Figura de la escena off
Hace años que se destaca; hoy estrena y tiene más proyectos
Una mujer escapa de la ciudad y se esconde en el mundo patagónico con el único fin de reencontrarse con ella misma y así realizar una especie de purga de su devastación personal. Sus fracasos amorosos la conducen a esa decisión. Esta es la síntesis de Bálsamo, la obra de Maite Aranzábal que esta noche se estrena en el Teatro del Pueblo, con dirección de Ana Alvarado. La protagonista es Julieta Vallina, junto a Guillermo Arengo y Román Lamas.
Esta es la primera experiencia teatral que Vallina conduce casi como protagonista exclusiva, y eso la conmueve sobremanera. No es afecta a los unipersonales y está acostumbrada a trabajar en proyectos -Mujeres soñaron caballos, Un hombre que se ahoga, Electra shock, Espía a una mujer que se mata- en los que comparte la tarea de la creación con otros artistas. Sobre todo en los espectáculos dirigidos por Daniel Veronese, siente que forma parte de "piezas corales donde todos los intérpretes estamos muy imbricados".
Julieta Vallina llegó de La Plata hace aproximadamente diez años. En esa ciudad creció y se formó teatralmente. Los primeros seis años vivió en el Tigre y en ese tiempo se integró a algunas experiencias de El Periférico de Objetos. Hace cuatro se instaló definitivamente en Buenos Aires integrándose a proyectos exitosos. "Realmente estoy muy contenta -cuenta-. No hace tanto que estoy acá y he trabajado con continuidad y en propuestas muy buenas, que han tenido repercusión y mucho público. En general fueron trabajos que me permitieron trabajar un código que se ha ido repitiendo, consolidando, como es el caso de las experiencias con Daniel Veronese. Pero también hubo otros trabajos, junto a Lola Arias y José María Muscari, que me han posibilitado trabajar otras zonas personales que quiero que siempre estén disponibles para abordar otros lenguajes, como el humor, por ejemplo."
Actualmente puede vérsela, también, construyendo al personaje de Elena del Tío Vania de Anton Chejov en la versión titulada Espía a una mujer que se mata. Allí construye un "ser supercomplejo que me encantó cuando lo conocí, al leerlo, pero cuando lo llevé al escenario descubrí que se trataba de alguien muy especial que se va enmascarando según lo que necesita. Retiene mucho lo que siente y, a la vez, deja traslucir su fragilidad y su infelicidad".
En algunos aspectos, sobre todo en estos últimos, se roza con Verónica García, la protagonista de Bálsamo, aunque su tránsito por este mundo resulte mucho más doloroso. "Lo que más me conmueve de ella -cuenta Vallina- es su soledad. Creo que lo que me interesa es la capacidad de juego que tiene este personaje en ese mundo despojado que se arma. Aunque sea muy triste, me interesa el patetismo con que se lo puede observar desde afuera. Ella termina entrando en un campo de locura que me resulta muy fértil para jugar, para componer."
La pieza de Maite Aranzábal está inscripta entre los materiales que comúnmente califican entre la nueva dramaturgia contemporánea. "Hay en su estructura mucha fragmentación, tiene una intensa carga poética y hay que descubrir cómo se plasma en el espacio. De lo que se trata es de poner el cuerpo y de construir el universo que plantea la autora. Lo que más me pega de esta mujer es su capacidad de ir hacia la soledad, como decisión tomada. Esa purga que decide hacer, algo balsámico para ella, y que le posibilita verse realmente. Es un potente viaje interior."
Hace un par de días se estrenó, en el Festival de Cine Independiente, que está realizándose en Buenos Aires, Mujeres elefantes, un telefilm dirigido por el director teatral José María Muscari y el realizador cinematográfico Eduardo Caetano, que forma parte del ciclo 200 años, que estrenará Canal 7 a partir del 24 de este mes. En él, Julieta Vallina da forma a una mujer con cualidades muy diferentes de las que está desarrollando en escena. "Lejana de las que suelo hacer", define. Se trata de una empleada de una fábrica de aluminio que, junto a sus compañeras, decide hacer unos reclamos gremiales y terminan siendo atacadas por elefantes asesinos. "Quedó un producto realmente nuevo -cuenta la intérprete-, casi delirante. Es un proyecto con una estructura compleja, pero me gustó verme haciendo a esa mujer simple, tímida, sumisa, enfrentada a ese mundo de ensoñación."
Su trabajo junto a Muscari va a continuar. Se prepara para participar de un biodrama que concretará el director próximamente y donde se convertirá en una fisiculturista.
"Por suerte estoy vinculada a personas que saben lo que me gusta -dice tímidamente-. Y yo creo saber lo que me puede corresponder. Tengo varios sueños cumplidos, como, por ejemplo, transitar materiales de Chejov como Las tres hermanas y Tío Vania." Y otros seguramente por cumplir, en los que el cine y la televisión, mundos que está muy ansiosa por transitar, se lo posibilitarán.
Fuente: La Nación
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