"ACASSUSO"PEDRO LABRA HERRERA
EL MERCURIO - Santiago de Chile
La versión original de "Acassuso", dirigida por su talentoso autor, Rafael Spregelburd, se 'pegó' tres años en la cartelera bonaerense debido, sin duda, a la agudeza de su retrato coral -irónico y al mismo tiempo cariñoso- del cuerpo docente de una escuelita semirrural, y a la profunda y afiatada verdad con que el elenco lo encarnó. El desopilante montaje, que tuvimos la suerte de disfrutar, dejó en claro la tragicómica similitud aquí y allá de la heroica dedicación y mística con que las profesoras públicas cumplen su abnegada función, luchando contra la precariedad de los medios que provee el Estado.
La versión criolla alcanza un atractivo bastante inferior (y hay que aclarar que no siempre nuestro quehacer teatral sale desfavorecido en comparación con el porteño). Lo que se puede atribuir básicamente a que la dirigió Francisco Albornoz, quien tras abocarse a la experimentación recién este año con "Pana" derivó al realismo psicológico, e incursiona ahora en el género comedia.
El poco estimulante título, sin resonancias locales, se refiere a la localidad suburbana del Gran Buenos Aires, donde se sitúa la acción. Un millonario e impune atraco a un banco muy cercano, sin derramamiento de sangre (que ocurrió en realidad), rompe la rutina de las nueve maestras y las hace imaginar algún modo no tan lícito de mejorar sus propios ingresos y el presupuesto escolar.
Las actrices de mayor trayectoria se defienden con su oficio, pero en el rendimiento interpretativo general predomina un tono más bien farsesco y de efecto fácil, con abundante desborde vocal y braceo. Lo que desperfila la humanidad de los personajes y su interrelación, y otorga un valor excesivo a los giros absurdos del relato. Ya que está débilmente resuelto en el texto, el tramo final tiende así a desarmarse y luce forzado.
Fuente: El Mercurio
La versión criolla alcanza un atractivo bastante inferior (y hay que aclarar que no siempre nuestro quehacer teatral sale desfavorecido en comparación con el porteño). Lo que se puede atribuir básicamente a que la dirigió Francisco Albornoz, quien tras abocarse a la experimentación recién este año con "Pana" derivó al realismo psicológico, e incursiona ahora en el género comedia.
El poco estimulante título, sin resonancias locales, se refiere a la localidad suburbana del Gran Buenos Aires, donde se sitúa la acción. Un millonario e impune atraco a un banco muy cercano, sin derramamiento de sangre (que ocurrió en realidad), rompe la rutina de las nueve maestras y las hace imaginar algún modo no tan lícito de mejorar sus propios ingresos y el presupuesto escolar.
Las actrices de mayor trayectoria se defienden con su oficio, pero en el rendimiento interpretativo general predomina un tono más bien farsesco y de efecto fácil, con abundante desborde vocal y braceo. Lo que desperfila la humanidad de los personajes y su interrelación, y otorga un valor excesivo a los giros absurdos del relato. Ya que está débilmente resuelto en el texto, el tramo final tiende así a desarmarse y luce forzado.
Fuente: El Mercurio
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