El director estrena el sábado próximo su nueva obra, "Playa bonita", en el Teatro La Comedia. Dice que de los chicos se aprende y que ellos valoran la síntesis. En el escenario, un bañista con traje antiguo tararea una canción. En la platea Hugo Midón repasa los últimos detalles de su nueva obra, Playa bonita, que estrena el próximo sábado en el Teatro la Comedia, y lleva música de Carlos Gianni.
"Es una obra que surgió de mis últimas idas a Brasil -confiesa-, un enamoramiento de la playa como lugar de observación de situaciones, te cruzás con gente y escuchás un pedacito de una conversación y seguís, entonces te empezás a imaginar como terminaría esa conversación".
También le interesó el tema de la playa "porque es uno de los lugares que más o menos se conservan como cuando yo era chico -explica-, sigue vigente la palita, el balde, el rastrillo, uno de los lugares donde las cosas perduran más allá de todo".
La playa como lugar de contacto con la naturaleza, como lugar de libertad, opuesto a las ciudades llenas de miedo. "Yo veo a los chicos y a los padres llenos de miedo de andar por la calle, ya no miedo de que los chicos jueguen en la calle, sino de transitarla".
El hecho es que la suya será, sin dudas, una playa muy particular. Vendida a través de Internet, su "dueño" llega a tomar posesión y se encuentra con "cosas" que no estaban en la foto publicitaria: familias, chicos, vendedores. Indignado, comienza a hacer una especie de inventario, a contar los peces y nota que le faltan tres peces y arma un escándalo. Y como su novia es china y tiene conexión con la mafia china residente en Chapadmalal, los llama para que pongan orden...
"Los pibes me dicen '¡qué ideas locas se te ocurren!', pero esta no lo es -aclara-. Hay kilómetros y kilómetros de la Argentina comprado por fulano de tal. Siempre estoy atento a la realidad social y a las cosas que pasan, acá aparece también un poco eso".
Fuente: Clarín
"Es una obra que surgió de mis últimas idas a Brasil -confiesa-, un enamoramiento de la playa como lugar de observación de situaciones, te cruzás con gente y escuchás un pedacito de una conversación y seguís, entonces te empezás a imaginar como terminaría esa conversación".
También le interesó el tema de la playa "porque es uno de los lugares que más o menos se conservan como cuando yo era chico -explica-, sigue vigente la palita, el balde, el rastrillo, uno de los lugares donde las cosas perduran más allá de todo".
La playa como lugar de contacto con la naturaleza, como lugar de libertad, opuesto a las ciudades llenas de miedo. "Yo veo a los chicos y a los padres llenos de miedo de andar por la calle, ya no miedo de que los chicos jueguen en la calle, sino de transitarla".
El hecho es que la suya será, sin dudas, una playa muy particular. Vendida a través de Internet, su "dueño" llega a tomar posesión y se encuentra con "cosas" que no estaban en la foto publicitaria: familias, chicos, vendedores. Indignado, comienza a hacer una especie de inventario, a contar los peces y nota que le faltan tres peces y arma un escándalo. Y como su novia es china y tiene conexión con la mafia china residente en Chapadmalal, los llama para que pongan orden...
"Los pibes me dicen '¡qué ideas locas se te ocurren!', pero esta no lo es -aclara-. Hay kilómetros y kilómetros de la Argentina comprado por fulano de tal. Siempre estoy atento a la realidad social y a las cosas que pasan, acá aparece también un poco eso".
Fuente: Clarín
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