión, complejizando su funcionamiento y requiriendo cada vez más espacio. Esto incidió en los edificios que debieron adaptar su estructura a nuevas necesidades, a veces con resultados muy negativos. A esto hay que sumarle que, con los años, todas las construcciones fueron sufriendo desgaste, envejecimiento de materiales y alteraciones arquitectónicas, provocando un deterioro general que sólo puede controlarse realizando un mantenimiento riguroso y constante de las mismas.
Si bien es permanente el esfuerzo por mantener las edificaciones en buenas condiciones, el escaso presupuesto con el que cuentan no es suficiente para desarrollar esta tarea. Es de esperar que esta situación pueda revertirse, para evitar un deterioro aún mayor de todo este conjunto edilicio, que, de no suceder, podría perjudicar de modo irrecuperable el invaluable patrimonio histórico y cultural que representa para nuestra “Ciudad Universitaria”.
El edificio donde actualmente funciona el Rectorado de la UNLP (7 entre 47 y 48) fue construido en 1883 con la finalidad de ser utilizado por el Banco Hipotecario Provincial. El proyecto, con una superficie de 3.738 m2, fue diseñado por los arquitectos Juan Buschiazzo y Luis Viglione.
La sede de la Presidencia de la UNLP albergó distintos usos hasta la cesión definitiva a la Nación en el año 1905, cuando Joaquín V. González fundó la Universidad Nacional de La Plata.
De estilo neoacademicista, lo conforman dos plantas que se desarrollan en torno a dos patios interiores de distinta jerarquía. El proyecto original ha sido modificado por la construcción de entrepisos y locales en el patio posterior.
Si bien carga con adiciones y modificaciones arquitectónicas no siempre respetuosas de su calidad edilicia, aún mantiene su identidad original, ya que la mayoría de las mismas no se manifiestan hacia el exterior. En los años ‘70 se construyó en sus jardines el Edificio de Tres Facultades, cuya propuesta incluía la demolición del histórico edificio, lo cual no se concretó. Su coexistencia condena al Rectorado a una situación urbana opresiva y de difícil convivencia.
(*) Prosecretario de Planeamiento de la UNLP
El lazo fundacional
Por Gustavo Azpiazu (*)
Especial para Hoy
Celebrar el aniversario de la ciudad y recordar su historia es también pensar en su Universidad Nacional. Desde su génesis, un lazo común unió a ambas definitivamente.
Quienes fundaron la ciudad capital tuvieron una perspectiva de desarrollo que incorporaba el conocimiento científico y académico como un valor intrínseco del proyecto de país. Y quienes plantaron las bases de una universidad pública asociaron ese concepto al de la ciudad moderna que recién daba sus primeros pasos.
A partir de ese lazo fundacional, La Plata y su universidad caminaron juntos más de 100 años de trayectoria para buscar un lugar de prestigio en el país y en el mundo. La Plata está considerada hoy -por su diseño urbano, su legado cultural y su patrimonio arquitectónico- como una de las metrópolis más importantes de Latinoamérica.
La Universidad Nacional de La Plata, fundada en 1905 por el doctor Joaquín Víctor González, surge de la confluencia de dos conceptos fundamentales. Por una parte, la interpretación tradicional del término “Universidad” como ámbito natural del saber. Por otra, la idea actualizada del conocimiento científico de base experimental, social y artístico en sus distintas expresiones.
Con más de un siglo de trayectoria, sigue siendo pionera en estudios y desarrollos culturales, artísticos y científicos de avanzada. Esto le ha proporcionado el prestigio que la sitúa entre las principales del país, del continente americano y del mundo. La docencia, la investigación y la extensión configuran los pilares básicos de esta Universidad.
Hoy, la Universidad participa activamente en la creación de ideas y praxis que permitan una mejora en la calidad de vida de sus habitantes. Planes estratégicos de expansión, debates a través de cátedras libres, intervención en proyectos de gestión del Municipio forman parte de algunos de esos aportes que la UNLP brinda con orgullo hacia su ciudad.
Mirada en perspectiva, y a 127 años de su fundación, cuando la ciudad y su pueblo han logrado avanzar y superar difíciles obstáculos para preservar ese prestigio inalterable, mantienen plena vigencia aquellos claros preceptos del fundador de la UNLP: “Los únicos derrotados en este mundo son los que no creen en nada, los que no conciben un ideal, los que no ven más camino que el de su casa y se desesperan y reniegan de sí mismos”.
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