Tiene 19 y desde hace varios años la crítica especializada ya lo considera la promesa más importante del violín de nuestro país. Xavier Inchausti, proveniente de familia de artistas, conoció su apasionamiento por este instrumento a los ocho cuando, después de una corta experiencia con el piano, descubrió que era a través del violín con lo que mejor podía expresar su "mundo interior". Desde entonces, no ha parado. El joven fue designado especialmente por el maestro alemán Ernst Schelle para interpretar -hoy a las 20 en el Teatro Argentino- Suite "Baal Shem" para solo de violín y cuerdas de Ernst Bloch, en el marco del concierto que dará cierre al Curso de Interpretación Musical de Orquesta y Dirección de Orquesta en el que participará la Camerata Académica.
Ser un prodigio adolescente no es tarea sencilla. "Es un gran sacrificio. Cimentar una carrera como solista en un mercado en el que hay mucha competencia demanda mucho estudio y dedicación exclusiva", asegura Xavier, oriundo de Bahía Blancha, para quien "talento, esfuerzo, posibilidades y suerte" son condiciones que se tienen que dar para lograr la trascendencia.
Con una larga trayectoria que incluye a reconocidos maestros en su formación (Sergio Lazarev, Fernando Hasaj, Rafael Gíntoli), conciertos nacionales e internacionales (el año pasado, cuarenta) y participaciones en destacadas orquestas (Musikverein Pressbaum Orchester, por ejemplo), el joven, que desde los doce años rinde libre las materias escolares, se visualiza en el futuro tocando el violín. "Es lo que más disfruto", sostiene.
A punto de recibirse del secundario, Xavier relata cómo fue que descubrió su pasión por este instrumento: "Tuve una experiencia con el piano pero no me sentía muy identificado. Y me empecé a interesar en el violín y sentí que tenía otra intensidad. La obra para violín me llamó mucho la atención". Y nunca lo dejó.
Para él, el reconocimiento más grande es la convocatoria para presentarse en conciertos, algo a lo que está muy acostumbrado. Y el haber sido pedido especialmente por el maestro alemán Schelle, para interpretar como solista la obra de Bloch, lo llena de orgullo. Esta noche, a las 20, en la Sala Astor Piazzolla del Teatro Argentino, 51 entre 9 y 10, una buena oportunidad para conocer a una de las promesas más firmes de esta disciplina en el país.
Fuente: El Día
Ser un prodigio adolescente no es tarea sencilla. "Es un gran sacrificio. Cimentar una carrera como solista en un mercado en el que hay mucha competencia demanda mucho estudio y dedicación exclusiva", asegura Xavier, oriundo de Bahía Blancha, para quien "talento, esfuerzo, posibilidades y suerte" son condiciones que se tienen que dar para lograr la trascendencia.
Con una larga trayectoria que incluye a reconocidos maestros en su formación (Sergio Lazarev, Fernando Hasaj, Rafael Gíntoli), conciertos nacionales e internacionales (el año pasado, cuarenta) y participaciones en destacadas orquestas (Musikverein Pressbaum Orchester, por ejemplo), el joven, que desde los doce años rinde libre las materias escolares, se visualiza en el futuro tocando el violín. "Es lo que más disfruto", sostiene.
A punto de recibirse del secundario, Xavier relata cómo fue que descubrió su pasión por este instrumento: "Tuve una experiencia con el piano pero no me sentía muy identificado. Y me empecé a interesar en el violín y sentí que tenía otra intensidad. La obra para violín me llamó mucho la atención". Y nunca lo dejó.
Para él, el reconocimiento más grande es la convocatoria para presentarse en conciertos, algo a lo que está muy acostumbrado. Y el haber sido pedido especialmente por el maestro alemán Schelle, para interpretar como solista la obra de Bloch, lo llena de orgullo. Esta noche, a las 20, en la Sala Astor Piazzolla del Teatro Argentino, 51 entre 9 y 10, una buena oportunidad para conocer a una de las promesas más firmes de esta disciplina en el país.
Fuente: El Día
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