TEATRO - CRITICA
Por IRENE BIANCHI
"Catalina" (Juliana Alessandro) y su hermana "Mandarina" (Fernanda Alessandro) duermen, patas para arriba, en sendas camas dibujadas en la pared. "Elesonora" (Eleonora Artigas), su cajita de música, hace lo propio sobre la cómoda.Al despertarse, Mandarina se alegra de no haberse hecho pipí, mientras que su hermana se lamenta haber interrumpido un hermoso sueño que estaba teniendo, del cual le quedan vagos recuerdos.
Juntas, intentan recuperarlo, y hasta volverse a dormir de prepo para retomar el hilo. Pero Elesonora sentencia sabiamente que no se pueden forzar los sueños.
Las chicas tienen una opción, que sí depende de su voluntad y de su deseo: soñar despiertas, imaginar que vuelan como pájaros o mariposas; que luchan contra villanos invisibles más no invencibles; que se convierten en heroínas, defensoras de las causas justas, voz de los que no tienen voz.
El vuelo no es sólo una metáfora en "Despertáte Catalina", sino una palpable realidad, ya que estas actrices-acróbatas-bailarinas surcan el espacio suspendidas en el aire, se balancean en arneses, aros y telas, desafían la ley de gravedad, y cautivan a chicos y grandes con sus audaces volteretas.
Elesonora deleita con su acordeón a piano. La escenografía, utilería, vestuario y maquillaje: un dechado de ingenio y color.
El espectáculo es muy atractivo visual y musicalmente. Todo está puesto al servicio de la destreza y plasticidad de los cuerpos en movimiento y del lenguaje gestual. A nuestro criterio, sin embargo, la palabra no se jerarquiza en igual medida que la imagen, lo cual le resta peso al cuento, al relato, a la historia que propone la obra. Sería enriquecedor que dramaturgia y coreografía fueran de la mano, aliadas, en pos de un producto más balanceado e integrado, tarea nada difícil para un grupo tan talentoso y pródigo en recursos.
Uno de los aspectos dignos de destacar de este Festival Provincial de Teatro Infantil y Títeres, organizado por la Comedia de la Provincia, es que se hayan abocado a llevar a las salas a chicos de orfanatos, comedores, hogares, y personas con capacidades diferentes, acercándolos y familiarizándolos con propuestas artísticas de calidad. Ellos, que no tienen fácil acceso a la cultura, disfrutan a lo grande y lo demuestran estruendosamente. Bienvenido sea.
Fuente: Diario El Día
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