Desde el año pasado han vuelto a ser frecuentes las visitas de Francisco Javier a Viedma y Carmen de Patagones. A fines de los años '60, el director teatral marcó el quehacer cultural de la zona cuando dirigió la Escuela Municipal y luego continuó ligado a distintas puestas. Era una época donde confluyó "el interés y el entendimiento de que el teatro es un aporte que se hace a la cultura de una comunidad".
"Trabajé mucho aquí y fue muy gratificante. Me convertí en amigo de muchos; tengo un gran afecto con estas ciudades y me siento como en casa", explica Francisco Javier sobre su relación con el Valle Inferior. "Me encanta el río; yo me adapto a cualquier cosa para venir, pero eso sí, necesito una habitación frente al río Negro".
"En aquella época se hacía muchísimo teatro; los espectáculos nos daban mucha satisfacción y se veía el interés de todo el pueblo. Fue una época excepcional que tuvo una base sólida en el apoyo total de las autoridades, no como ahora que no hay interés oficial", expone el director.
Recuerda su relación con General Roca y sus periplos por todo el Valle y la Línea Sur, "detectando gente con vocación que pudiera convertirse en director". Y recuerda también que ya en ese entonces estaba sentando un precedente en la ciudad de Viedma, cuando durante un mes dictó un curso de dirección con gente que llegó de distintos lugares y que culminó con varias puestas en escena.
Más adelante, en 1982, regresó para hacer "Los casos de Juan", una puesta que se presentó en la construcción inconclusa de una disco, cuyo estreno fue el 2 de abril, día en que las tropas argentinas desembarcaron en las Islas Malvinas.
La problemática de la formación
Su obsesión es la formación de directores: "Para impulsar el teatro hay que formar directores, ya que sin ellos no puede suceder el hecho dramático. La formación del actor es más común, hay una gran tradición y muchos libros muy serios y buenos, pero para los directores no hay material".
"La dirección es esencialmente práctica y en las escuelas de teatro el problema es quiénes se prestan para esas prácticas del futuro director. Los estudiantes novatos son tan poco formados como él y los actores ya forjados no se prestan a trabajar para un aprendiz", analiza.
"Una opción es trabajar de asistente de un director, como hice yo de 1957 a 1960 en Francia con el gran director Jean Billard, con el cual veía la práctica todos los días. Y en el cine se da el mismo sistema: parte de la formación es ser asistentes de un gran director".
Una asociación para capacitar
A partir de una de sus visitas a la comarca Viedma-Patagones, en el año 2007, se gestó la Asociación Centro del Sur de Estudios Teatrales, de la cual Francisco Javier es asesor académico y principal impulsor y que encabezan Ana Grandoso y Regina Kluz en los cargos de presidenta y secretaria.
Actualmente están en tratativas de formalizar un vínculo con el municipio de Patagones y a punto de firmar un convenio con la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Francisco Javier expone que "es una mala táctica pedir dinero antes de hacer; hay que hacer cosas concretas y fuertes y después se consigue la financiación". Con la personería en regla y los convenios en marcha, ahora el objetivo es difundir la entidad por todo la región de la Patagonia y contactar con los interesados en la capacitación de directores, a fin de realizar un curso intensivo durante este año. A partir de este primer paso, queda abierta la posibilidad de plantear cualquier inquietud en lo referido al amplio mundo de las artes escénicas.
Asimismo, Francisco Javier utiliza el sitio web del Centro (www.centrodelsur.org.ar) para difundir una serie de escritos propios que denomina "Charlas informales", en los que aborda materias referidas a todo el proceso de creación de un espectáculo, además de una sección en la que selecciona textos de distintos autores para reflexionar sobre la actividad.
Una alternativa muy interesante de capacitación es la que propone a través de la confrontación de dos o más elencos, para ver, comentar y analizar con crítica constructiva sus propios trabajos. En setiembre pasado realizó la primera experiencia en la zona con tres grupos en el teatro El Tubo de Viedma, con un resultado que el director calificó de muy positivo, y comentó que el Centro tiene en carpeta realizar una experiencia similar en General Roca.
Un acto de creación
Frente al imperio de lo audiovisual en televisión, cine y formatos digitales, "el teatro tiene la gran fuerza de poner codo a codo a los espectadores con los actores; el actor está creando delante de tus ojos".
Javier cree en la supervivencia del teatro como manifestación artística y social: "Es una simbolización en la que el hombre necesita verse a sí mismo y su relación en el núcleo social donde vive".
Comulga con el pensamiento de Bertolt Brecht, cuando dice que "nos cabe la posibilidad de cambiar las cosas y, si mostramos una realidad, es con la idea de que eso se puede modificar y no de que es fatalmente así; el hecho teatral debe ofrecer el engranaje para desarrollar el ejercicio crítico, para que se vea la posibilidad del cambio".
IGNACIO ARTOLA
Fuente: rionegro
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