Hace más de un año, cuando la Fiesta era sólo un anhelo para los teatreros riojanos, cuando recién se empezaban a bocetar las acciones para llevarla a cabo, nadie, ni el más optimista, imaginaba que todo iba a terminar así.
A fines del año pasado, cuando se iniciaba la cuenta regresiva, el optimismo se apoderó de los organizadores locales y nacionales del evento. Todo marchaba sobre rieles. La debacle política de marzo –con la destitución del gobernador Angel Maza por supuestos casos de corrupción y
la transición en todas las áreas de gobierno- hizo que los nubarrones se cernieran sobre el teatro riojano. La incertidumbre pasó a ser la sensación más potente.
La llegada de una nueva administración institucional –que garantizó los recursos dispuesto originalmente– reimpulsó el sueño y, el 12 de abril, la Fiesta Nacional del Teatro abrió el telón por primera vez en La Rioja. A la distancia de aquellos días, la sorpresa, la alegría y el entusiasmo que despertó la Fiesta quedarán grabados para siempre en el corazón de los miles de riojanos que colmaron las salas durante los once días del festival más federal del país.
Cuando hablamos de sorpresa, nos referimos a un cúmulo de experiencias por las que pasamos los que estuvimos en la organización del evento, tanto los que vivimos en esta provincia como los que llegaron desde distintos puntos del país a dar forma a esta vigésimo segunda edición de la Fiesta. Ni nosotros, los organizadores; ni los teatreros locales; ni la prensa local y sobre todo nacional; ni los propios artistas que llegaron a la ciudad, imaginaron una convocatoria de público tan masiva como la que se dio.
Desde Raúl Brambilla (Director Ejecutivo del INT) o Ana Lía Fuenzalida (representante local de la entidad); hasta los periodistas especializados de todo el país que llegaron a La Rioja coincidieron en destacar la participación del público riojano.
El cálculo que realizara antes del inicio de la Fiesta Miguel Palma (coordinador general) estimaba como un éxito alcanzar los 8.000 espectadores. Es que, habitualmente, estas Fiestas convocan principalmente a los propios participantes y al público consumidor de teatro. Pero los 13.000 espectadores que arrojaron las cifras finales sorprendieron a todos. Más aún si se tiene en cuenta que, de esa cifra, más del 40 por ciento corresponde a público general. Y aquí se puede trazar una estrategia a futuro:
MARCOS JUÁREZ / desde La Rioja
Entre el 12 y el 22 de abril se llevó a cabo en la ciudad de La Rioja la XXII Fiesta Nacional del Teatro cuya organización corrió por cuenta del Instituto Nacional del Teatro y la Agencia Provincial de Cultura del gobierno de La Rioja. Cuarenta y un espectáculos dieron forma a la grilla y en ella se destacaron experiencias de teatro para adultos y niños, títeres y teatro danza.
Un encuentro para emocionarse y para celebrar Fiesta Nacional del Teatro La Rioja 2007 el público necesita este tipo de propuestas, los riojanos quieren teatro, y hacia ese objetivo se deberá apuntar. No solamente los organismos regentes de la actividad teatral o los entes gubernamentales de cultura deberán garantizar este objetivo, sino también los elencos locales, porque cada vez que presenten una obra estarán rindiendo examen ante un público ya calificado.
La calidad y el nivel de las 41 puestas que contuvo esta Fiesta fueron muy parejos, aunque siempre existe un puñado de obras o de elencos que sobresalen. Ingrato sería referirlos aquí, pues el espíritu de la Fiesta es la muestra de teatro, la presentación de obras ganadoras de todo el país.
Sin embargo, pueden inferirse algunas pautas o carriles por los que va transitando el teatro argentino. Hablamos, en primer lugar, del montaje de obras intimistas, para escenarios reducidos, donde el público juega un rol importante. Estéticamente, el grotesco, el absurdo y un descarnado realismo fueron los caminos más elegidos por los directores que llegaron a La Rioja, con altas cuotas de humor, creatividad, riesgo e impacto en sus obras.
Los especialistas destacaron también la dramaturgia argentina (en todas las obras) y el gran porcentaje de piezas propias (creaciones individuales o colectivas de cada elenco). Quedarán ahora todos estos puntos para analizar, para aprender, para aplicar. Pero es momento de celebrar. Celebrar la eficacia de la organización, aprendiendo de lo que dejaron los especialistas nacionales en este tipo de evento y felicitando a los entes provinciales que aprobaron sobradamente el examen: la delegación local del INT y la Agencia de Cultura en su nueva etapa, sin dejar de mencionar el invalorable aporte del área de Cultura del municipio capitalino.
Celebrar la llegada de tantos elencos de todo el país, que llenaron de magia a la ciudad con sus propuestas, y la destacada participación de nuestro representante Cite-Arte, con la obra Kubikiana. Celebrar la decisión del público riojano, que dijo sí a esta muestra, colmando las salas, peleando por lograr una entrada, comentando las obras, disfrutándolas, sufriéndolas,
emocionándose.Y celebrar que, en medio de una crisis que golpea a todos los ámbitos de la vida social, la cultura haya emergido para decir, para pensar, para atrapar.
De arriba hacia abajo:
- Escena de “Madama Butterfly”
- Escena de “Formas de hablar de las madres de los mineros...”
- Escena de “Tricircus”
- Escena de “Hecho a mano”
Fuente: picadero 14
No hay comentarios:
Publicar un comentario