sábado, 6 de febrero de 2010

El insólito y experimental circo de Johann Le Guillerm

Un momento del espectáculo 'Secret'. | Philippe Cibille

Hasta el 10 de febrero de 2010

Rafael Esteban | Madrid

La magia del circo ya no es lo que era. La ilusión del llamado circo contemporáneo desborda los caminos trazados por los antiguos artistas y entra en un mundo experimental cercano al de determinados artistas visuales. Eso es lo que ocurre con Johann Le Guillerm, el malabarista, equilibrista y 'domador' francés que presenta hasta el 10 de febrero 'Secret' en el Matadero de Madrid dentro del festival Escena Contemporánea.

El espectáculo es insólito hasta para los cánones del circo contemporáneo. Para empezar, la imagen de Le Guillerm no tiene parecido alguno con los coloristas payasos, los amables malabaristas o los increíbles acróbatas. Al contrario, el artista francés aparece en la carpa, una estructura que lleva consigo a todas partes, con pista circular de pequeñas dimensiones que hace que los espectadores, hasta un máximo de 400, estén casi encima de ella; con una estética de superviviente de Mad Max que impone. A ello ayuda unos zapatos especiales, de metal y enormemente puntiagudos que sólo él es capaz de andar en medio de inquietantes ruidos.

Luego comienza la primera parte, en la que un amenazador látigo de cuerda pide respeto. A los primeros que lo enseña es a sus 'animales', unas fieras de esteras que maneja con el chicote. Más adelante llega el turno de los 'caballos' y 'tigres', en realidad unos perolos de diferentes tamaños que hace girar por toda la pista metiéndose en él en alguno, para finalizar esta primera parte con una barra o pértiga de considerable largura que retuerce convirtiéndola en una 'serpiente' con la que juega alrededor de su cuerpo como si fuera uno de esos héroes mitológicos enfrentado a peligros terribles.

La segunda parte está dedicada a una suerte de objetos con los que Le Guillerm juega constantemente. Recuerdan mucho a los móviles de algunos artistas, aunque en este caso no son unas creaciones sólo para contemplar, sino que en este caso son los utensilios con los que el Premio Nacional de Circo en Francia de 1996 hace equilibrios y malabares. Así consigue que un caballo de madera de tamaño casi natural se mueva con sólo un soplido, que un Concorde de papel aterrice en sus manos o 'doma' una impresionante escultura hecha con tablones, construida sobre la marcha con sus manos y pies mientras se sirve de la única ayuda de una maroma, que poco a poco cambia de forma.

Con estos números, Le Guillerm busca "desestabilizar al espectador, crearle un cacao mental que le permita emocionarse" ante lo que ve. Para conseguirlo el artista cree que lo mejor es que se encuentre ante algo con unas pautas diferentes a las habituales. "Yo amo la confusión y la distorsión porque abren nuevos caminos por los que buscar experiencias distintas que parten de técnicas de circo tradicionales pero que van más allá del circo".

Como las que está teniendo con todo lo que rodea a 'Secret'. El espectáculo es en realidad una de las cuatro partes de un proyecto mayor llamado 'Attraction', que empezó en 2001. Desde entonces lleva trabajando con diferentes materiales que le conducirán a diferentes museos después de su visita a Madrid. Allí instalará algunas de sus esculturas, aunque después volverá con 'Secret' a la búsqueda por los caminos. Los de las carreteras y los interiores de cada uno, porque, como asegura, Le Guillerm, "la imaginación y el viaje son eternos".

Fuente: El Mundo

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