LA PLATA-BUENOS AIRES, Febrero 23 (Gentileza de “El Imparcial del Oeste” para Agencia NOVA) A los 77 años falleció este domingo Leopoldo "Polo" Lofeudo, el impulsor y director del grupo de teatro del hospital psiquiátrico de Melchor Romero. Fue un referente del teatro independiente platense. Sus comienzos como actor se remontan a la década del ‘50 en la compañía Hispano-Argentina dirigida por Luis Ángel Hanglone y en la Escuela de Arte Dramático. Pero su trascendencia artística la alcanzaría en la década del 80 cuando, junto a otros compañeros de rumbo en el psiquiátrico "Alejandro Korn", empieza a formar el grupo de teatro con los pacientes.
Así nacieron obras como "El sueño inolvidable", "Viejo hospital, el siglo te saluda", "Aroma a cielo", "Chicago Night Club", "Estación de campaña", entre otras expresiones artísticas.
Durante 25 años Polo hizo muchas puestas en escena con el trabajo de los pacientes psiquiátricos, y un gran aporte a la rehabilitación. Obtuvo tres veces el principal premio que otorga la Municipalidad de La Plata a las compañías teatrales: el Pepino 88. Llevó grupos de pacientes actores a Chascomús, Magdalena, el Teatro Coliseo Podestá y "otros templos" como le gustaba decir. Se convirtió en sujeto de muchos artículos periodísticos. En el 2009, después de seis años, Polo proyectaba volver a los escenarios con "El Loco Ataca". Una obra diferente que canaliza "el grito osado del transgresor" y que hace una "pincelada sobre la historia de nuestro país y cada uno de nosotros".
"Polo" también era músico. Había integrado un trío de tangos en la década del ‘50, con el que llegó a grabar en La Plata. Luego viajó al sur y allí empezó un derrotero de años, en que peleó la vida. Fue un verdadero buscavidas.
Cuando llegó la Revolución Libertadora, en 1955, perdió su empleo público. Las cosas empezaron a salirle mal. En el año 1961 emigró a Comodoro Rivadavia. Viajó "colado" hasta el sur. Allá llegó a trabajar en Radio Nacional. Comenzó con la experiencia de los radioteatros. Luego escapó a Río Gallegos y fue compañero del padre de Néstor Kirchner, con quien tomaba mate y compartía las películas que proyectaba en el cine local. En 1966 nació su hija, y se volvió a La Plata. Sus últimos días en el sur no fueron buenos. Hasta hizo changas en el puerto.
Su renacimiento en el arte se produjo en 1983. En el hospital encontró a su sobrino, el conocido actor Juan Palomino, enfermero de sala. Le insistió con volver a la actuación y comenzó un camino que sería fortalecido con el tiempo. Palomino le devolvió la confianza para vivir en el teatro. Leopoldo "Polo" Lofeudo quería mostrar a la sociedad que "el loco" de Melchor Romero es un sujeto, no un objeto. Trabajó para ello. Pasó Navidades y feriados en su espacio del teatro en el Hospital.
Solía decir: "Vivimos en una sociedad caníbal, donde imperan los duros. No hay lugar para los soñadores. Sin embargo, imagínate un mundo sin ellos, sería atroz, no existiría la belleza, la poesía, la música. Dijo cierta vez que integraba "un equipo integrado por quijotes, que puede todavía, en este medio caníbal, despiadado y cruel, ofrecer una fantasía que algún día primará definitivamente en el mundo mezquino de hoy como la única verdad de nuestra efímera vida".
Fuente: Agencia Nova
Así nacieron obras como "El sueño inolvidable", "Viejo hospital, el siglo te saluda", "Aroma a cielo", "Chicago Night Club", "Estación de campaña", entre otras expresiones artísticas.
Durante 25 años Polo hizo muchas puestas en escena con el trabajo de los pacientes psiquiátricos, y un gran aporte a la rehabilitación. Obtuvo tres veces el principal premio que otorga la Municipalidad de La Plata a las compañías teatrales: el Pepino 88. Llevó grupos de pacientes actores a Chascomús, Magdalena, el Teatro Coliseo Podestá y "otros templos" como le gustaba decir. Se convirtió en sujeto de muchos artículos periodísticos. En el 2009, después de seis años, Polo proyectaba volver a los escenarios con "El Loco Ataca". Una obra diferente que canaliza "el grito osado del transgresor" y que hace una "pincelada sobre la historia de nuestro país y cada uno de nosotros".
"Polo" también era músico. Había integrado un trío de tangos en la década del ‘50, con el que llegó a grabar en La Plata. Luego viajó al sur y allí empezó un derrotero de años, en que peleó la vida. Fue un verdadero buscavidas.
Cuando llegó la Revolución Libertadora, en 1955, perdió su empleo público. Las cosas empezaron a salirle mal. En el año 1961 emigró a Comodoro Rivadavia. Viajó "colado" hasta el sur. Allá llegó a trabajar en Radio Nacional. Comenzó con la experiencia de los radioteatros. Luego escapó a Río Gallegos y fue compañero del padre de Néstor Kirchner, con quien tomaba mate y compartía las películas que proyectaba en el cine local. En 1966 nació su hija, y se volvió a La Plata. Sus últimos días en el sur no fueron buenos. Hasta hizo changas en el puerto.
Su renacimiento en el arte se produjo en 1983. En el hospital encontró a su sobrino, el conocido actor Juan Palomino, enfermero de sala. Le insistió con volver a la actuación y comenzó un camino que sería fortalecido con el tiempo. Palomino le devolvió la confianza para vivir en el teatro. Leopoldo "Polo" Lofeudo quería mostrar a la sociedad que "el loco" de Melchor Romero es un sujeto, no un objeto. Trabajó para ello. Pasó Navidades y feriados en su espacio del teatro en el Hospital.
Solía decir: "Vivimos en una sociedad caníbal, donde imperan los duros. No hay lugar para los soñadores. Sin embargo, imagínate un mundo sin ellos, sería atroz, no existiría la belleza, la poesía, la música. Dijo cierta vez que integraba "un equipo integrado por quijotes, que puede todavía, en este medio caníbal, despiadado y cruel, ofrecer una fantasía que algún día primará definitivamente en el mundo mezquino de hoy como la única verdad de nuestra efímera vida".
Fuente: Agencia Nova
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