Mañana se estrena, en el Alvear, el retrato que hizo Bernardo Carey del polémico y carismático Natalio Botana, fundador del viejo diario Crítica
Por Laura Ventura
De la Redacción de LA NACION
"Jueguen, diviértanse", les propone paternalmente José María Paolantonio a un numeroso grupo de actores que lo escucha sobre el escenario del teatro Presidente Alvear, una de las salas que integran el Complejo Teatral de Buenos Aires. Alejandro Awada, apartado del corro, tiene un brazo cruzado sobre su cintura y una mano sostiene su barbilla. Desde mañana encarnará en Titulares (la voz del pueblo) , de Bernardo Carey, a una criatura contradictoria, seductora y poderosa: Natalio Félix Botana, el fundador del diario Crítica y con éste, de un estilo de periodismo.
Paolantonio pone otra vez en marcha las rotativas y repite la única escena de color de la obra. Se sienta en una butaca de las últimas filas y la acción comienza. "En un bosque de la China" entona un grupo de sensuales y enardecidos intelectuales de la década del 30. Salvadora Medina Onrubia, la esposa de Botana, en la piel de Ana Yovino, conduce de la mano a su colega poetisa Blanca Luz Brum, interpretada por Mónica D´Agostino, y en esta fiesta de alcohol y excesos conviven Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Roberto Arlt y Oliverio Girondo.
Sin embargo, el único protagonista es Botana, "el creador de un imperio que pensó en pueblo", resume el director. "Este hombre, que incluso había participado en la Guerra Civil uruguaya, creó un diario casi amarillento que llegó a tirar 900.000 ejemplares. Encontró un nicho que no estaba explotado en la gente pobre. E incluso fue uno de los primeros en comenzar a hablar de holding , cuando planeaba extender su negocio a la radio", opina.
Botana condujo un diario sensacionalista que apoyó causas de izquierda, rechazó el nazismo, y abrazó a golpes de estado y a políticos conservadores, como a Agustín P. Justo, íntimo amigo del magnate, con quien habría planeado la caída de Hipólito Yrigoyen. Además, por sus columnas desfilaron algunos de los intelectuales y plumas más destacadas del país.
"La contemporaneidad de Botana no se puede dudar. En la Argentina actual hay hombres de medios como él, que tienen mucha cintura política, que se acomodan según el gobierno de turno", opina Paolantonio, quien destaca el excelente trabajo de Alvaro Abós, El tábano , la biografía de Botana, para entender las acciones de este hombre carismático y seductor.
En blanco y negroMecha Fernández esconde los hilos de la coreografía que dispuso y se cerciora de que los artistas transmitan con naturalidad aquella atmósfera festiva. Allí celebran Cutuli, Manuel Vicente, Carlos Da Silva, Pablo Razuk, Pablo Alvarenga, Pedro Ferraro, Nelson Rueda, Mariano Fernández, Naanim Timoyko, Rubén Ballester, Mónica Lerner y Juan Manuel Fernández, algunos de los 32 actores de esta pieza. Detrás de ellos se luce una réplica de 4x7 metros del mural que el artista Siqueiros creó a pedido de Botana en su quinta Villa Los Granados, de Don Torcuato.
Pero el tono cambia de modo abrupto. La tragedia merodea y Yovino, Dionisi y Awada interpretan una escena de hondo contenido dramático. "Cocho" Paolantonio simula con su voz el ruido de las olas del mar, mientras permanece el eco de los gritos desgarradores de la actriz. El director pide extender el efecto de sonido y bajar la cortina, mientras ella sigue llorando, abrazada a Dionisi. Así, se despide la única escena de color de esta pieza. El resto evoca la década del veinte, en la que aquel empresario uruguayo alentaba a la democracia, hasta su posterior desencanto y su complicidad con la década infame.
"Esta es una obra dura, una especie de policial de los años 40, muy a lo Raymond Chandler", define el director, que supervisa con Ernesto Diz la preeminencia de la luz blanca. "La estética del blanco y negro me apasiona y está vinculada a las películas alemanas de entreguerra. Además, no se puede negar la inspiración que ejerció en mí El ciudadano , de Orson Welles, como una cinta revolucionaria y por aquel protagonista: otro hombre sin escrúpulos que decidió el destino de un país", dice Paolantonio, el guionista de La Raulito, el director de la película El juguete rabioso , quien ha llevado a escena versiones de El burgués gentilhombre y Esperando la carroza , entre otras. "No podría haber hecho esta obra si no pensara cinematográficamente esta producción, y así se lo plantée a Kive Staiff [el director del Complejo]", dice mientras señala el escenario y desliza en aire su mano, como si sostuviera una cámara y ejecutara un travelling .
En los noventa, Paolantonio dirigió una empresa de producción de eventos. De aquella experiencia, el director obtuvo un diploma en la conducción de grupos numerosos y su interés por las propuestas con excelencia técnica. "Hoy ningún teatro comercial apuesta a una producción de estas dimensiones", lamenta.
Paolantonio reconoce dos dificultades que debió sortear en este proyecto. En primer lugar, los personajes tuvieron una existencia real y sus gestos, e incluso su registro de voz, son conocidos por los espectadores. En segundo lugar, "Botana genera hasta el día de hoy defensores y detractores. A lo largo de los siglos habrá hombres como él al frente de los medios, que logren llegar a una gran multitud y que influyan en la política y el futuro de un país, pero ninguno tan fascinante como él", concluye rotundo.
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