Por Clarisa Fernández | Desde la Redacción de APM
“La actividad teatral, por su contribución al afianzamiento de la cultura, será objeto de la promoción y apoyo del Estado nacional”. Artículo 1º de la Ley Nacional de Teatro.
El teatro independiente tiene características singulares que lo convierten en una actividad por demás atractiva. Sin embargo, esas mismas particularidades condicionan su existencia.
Abierto a todo público, las salas de teatro independiente suelen ser autogestionadas y sus miembros buscan por sus propios medios mantener esos espacios. Los que llevan adelante estos proyectos teatrales suelen tener otros trabajos aparte de la actividad de la sala. Es decir, esta actividad les demanda mucho esfuerzo y dedicación vocacional.
Ante este panorama poco prometedor para el presupuesto de las salas independientes, los subsidios y ayudas económicas desde los sectores oficiales son unas de las pocas formas que tienen estos artistas para llevar adelante un teatro abierto e inclusivo.
La Ley Provincial de Teatro Independiente en Buenos Aires, es una propuesta pensada desde hace varios años, pero que recién ahora está en vistas de ser puesta en marcha.
La idea de base que da origen a la ley, es la convicción de que es necesario proteger el “derecho a la cultura” de todos los ciudadanos. El teatro como actividad cultural que promueve la creatividad, con un contenido rico y complejo, debe ser un bien protegido y valorado como tal.
Partiendo de esta consigna, se propone la creación de un Consejo Provincial del Teatro, entidad que estaría destinada a la motivación y el apoyo económico de los grupos de teatro independiente. En estos momentos, el proyecto de Ley cumple los últimos pasos antes de ser enviado por la Gobernación de Buenos Aires a la Legislatura provincial.
César Palumbo es director de teatro, ocupó varios cargos en diversos organismos culturales relacionados con el teatro y lleva adelante la Casa Teatro “El Altillo del Sur”. En conversación con APM, explicó las bases y fundamentos de esta ley.
“La Ley Provincial de Teatro Independiente surgió a partir de una propuesta de la Federación de Teatristas independientes bonaerenses (FETIBO). Esta es una organización que nuclea a grupos y salas de teatro. Desde hace aproximadamente ocho años que viene luchando para que haya un apoyo desde el ámbito oficial a las actividades culturales, en este caso las teatrales”, afirmó Palumbo.
Otro de los aspectos que pone de relieve la Ley, tiene que ver con revalorizar las historias regionales y poder ayudar a la actividad de los autores que traten problemáticas locales. Al respecto Palumbo comentó que “hay teatros muy viejos que han sido en su momento sociedades de fomento o de socorro mutuo, que son un patrimonio riquísimo para la provincia. A veces los regentean grupos de teatristas y a veces las mismas asociaciones. También hay casos como el del Altillo que son pequeños emprendimientos”.
Es importante tener en cuenta que en la Provincia hay seiscientas salas y más de dos mil actores censados. Muchas de estas salas pertenecen a pequeñas localidades que no poseen las condiciones mínimas de infraestructura, como por ejemplo un acceso pavimentado o conexiones confiables de luz y gas.
En este sentido “el espíritu de la Ley es fomentar lo que ya está, apoyar todas las actividades de los teatros independientes, de los grupos, de los escritores, de todo tipo de espectáculo. Hablamos de bailarines y titiriteros, todo lo que involucra la palabra actor”, detalló César Palumbo.
Todo es cuestión de plata
Como todo proyecto que se quiere convertir en ley, es necesario pensar el aspecto económico que respaldará la propuesta. En el caso de la Ley Provincial de Teatro Independiente, la idea que se plantea es la utilización de fondos genuinos que no estén atados a vaivenes de tinte político o apoyo de mandatos incompletos.
“Los fondos propios que provendrían de Loterías, con un porcentaje del 0,04 por ciento, harían un piso de 5 millones”, explica Palumbo. De esta forma se mantendría cierta independencia económica, evitando la posibilidad de que haya cambios en los subsidios provocados por cuestiones políticas.
En este momento son pocos los organismos que brindan algún tipo de apoyo económico a la actividad teatral independiente. A nivel nacional, el Instituto Nacional de Teatro otorga subsidios a grupos y salas, becas de investigación y además produce algunas publicaciones.
En la Ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, después de varios años de lucha desde diversas instituciones (entre las cuáles además de las de teatro, se encuentran los centros culturales municipales), se logró la aprobación de una ordenanza –que todavía se está reglamentando- que reconoce la actividad y otorga un subsidio del 50 por ciento del sueldo mínimo de un empleado municipal. “Todos aquellos espacios culturales donde se hagan distintas actividades que tengan abierta la puerta a la comunidad y que estén habilitados por la municipalidad, tienen el equivalente de ese subsidio”, aclara Palumbo.
En el mismo sentido, entrevistado comentó a APM que en la ciudad de Buenos Aires existe algo similar, cuyo modelo tomaron como base los grupos de La Plata. Buenos Aires Proteatro es un instituto que depende del Gobierno de esa ciudad. “Ellos con una ordenanza sacaron una ley que tiene por finalidad especifica a los teatros y consiste en un subsidio para aquellos que garanticen una trayectoria determinada”.
“Los fondos propios que provendrían de Loterías, con un porcentaje del 0,04 por ciento, harían un piso de 5 millones”, explica Palumbo. De esta forma se mantendría cierta independencia económica, evitando la posibilidad de que haya cambios en los subsidios provocados por cuestiones políticas.
En este momento son pocos los organismos que brindan algún tipo de apoyo económico a la actividad teatral independiente. A nivel nacional, el Instituto Nacional de Teatro otorga subsidios a grupos y salas, becas de investigación y además produce algunas publicaciones.
En la Ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, después de varios años de lucha desde diversas instituciones (entre las cuáles además de las de teatro, se encuentran los centros culturales municipales), se logró la aprobación de una ordenanza –que todavía se está reglamentando- que reconoce la actividad y otorga un subsidio del 50 por ciento del sueldo mínimo de un empleado municipal. “Todos aquellos espacios culturales donde se hagan distintas actividades que tengan abierta la puerta a la comunidad y que estén habilitados por la municipalidad, tienen el equivalente de ese subsidio”, aclara Palumbo.
En el mismo sentido, entrevistado comentó a APM que en la ciudad de Buenos Aires existe algo similar, cuyo modelo tomaron como base los grupos de La Plata. Buenos Aires Proteatro es un instituto que depende del Gobierno de esa ciudad. “Ellos con una ordenanza sacaron una ley que tiene por finalidad especifica a los teatros y consiste en un subsidio para aquellos que garanticen una trayectoria determinada”.
“Muchos estudiantes, pocos espectadores”
El teatro independiente es una de esas actividades que cuesta sostener en pie no sólo porque es difícil el mantenimiento económico del espacio físico, sino también porque el tránsito de alumnos varía constantemente.
Ante el interrogante del estado actual del teatro independiente, César Palumbo destaca que el público que va al teatro queda reducido a gente que considera que se trata de una especie de artesanía y lo utiliza como una forma distinta de ver la realidad.
“El teatro independiente tiene cada vez más alumnos pero cada vez menos espectadores. Es un problema, porque se ha tomado mucho el teatro como una actividad más y mucha gente va a estudiar teatro pero después no va a ver teatro. Es como que entró una moda. No todo el mundo se interesa más sobre teatro que lo que ve en el momento, ni se nutre de otros espacios”, comenta Palumbo.
La idea entonces es poder realizar un intercambio cultural y económico con sectores oficiales para que esta actividad no sólo continúe sino también que genere nuevos espacios y propuestas. No olvidemos que el teatro, como cualquier actividad cultural, aporta a la creatividad, al conocimiento y, principalmente, al espíritu.
Fuente: prensamercosur
Ante el interrogante del estado actual del teatro independiente, César Palumbo destaca que el público que va al teatro queda reducido a gente que considera que se trata de una especie de artesanía y lo utiliza como una forma distinta de ver la realidad.
“El teatro independiente tiene cada vez más alumnos pero cada vez menos espectadores. Es un problema, porque se ha tomado mucho el teatro como una actividad más y mucha gente va a estudiar teatro pero después no va a ver teatro. Es como que entró una moda. No todo el mundo se interesa más sobre teatro que lo que ve en el momento, ni se nutre de otros espacios”, comenta Palumbo.
La idea entonces es poder realizar un intercambio cultural y económico con sectores oficiales para que esta actividad no sólo continúe sino también que genere nuevos espacios y propuestas. No olvidemos que el teatro, como cualquier actividad cultural, aporta a la creatividad, al conocimiento y, principalmente, al espíritu.
Fuente: prensamercosur
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