Para Lorenzo Quinteros es un gran desafío meterse en el personaje de Sade, una criatura que en la obra casi, podría decirse, trabaja sola. Tiene extensos parlamentos y no sigue los diálogos entre los personajes. Solamente expresa su pensamiento. Y desde que arranca la obra ese pensamiento inquieta al actor. "Cuando habla de la relación que se puede establecer entre lo humano y la naturaleza, por ejemplo, me parece magnífico. El dice que lo humano está construido, de alguna manera, a partir de prejuicios, miedos, fisuras; que la persona es alguien que está quebrada. En cambio la naturaleza está siempre como impávida y nos va a dejar pasar hasta a los seres humanos. Si pasaron los dinosaurios porqué no vamos a pasar nosotros. Es un pensamiento muy cruel, pero que provoca muy profundas reflexiones".
"La discusión entre estos hombres -agrega el intérprete de esta obra que se estrenará a fines de mayo- es cierto que no expresa la realidad actual, pero sí algo que ha quedado flotando en el pensamiento de la humanidad y que proviene del intento de cambiar el mundo en los 70 y que, nos ha dejado donde estamos".
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