sábado, 6 de marzo de 2010

Deborah De Corral luego de tocar con INXS en Vancouver

Imagen: Veintitres

Luego de tocar con INXS en Vancouver, la ex conductora de El rayo dice que antes de volver a la pantalla, se muere. De “idilio” con la banda australiana, cuenta por qué el modelaje la distrajo y se ríe de los prejuicios.

Por Martín Mazzini

Muchos atributos –actitud, sensualidad, belleza– saltan a la vista en cualquier imagen de Deborah De Corral. Pero hay uno que no sale en la foto: la carcajada franca, contagiosa, que lanza cada dos por tres durante la única entrevista para un medio gráfico que dio desde Vancouver. Y cómo no reírse, si en lo que va del año, la megabanda de rock INXS la eligió para cantar en su nuevo disco y la invitó a tocar en la ceremonia de premiación de los Juegos Olímpicos de Invierno. Frente a veinte mil personas, la ex modelo y conductora, dedicada de lleno a la música, hizo la introducción, con guitarra acústica, de “New sensation”. Es uno de los temas –no lo puede confirmar– que podría grabar en el álbum con versiones de los clásicos de la banda australiana, junto a otro que cantaría en castellano.

“Desde que salí de Buenos Aires, el 3 de febrero pasado, me pregunto todo el tiempo dónde estoy y qué estoy haciendo. Es una locura. Fui directo a Sydney, un vuelo de 24 horas. Tuve un día para descansar y empezamos a ensayar. Pero antes de que llegara y me conocieran, se les ocurrió invitarme a Canadá”, dice, y lanza la primera de varias carcajadas.

–¿Aprovechaste para ver las Olimpíadas?

–Nada, cero. El deporte no me interesa y el espíritu deportivo me pone de mal humor: salir a la calle y ver a todos disfrazados, incluso los policías, me torra. Soy reamarga para eso, lo siento. Me hubiera gustado ir a ver patinaje artístico, pero me colgué.

–¿Qué sensación te dejó el show?

–No fue tan heavy como esperaba. Los músicos (todos los miembros originales, salvo el cantante Michael Hutchence, que murió en 1997) son tan cálidos y tenemos una relación tan... divina, que me sentí tocando con y para ellos. No sé cuánto durará el idilio. Pero estoy concentrada en volver al mercado latino y terminar mi disco. Esto me abrió posibilidades de componer y grabar con gente en Estados Unidos y México.

–¿Para cuánta gente habías tocado antes?

–Había hecho un Luna Park con Gustavo (Cerati), que entré corriendo, hice los coros y salí: estaba renerviosa, no era muy consciente. Además, no es lo mismo que pararse con la guitarra frente a tanta gente y tocar. En los últimos años venía tocando para, como mucho, 500 personas, que ni siquiera te fueron a ver a vos, en festivales a las cinco de la tarde. Siempre me ponen en horas medio losers. Espero que esta vez me empiecen a dar más bola.

–Muy distinto a tu experiencia como modelo.

–Seguro, fue muy fácil, y ese fue el problema: me distraje de lo que realmente me importa, la música, y me colgué (carcajada). Pero ¡no me pregunten más del modelaje!

–Cuando estabas en pareja con Cerati, ¿no te dabas cuenta de que lo tuyo era la música?

–No sé, fueron distintas épocas. Cuando fui a vivir a Londres estaba muy copada con la música electrónica. No pensaba en ser cantante, era más nerd de computadora. Estudié ingeniería de sonido... volví a Buenos Aires y hacía un montón que no veía a nadie. Después me fui a vivir con Gustavo, y el hecho de tener a alguien tan groso en casa, me paralizó. Acompañándolo, aprendí mucho de grabación, composición, cómo trabajar: fue como un curso preteórico. Pero no me dio para agarrar el instrumento y ponerme a componer. Es complicado. Pero fue una cosa mía.

–¿Es errada la sensación de que tu carrera musical nunca terminaba de arrancar?

–Lo que nunca terminó de arrancar fue lo primero (Plum, la banda que armó con su entonces novio, el baterista de Soda Stereo, Charly Alberti). Con Imperfectos estuvimos dos años tocando y sirvió para el disco que quiero sacar este año, DDC. Si no hubiera sido por Ezequiel Araujo, hoy no estaría tocando un instrumento. Me decía: “¿Querés tocar el bajo? Tomá”, y me lo tiraba encima. Ahora toco piano, teclados, más o menos, pero entro a un estudio y puedo grabar cualquier cosa. Era obvio que iba a terminar, porque fue mi primera banda de espíritu adolescente... a los 30 años.

–¿Qué pensás del prejuicio contra las modelos que intentan una carrera musical?

–Me chupa un huevo en capital letters, mayúsculas gigantes, neón y flúo (carcajada). Ya sé que es así, no estoy esperando otra cosa. No hay nada que pueda hacer o decir para cambiarlo. A algunos de los que tengan ese prejuicio se les va a pasar, a otros no, y hay quienes son más abiertos. Pero lo que hago no lo hago para ellos sino para mí.

–Perdón por preguntar, pero ¿el modelaje está abandonado?

–Hace rato. Como carrera, la dejé hace quince años. Pero igual, obviamente, si sale algo por buena guita, lo haré. Siempre picoteé porque es un buen curro, pero laburar de eso, no.

–En este tiempo, ¿cuántas propuestas rechazaste?

–Muchísimas. Y de conducir televisión, ni te cuento.

–¿Por qué no volverías?

–No me gusta la tele. Ni lo que me hizo a mí. Y eso que estaba haciendo El rayo, que estaba buenísimo. Hoy un programa con tan buena onda, con la energía que tenía, en televisión abierta sería imposible. Hay que ponerle más sangre, mala onda, pelotudez, culo, teta. Si tuviera que hacer televisión ahora, al mes me tiro de un balcón. Me muero de la depresión. Por la exposición y por los productos que hay.

–¿Te resistís de la misma manera a casarte, tener hijos?

–Ahora no me resisto. El tema es que no tengo tiempo para meterme en una de esas: hay que dedicarle mucho amor y todo mi amor está dedicado a la música. No sería justo para mi música ni para mis hijos, no podría hacer nada bien. Así que no la veo cerca. Tengo tiempo todavía. No mucho, pero tengo.

–Después de esto, ¿que te gustaría lograr?

–No pienso en eso. Voy llegando a lugares que me encantan. Son otras épocas de la industria, cómo la gente consume. A los doce años mi ídolo era Freddy Mercury y mi sueño, cantar en un estadio frente a miles de personas. El otro día canté una canción. Ahora mi mundo va a estar dividido entre INXS, porque puede haber más presentaciones, y mi carrera, que puedo hacer tranqui, grabando en cualquier lugar. Traje una supervalija preparada para invierno y verano, puedo recorrer el mundo todo el año, no tengo apuro. ¿Qué más puedo pedir?

Fuente: Veintitres

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