Una de las compañías teatrales más destacadas de la ciudad de La Plata, Devenir, estrenará hoy, a las 21.30, en El Doble (Aráoz 727), su último espectáculo. Se trata de "Quietito Pericles", una pieza de Gustavo Vallejos que cuenta con su dirección y la actuación de Javier Guereña.
Devenir inició su actividad en la década del 80 y en los últimos años el grupo presentó sus experiencias en el interior y en el exterior.
Vallejos, además, en los últimos años ha desarrollado un método de trabajo actoral que está ligado con el entrenamiento futbolístico. Su director de tesis fue el técnico Carlos Timoteo Griguol y parte del trabajo de campo de su investigación la realizó junto al plantel del Club Gimnasia y Esgrima La Plata, cuando Griguol lo conducía.
Vallejos cree en el trabajo grupal, es un apasionado del fútbol y a la vez del teatro, y este estudio le posibilitó unir ambas actividades. "Quietito Pericles" forma parte de una trilogía de textos concebida por Vallejos.
"En esas obras -comenta el director y autor- hay un tema común: el ser argentino. La idea es mostrar cómo fuimos cambiando en los últimos 15 años. Sobre todo la gente de mi generación (el creador tiene 46 años). Cuando se reinstaló la democracia las expectativas por un futuro mejor fueron muchas, pero a medida que las instituciones iban funcionando la cosa fue desmejorando y nosotros nos fuimos adaptando a una serie de palazos que aún hoy nos siguen castigando. En el primer texto hablaba de los inmigrantes argentinos que, cansados del país, se habían ido convencidos de que afuera todo iba a ser mejor. En "Quietito Pericles" la historia muestra a un hombre que tiene un accidente determinado y vive una circunstancia particular en la ciudad, en esta selva en la que vivimos. La idea, en ambos materiales, es tratar de buscar alguna luz posible en este marco de oscuridad en el que vivimos y nos desarrollamos."
La última parte de la trilogía está en preparación y allí el protagonismo lo tiene la muerte. "La muerte argentina -enfatiza Vallejos-, que es muy diferente de otras, porque tiene un campo de estudio más amplio y más doloroso."
La formación de Vallejos está muy ligada a los postulados de la antropología teatral de Renzo Cassali y Eugenio Barba. Ese es el punto de partida que lo lleva a creer en la necesidad de un entrenamiento actoral muy riguroso.
Su investigación comenzó en 1994 con "Diario de a bordo", versión de "En altamar", del polaco Mrozec, y luego la continuó en "Drácula", de Marcelo Marán, que fue protagonizada por Juan Palomino y Mara Besteli en 1998.
"La idea del método -aclara- es que el actor trabaje con mayor libertad y pueda discutir con un director no sólo a nivel intelectual sino imaginativo. Intentamos encontrar un intérprete que básicamente desarrolle su imaginación, que tenga mayor creatividad, más soltura y pueda estar capacitado para representar lo que le toque. No siempre los actores encuentran un director creativo, pero si tienen una importante reserva creativa esto los puede ayudar mucho."
Al buscar comparaciones con la técnica futbolística el director pone el siguiente ejemplo: "Un jugador está tácticamente colocado, sabe que tiene un lugar. Es una ventaja en relación con los actores. El actor es él en sí mismo o la obra. El elemento que provoca el juego es la pelota, pero con creatividad y visión de campo ese hombre resuelve las alternativas del juego".
Otro tema importante tiene que ver con la preparación física. Por lo común, un director ensaya con actores que generalmente tienen otra actividad laboral. "Están mal alimentados -acota-, mal dormidos y con muy pocas posibilidades de energía creativa. En un comienzo lo que proponemos es componer a ese actor y después tratamos de darle un ordenamiento físico, es necesario que reconozca los grupos musculares que operan cuando actúa, por ejemplo, y tenga posibilidades de una concentración mayor."
Un jugador termina un partido y se entrena para el siguiente. "La intención es volver a cero -finaliza- y desde ahí, en cada nueva función, construir ese grado de emoción para que ese tiempo pueda cambiar al espectador, que es distinto cada noche."
Fuente: LA NACION
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