LA PLATA
La presentación es parte del programa Escuelas al teatro, de Comedia de la Provincia
Lucía Zapata
El escenario de la sala Armando Discépolo (12 entre 62 y 63) recibe mañana a las 19 a El Hombrecito del azulejo. Esta adaptación del cuento de Mujica Láinez estuvo a cargo de Mimí Harvey y Fabio Prado González. El protagonista es Oscar Ferreyra y lo acompañan Fabio Prado González (Dr. Eduardo Wilde), Martín Kasem (Dr. Ignacio Pirovano) y Luis Rende (Madame La Mort).
La directora general de la obra, Mimí Harvey, le explicó a Diagonales que la motivó a llevar adelante la adaptación de esta obra: "el trabajo comenzó buscando material de teatro para chicos porque es difícil encontrar textos, quizás en estos últimos años hay una mayor producción literaria de dramaturgia infantil, pero lo que encontraba no terminaba de satisfacer mi necesidad de contar. Y de golpe, aparecieron los materiales ligados a esos deseos de uno de contar algo, de experiencias personales inclusive, y me pareció que este cuento encerraba muchas de las cosas que yo tenía necesidad de comunicarle a los chicos y a los papás de los chicos, porque no hay que olvidarse que en el teatro infantil los niños están compartiendo y charlando las obras con sus padres".
–¿Qué es eso que buscó transmitirle a los chicos?
–Para público infantil los dibujos animados están llenos de violencia, de muerte y los personajes reviven, como parte de un juego. Nosotros queríamos tomar el tema de la muerte desde otro lugar, inclusive de la familia como núcleo de crianza. Lo que le pasa al protagonista del cuento, a Danielito, es que forma parte de una familia con dinero, con un buen pasar, pero es un nene que está solo; su madre no le da mucha bolilla y a raíz de esto él juega con este amigo imaginario, algo que es muy propio de la edad. Mujica Láinez tiene la maestría de tomar este vínculo de amistad es el que lo que va a salvar de su desafío con la muerte. Lo que a mí me interesaba del cuento original, y es lo que desarrollamos en la adaptación, es este borde donde él está enfermo de algo clínico, concreto, y al ser 1875 muchas cosas no se sabían. El borde llega cuando se agotó la ciencia, cuando los médicos más encumbrados del momento, como son Wilde y Pirovano, no dan con el diagnóstico ni el tratamiento, entonces se da paso a este momento fantástico en la obra donde lo que empieza a jugar es el amor y la amistad, que es lo que salva a Danielito de la muerte.
–¿Considera que la obra puede funcionar como puente para que los chicos también lean el libro?
–Totalmente. Y es como una especie de cadena, porque Mujica Láinez toma este cuento de un cuento original que se llamaba Tini, que lo escribió Wilde, el médico que es, a su vez, protagonista del cuento. Wilde es un hombre ilustre de la generación del ‘80 de Argentina, que fue escritor entre tantas cosas que hizo, y escribió ficción, como este cuento, en base a una experiencia personal de haber tratado el caso de una criatura a la cual él no puede salvar. Y Mujica lo toma y hace esta maravilla, poniéndole muchas otras cosas. Y nosotros tuvimos el desafío de tomarlo e intentar llevarlo al teatro y como yo digo siempre, lo que salió del libro y va al teatro es muy probable que los pueda conducir a los chicos a la lectura.
Para finalizar, Mimí destacó la importancia de estrenar la obra en el Teatro Discépolo, reinaugurado recientemente: "para nosotros es un honor, un privilegio, no sé como definirlo, siempre la reapertura significa mucho para la vida de los teatreros, todavía es un arte que tiene sus pequeños lugares y es muy difícil. Y que la Provincia le de un espacio a la cultura de su gente y a los hacedores es muy importante, porque además del dinero, del ensayo, está toda la gente que estuvo trabajando para que esto suceda y que desea poder contagiar un poco de este gusto por lo que hacemos y lo que contamos".
Fuente: Diagonales
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