viernes, 18 de diciembre de 2009

La lección de piano

Musica e integración

Un joven de 18 años que padece autismo se lució, ayer, en el conservatorio Gilardo Gilardi de La Plata. Interpretó cuatro piezas y aprobó el examen. La emoción invadió a toda la sala. Su madre destacó la importancia de la integración.

Fausto tiene 18 años y acaba de escribir una de las páginas más trascendentes de su vida: aprobó un examen de música en el conservatorio Gilardo Gilardi de La Plata. La prueba que rindió ayer le permitió subir al segundo nivel, y la hazaña radica en que el joven padece autismo del tipo Síndrome de Espectro Autista o de Asperger.

Fausto se sentó frente al piano e interpretó cuatro piezas musicales, la última de ellas a cuatro manos con su profesora, Mónica Opanski, que se emocionó hasta las lágrimas al igual que el resto de los que ocupaban la sala.

El joven no sólo logró avanzar en el conservatorio, sino también en el Industrial Albert Thomas, donde pasó a 4º año y seguirá la orientación de técnico en Electrónica.

Mercedes Torbidoni, su mamá, dijo que “el conservatorio dispuso una mesa de examen especial para él” y recordó que “ya había tenido audiciones pero nunca la posibilidad de que lo evaluaran para determinar en qué nivel se encuentra”.

Respecto de la situación del autismo en otras partes del mundo, Torbidoni destacó que “en América Latina el abordaje es muy escaso, hay estadísticas en países del Caribe como Costa Rica y Puerto Rico, por ejemplo, que afirman la existencia de 150 casos de autismo por cada 1.000 personas. A pesar del número elevado de casos la situación en estos países es preocupante, los chicos no tienen ningún tipo de contención ni forma de integración especial dentro de su entorno”.

Destacó que “la Argentina, dentro del contexto latinoamericano, es uno de los países con más conciencia sobre esta problemática”.

Con respecto al examen que superó su hijo Torbidoni manifestó: “Me dio mucha satisfación. La vinculación de la música y la computación (otra de sus pasiones) podrían llegar a ser una salida laboral para él”.

Los profesores

Consultada por Hoy, la profesora de piano del conservatorio, Opanski, dijo que “Fausto comenzó en 2007. Lo primero que nos propusimos fue la tarea de socialización y poco a poco la lectura musical y la concentración para la ejecución del instrumento”.

“Fausto tiene una respuesta muy satisfactoria, a su vez resultó fundamental la ayuda de la acompañante pedagógica, que es una alumna avanzada del conservatorio, para este gran avance”, manifestó.

Además dijo que “es todo un desafío que tiene la institución y, para mí, es una satisfacción y un gusto como docente. Hubo grandes avances cuando el año pasado hicimos una audición tocando a cuatro manos el piano y Fausto logró darle diferentes intensidades a la pieza que ejecutamos. Hace muchos años que ejerzo como docente y esto me emociona mucho, Fausto es un chico muy querible y tiene mucho apoyo de su familia”.

Con respecto a su desenvolvimiento en el colegio Albert Thomas, Rosa Inés Arca Montaño, su acompañante pedagógica, dijo que “Fausto tuvo una muy buena adaptación a los temas que vieron durante el año y es muy destacable la buena relación que mantiene con sus compañeros y con otros profesores”.

Además agregó que “se encuentra cada vez más seguro y tranquilo. Las compañeras lo invitan a sus cumpleaños de 15 y los compañeros le brindan su amistad” a su vez destacó que “resultó fundamental el apoyo de autoridades del colegio como el director, el vicedirector, la preceptora y los profesores”.

“Hace ocho años que empezamos con esta integración y realmente es un antes y un después. El cambio es impresionante. Se nota año a año, en su conducta, en su interacción, en su forma de ser. Antes se expresaba sólo con dibujos o mensajes, ahora se comunica mejor, presta mucha más atención. La evolución es sorprendente”, concluyó la docente.

Fuente: Hoy

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