EFE El Universal Moscú
Las obras de reconstrucción del legendario teatro Bolshói se han visto sacudidas por un nuevo escándalo con la dimisión de su responsable, Yákov Sarkísov, por presiones del alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov.
"Luzhkov exigió a los encargados del proyecto que cambiaran la configuración del escenario de ensayos subterráneo", señalo una fuente municipal a la agencia oficial RIA-Novosti.
Al parecer, Sarkísov replicó que "no se pueden hacer modificaciones radicales en esa parte del proyecto, ya que en ese caso habría que realizar un nuevo peritaje".
"Nada más terminar la reunión Luzhkov acusó a Sarkísov de sabotear la decisión tomada ya por las autoridades municipales", agregó la fuente.
Además, Luzhkov adelantó que "se dirigiría al ministerio de Cultura para exigir que retiraran a Sarkísov del cargo".
Según el arquitecto jefe de Moscú, Alexandr Kuzmín, las autoridades locales se oponen a la construcción de un escenario subterráneo en el Bolshói, ya que modificará sustancialmente el aspecto de la plaza Teatrálnaya en la que se encuentra el teatro.
El ministro de Cultura, Alexandr Avdéev, anunció la víspera la dimisión de Sarkísov, al que elogió por haber sacado del atolladero el proyecto de reconstrucción del Bolshói.
Avdéev negó que la renuncia de Sarkísov tenga que ver con la investigación abierta en septiembre pasado por la Fiscalía sobre la presunta malversación de fondos públicos destinados a la reconstrucción del edificio.
El nuevo responsable del proyecto será Alexéi Suprunov, hasta ahora director general de Intex, la compañía estatal que encargó la obra, y una figura cercana a Luzhkov.
Según la prensa local, el poderoso alcalde moscovita ha encomendado a su equipo que asuma directamente el control de las obras, lo que no ha sido bien recibido en los círculos artísticos cercanos al Bolshói.
El edificio original del Bolshói, que fue construido hace 186 años, cerró sus puertas el 1 de julio de 2005 por reformas y, desde entonces se ha visto salpicado por polémicas que han acabado afectando también a su vertiente artística.
La empresa constructora anunció el año pasado a bombo y platillo que la apertura del teatro tendría lugar el 2 de octubre de 2011, dos años más tarde de lo previsto, aunque nadie descarta nuevos aplazamientos.
Por todo ello, los aficionados siguen acudiendo a la sucursal del Bolshói, el Nuevo Escenario, construido junto al viejo edificio, declarado por la UNESCO patrimonio de la humanidad.
La faceta artística del Bolshói tampoco ha estado exenta de polémica, ya que su director musical y de orquesta, Alexandr Vedérnikov, dimitió en julio pasado por desavenencias con la administración del teatro y la intromisión de burócratas y funcionarios.
Fuente: El Universal
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