sábado, 29 de agosto de 2009

El oficio de tocar juntos

LUIS BRANDONI Y PATRICIO CONTRERAS

Hicieron, en televisión, un éxito notable, "Buscavidas". Y, en teatro, "Made in Lanús", que después llegó al cine con el título de "Made in Argentina". Llevaban 22 años sin trabajar juntos y ahora fueron convocados para protagonizar, dirigidos por Luis Romero, "El regreso del Tigre", una obra de Luis Agustoni. El elenco se completa con Florencia Raggi y la joven actriz Celeste Gérez. Aquí, los actores repasan los años de trabajo común y las ganas de repetir aquellos viejos logros.

Por: Laura Gentile

Compartieron giras, viajes, festivales y la posibilidad de pertenecer a dos gestas muy relacionadas a la primavera democrática del '83: el programa de televisión Buscavidas y la obra de teatro devenida película Made in Lanús. Sus nombres juntos son sinónimo de esa época donde todo parecía posible. Donde aún se confiaba en ciertas solidaridades como motor de cambio y no se preveía el nihilismo que comenzaría a reinar a partir de los '90.

Patricio Contreras y Luis Brandoni vuelven a trabajar juntos después de 22 años. Lo hacen en la obra El regreso del tigre, escrita por Luis Agustoni y dirigida por Luis Romero, que se estrena el miércoles de la semana que viene en el Complejo La Plaza.

Una obra que navega entre las aguas de la comedia y del drama y que transcurre en una casa cuyos habitantes son un escritor, Dimas (Brandoni), casado con una mujer menor que él, Luisa (Florencia Raggi), que tiene una hija nacida de un romance de juventud. Felices ellos tres, hasta que un día al padre abandónico se le ocurre volver a reclamar lo suyo, 16 años después. Es "El Tigre" un rockero viejo, bastante domesticado, que llega para descalibrarlo todo. Se crea entonces una crisis inevitable, una crisis que generará un nuevo orden.

Sentados en un café del complejo teatral, conversan con Clarín sobre este reencuentro.

¿Qué significa para ustedes volver a trabajar juntos?

Brandoni: Una gran satisfacción. En rigor de verdad trabajamos dos veces juntos, pero fueron dos veces que valieron la pena. Ya llevamos 22 años de haber terminado Buscavidas y la gente se sigue acordando. Y mientras lo hacíamos hicimos la segunda cosa que fue también inolvidable: Made in Lanús en el teatro y Made in Argentina en cine. Creo que esa obra y esa película fueron los únicos testimonios de la transición a la democracia. Y esto es mérito exclusivo de Nelly Fernández Tiscornia. Así que este reencuentro ha sido muy dichoso.

Contreras: Para mí, es igual. Parte de mi historia como actor y de mi inserción en la Argentina está muy ligada al trabajo que hicimos con Luis. Compartimos viajes, giras a Europa, a festivales de cine en Cuba y Canadá, una intensidad enorme. Volver a ese lugar es volver a un lugar muy gratificante. Un lugar de nuestras vidas y del país extraordinario. Con Buscavidas por primera vez dos personajes proletarios, dos descocupados, eran protagonistas en la televisión, dando cuenta de un drama social que empezaba a asomar, que ni siquiera sospechábamos que iba a llegar a los niveles que llegó. Ese programa tiene que ver con el regreso de la democracia, con la preocupación social y lo ideológico como motivaciones muy grandes en la actuación.

Brandoni: Quiero agregar una cosa que nunca dije. Tal vez fue producto de la casualidad, pero mientras Buscavidas estaba en el aire se produjo en la Argentina un episodio muy importante que fue el plebiscito para solucionar definitivamente el conflicto del Beagle. Y la ciudadanía argentina votó a favor del acuerdo. Alguien me comentó que en parte del sur del país había tenido alguna influencia este programa, donde un argentino y un chileno con sus más y sus menos convivían y bien.

Contreras: Además del mérito de ser un entretenimiento que resaltaba valores como la solidaridad y la hermandad, este programa fue el primer medio que registró una inmigración distinta, la de los países vecinos. Por razones políticas y económicas llegaron cerca de 800.000 chilenos a la Argentina en ese momento. Y estos dos personajes daban cuenta que la convivencia era posible.

Más de 20 años después, las pocas veces que esta inmigración aparece en televisión es como objeto de burla o asociada a la delincuencia en los programas pseudodocumentales.

Contreras: Creo que eso ocurre porque va ganando la parte mala de la historia. En los '90 campeó esta cosa del neoliberalismo que trajo consigo muchos males como el desempleo y la exclusión, lo que hace que al inmigrante se lo vea como un intruso. Y eso pasa en el mundo. Va ganando la destrucción de valores y un fin de la ideología entre comillas, porque en realidad hay una ideología que es la del exitismo y el individualismo, la no solidaridad y el desprecio por el diferente.

¿Ninguno pensó en enseñar?

Brandoni: Yo no.

Contreras: Yo tampoco. Sí disfruto de compartir lo que sé en charlas. No me olvido de lo importante que fueron para mí, siendo joven, aquellos profesionales que me dieron algo importante.

¿Cómo sentís que se acercan los jóvenes a la profesión hoy?, ¿hay cierta banalización?

Contreras: Yo llegué a la actuación por el teatro. Yo vi teatro y quise hacer eso a los 15 años. Después, la vida me llevó a la televisión y a hacer cine. Creo que hoy son otros los estímulos para los jóvenes que quieren ser actores: el éxito, la figuración. Es una sociedad hedonista donde la apariencia es muy importante.

¿Y esto lo ves más fuerte ahora que en tu época?

Contreras: Sí. Hace unos años, en los '90, escuché una declaración de Daniel Cohn Bendit, uno de los líderes del Mayo francés. Le preguntaban qué diferencia encontraba entre los jóvenes de los '60 y los de los '90. Y dijo que los jóvenes de los '60 querían cambiar el mundo, los jóvenes de los '90 quieren entrar en el mundo. Y yo creo que eso hace que el exitismo y la apariencia, el tener más que el ser, sea finalmente lo que campea hoy.

Después de 22 años de no trabajar juntos, ¿se encontraron muy cambiados o se notaron fieles a las ideas que sostenían entonces?

Brandoni: Jamás registramos que habían pasado tantos años: aunque hayan pasado, fatalmente.

Contreras: Usando el lenguaje musical de mi personaje El Tigre, yo diría que aparte de la admiración mutua, objetivamente, creo que juntos tocamos bien los dos.

Fuente: Clarín

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