domingo, 22 de marzo de 2009

Despuntar el vicio

ENTREVISTA A RUBENS CORREA

El director, que está al frente del Cervantes y que lleva 55 años ligado al hecho teatral, vuelve a montar. Eligió una historia intimista, "Una mañana sin sol".

Por:María Ana Rago

En agosto cumplirá dos años al frente del Teatro Nacional Cervantes. Para ese entonces, se vencerá su contrato y no sabe aún si le será renovado o no. "Hemos emprendido algunas tareas que me gustaría desarrollar más; actualmente estamos poniendo el acento en la organización interna del teatro", dice Rubens Correa. Desde que asumió el cargo -Claudio Gallardou es el vice-, no había vuelto a dirigir teatro. Una mañana sin sol, de Héctor Oliboni, es la obra con la que vuelve al ruedo. Correa cumplió 55 años con el teatro; empezó como actor y en el '68 comenzó a dirigir. Y necesita "despuntar el vicio".

Desde esta semana sube a escena en el Teatro del Pueblo Una mañana sin sol, "una obra chica, intimista", describe. La protagonizan Luis Campos y Andrea Juliá. "Los personajes me resultan muy queribles, son gente que conozco, de la que también he hablado de otras maneras. Pertenecen a la generación del '70. Yo soy de una generación anterior, pero con la del '70 conviví, fueron mis primeros alumnos y sabemos que tuvieron un momento en la historia muy especial. He hablado muchas veces de esa generación desde una mirada más política, ideológica. Pero este texto toma a los personajes como seres humanos y hace foco en qué les pasó después. Los mira en los '90", explica Rubens, sentado en su despacho del teatro Cervantes.

Una mañana sin sol habla de ellos, de su relación afectiva. "Ella estuvo enamorada de él, pero nunca pasó nada", anticipa el director. "Son seres que pensaron tanto en su amor a la humanidad, que muchas veces no tuvieron espacio para pensar en ellos mismos", reflexiona.

La pieza transcurre en un teatro independiente venido a menos. Son un director y una actriz, que se diferencian por sus personalidades. Se encuentran ensayando una obra, más precisamente La señorita Julia, de August Strindberg. "Este texto tiene alguna conexión con lo que ocurre en La señorita Julia, en cuanto a que ella trata de seducir", afirma.

Patricia, una actriz exitosa unos años antes, duerme su fracaso en medio del escenario, ayudada por el alcohol y las drogas. Walter, encargado de la sala y director de teatro, al encontrarla en ese estado descarga su furia y su impotencia. "Es muy tierna la obra. La puesta es realista, pero tiene algún toque de vuelo", expresa Correa, que manifiesta estar contento con el resultado al que arribaron.

"Hay una parte muy atractiva del trabajo en el Cervantes, que es pensar cuestiones referentes a un gran teatro, el único teatro nacional, pero me gusta siempre tener otros proyectos", dice. Por eso, Una mañana sin sol.

Fuente: Revista Ñ

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