domingo, 14 de febrero de 2010

Pablo Krantz: Demasiado tiempo en ambos lados

Entre Francia y la Argentina, el prolífico autor de Las canciones de amor arruinaron mi vida desdobla ávidamente su arte. A pocas horas de una nueva presentación en nuestra ciudad, indagamos en el vasto mundo literario-musical del destacado cantautor.

Contrariamente a lo que muchos creen, Pablo Krantz no nació en La Plata. Oriundo de Capital Federal, su exhaustiva militancia en nuestra ciudad quiso que muchos confundieran su origen y ansiaran que su talento fuera platense.

Este artista multidisciplinario nació en 1970, y tempranamente abrazó las letras publicando en 1997 Dame un coche tan rápido que no lo alcancen los recuerdos, su primer libro. En 2001 volvió al ruedo con La mañana que falló la ley de gravedad, un compendio de cuentos que se destacó por su representatividad generacional, y fue muy bien recibido por la crítica. En 2002 se radicó en París, donde publicó El santo cleptómano y la chica de la vagina dorada (2005).

En paralelo con la literatura, Krantz convive con la música. Después de pasar un buen tiempo en las filas del rock tocando en banda, en 1999 grabó su primer disco solista, Demasiado tiempo en ningún lado. A éste le siguió Los extraños nunca dicen adiós (2001).

En marzo de 2007, publicó a través del sello musical Attic Production (distribuido por Codaex), Les chansons d'amour ont ruiné ma vie (Las canciones de amor arruinaron mi vida), su primer álbum de canciones en Francia, reeditado en Argentina por el sello Ultra Pop. A pocas horas de compartir escenario junto a Diego Martez, conversamos con él sobre su prolífica actualidad…

-¿Cómo empezaste con la música?
-Desde muy chico, a los 9 años, empecé a escribir letras, a “pseudo-componer” canciones, porque aún no sabia tocar la guitarra. Entrada la adolescencia, toqué en mi primer grupo y único grupo, el Pesa-Nervios. En el 96 empecé a ser solista, separé la banda, saque mi primer libro, y en el 99 mi primer disco.

-¿Todo esto en La Plata?
-No, hay mucha gente que cree que soy de La Plata, pero no es así. Toque muchísimo en la ciudad, sobre todo en la época del Tinto Bar. Cuando estaba en Francia, supe que salieron algunas notas sobre “el platense exiliado en París”.

-¿Cómo llegaste a Francia?
-Todo empieza por mi padre. Cuando joven, en los años 50, se fue a estudiar ingeniería nuclear a Francia. Siempre estudió el idioma, dio clases en la Alianza Francesa, se fascinó con París y toda su mística, e intentó transmitirme esos valores. Yo estudié en el Liceo Francés. Por eso, la mitad de mi escolaridad, desde los 5 a los 18 años, fue en francés. Después de esto empecé a trabajar como traductor de la revista Inrockuptibles, y también como interprete. Siempre pensaba en ir a probar suerte allá. Me surgió una oportunidad en 2000, y decidí viajar. Me fui a París, había sido educado como si viviera en Francia, y creía que vivir allá sería muy distinto. Había generado demasiadas expectativas: la vida es más o menos igual en todos lados. Creo que por entonces, con 25 años, no estaba muy contento conmigo mismo. Y por más que cambiara de ciudad seguía
siendo yo, descontento conmigo. Hice algunos viajes más, París-Buenos Aires, Buenos Aires-París, y en 2000 me mudé definitivamente. Con el tiempo, viviendo allí, decididamente me fasciné.

-¿Te adaptaste fácilmente?
-Llegué a Paris con muy poco. Fui junto a una chica con la que salía por entonces, y sólo teníamos algunas amigas, que podían alojarnos un par de meses. Y el teléfono de un músico que me había dado una fan, por llamarla de alguna forma. Se llamaba Travis Ürbi, era un joven muy simpático y talentoso, con el que empecé a tocar la guitarra al poco tiempo. Grabamos un disco, salimos de gira y conocí la escena de la canción francesa. No sabía bien que quería hacer. Hice varios conciertos solo, comencé a cantar en español, en francés… Después las cosas fueron acomodándose, grabe mis cosas y publique mis libros.

-Tu último disco fue grabado allá y editado acá
-Sí, es un disco cantado en francés. Allá salio en 2007 y en 2008 lo editaron en Argentina, salió por Ultrapop. Supongo que volveré para Francia con la gira del próximo disco, a mitad de año.

-¿Qué estás preparando actualmente?
-Hay expectativas interesantes para este año, estoy trabajando en un nuevo disco, que tiene 6 temas en español y 4 en francés. Es bastante más rock que lo anterior. Movidito. Argentina es un país más rockero que Francia. Acá armé una banda, y en vivo se disfruta más lo que es medio fuerte. Igualmente sigo cantando de la manera en que lo hice este último tiempo.

Es rock susurrando. Pero es cierto que hubo una especie de reencuentro con el rock. Hay muchos cantautores que vienen del conservatorio, yo vengo del rock. De adolescente, mis grupos favoritos eran los Kinks, The Clash o Joy Division. En el nuevo disco hay rock. También mucha viola, trompeta, trombón. Participan grandes musicos: Juan Ravioli está en el bajo, Pablo Varela en batería y Pablo Heredia en guitarra.

-¿Y literariamente?
-Tengo mucho material, que empecé a escribir al llegar acá. Cuentos y una novela corta llamada Las aventuras de un joven hidalgo en el tenebroso mundo del cibersexo internacional. Tiene que ver con haber empezado a escribir aventuras en francés. Desde mi regreso tuve un gran reencuentro con el idioma español.

-¿Qué se espera para el concierto de esta noche?

-Tocaré algo del disco en francés, algo del nuevo disco, que se llama, por ahora al menos, Démonos cita en una autopista (para volvernos a estrellar). Y algunos temas de los primeros discos. También se presentará un video clip que fue filmado por Gustavo López, acá en La Plata.
Pablo Krantz se presentará esta noche a las 20 junto a Diego Martez. En Biguá 54 entre 5 y 6.

Federico Valenti
Fuente: Hoy

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