viernes, 14 de mayo de 2010

Los comienzos de las grandes tablas platenses

En nuestra ciudad existen numerosas salas de teatro, algunas enormes, y otras reducidas. Todas esconden detalles interesantes y peculiaridades.

Algunos son históricos, y recordados por los platenses más viejos con inevitable nostalgia. Otros nacieron mucho después, producto de la lucha de un grupo -grande o chico- de personas que lo impulsaron como proyecto. También los hay con un pasado trágico, y la mayoría de ellos han atravesado épocas de esplendor y de ocaso.

Hoy, nuestra ciudad cuenta con numerosos teatros y salas que, con sus diferentes y marcados estilos, transitan todos en la misma dirección: brindar arte en vivo y en directo al público.

Dramas, óperas, ballets, comedias, monólogos, recitales y más, son apenas algunos de los espectáculos que, en una ciudad como la nuestra, con una muy intensa movida cultural, se pueden ver casi a diario. Aquí, un repaso por tres de estos espacios, elegidos únicamente por tener grandes capacidades de albergar público.

Teatro Argentino de La Plata

El Teatro Argentino, ubicado en la manzana comprendida entre las avenidas 51 y 53 y las calles 9 y 10, nació por iniciativas de un grupo de vecinos, que constituyeron la Sociedad Anónima Teatro Argentino, para levantar en ese terreno una sala de espectáculos.

El proyecto fue encargado al italiano Leopoldo Rocchi, quien ideó una planta en forma de herradura, según el modelo peninsular, y se ajustó a los cánones estilísticos renacentistas. Cinco años después, quedó terminado el monumental teatro, con capacidad para albergar a más de 1.500 espectadores. Cuando la joven ciudad de La Plata cumplía apenas 8 años, en 1890, el Teatro Argentino levantó por primera vez el telón, con la ópera Otello, de Giuseppe Verdi. La sala pasó a ser oficial en 1937, cuando la sociedad que lo creó no pudo sostenerlo más, y fue el gobierno provincial el que pasó a hacerse cargo. En los sucesivos años, se crearon la Orquesta, el Coro Estable y el Ballet.

En las primeras horas de la tarde del 18 de octubre de 1977, un voraz incendio destruyó la sala principal, dejando sólo las paredes perimetrales. A partir de entonces, se planeó la construcción de un complejo artístico cultural que, si bien en principio demoraría 4 años, finalmente tardó mucho más. Mientras tanto, el personal siguió trabajando en la sala del ex cine Rocha, en 49 entre 7 y 8 (que años más tarde sería reabierto). Finalmente, entre 1999 y 2000, se fueron inaugurando las salas que formarían desde entonces el Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino.

Teatro Municipal Coliseo Podestá

Su primer nombre fue teatro Politeama Olimpo, y se inauguró en 1886. Un año más tarde, fue comprado por los hermanos Podestá. A finales de siglo, uno de los hermanos, Pepe, les compró sus partes a sus hermanos, y para pagar la deuda trabajó en circos que deambulaban por la ciudad, con su personaje “Pepino el 88”, hasta que pudo fundar su propia compañía. En 1920, lo rebautizó como Coliseo Podestá, y continuó administrándolo hasta la década de 1940. Cuando murió, el edificio quedó a cargo de la empresa A.I.A, que incorporó una cabina cinematográfica pero, fuera de eso, abandonó toda tarea de mantenimiento.

Recién en 1981, la Municipalidad de La Plata adquirió el inmueble, quedando cerrado hasta mayo de 1983, fecha en que se iniciaron las obras tendientes a su puesta en valor.

Tres años después, justo cuando el teatro cumplía cien años, quedó inaugurado formalmente.

Anfiteatro del Lago Martín Fierro (Paseo del Bosque)

Debido al éxito de las funciones en el Teatro Argentino, el gobierno provincial decidió construir un anfiteatro en el bosque platense, para que fuera sede de la temporada de verano. Corría 1948 cuando el viejo Teatro del Lago fue demolido, y en su lugar quedó emplazado el anfiteatro Martín Fierro, en el que hasta el día de hoy se presentan grandes espectáculos musicales y teatrales.
Aunque tiene lugar para 2.600 personas, en ocasiones especiales esa capacidad se puede duplicar.

Fuente: Hoy

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