El teatro en Londres Sortea la crisis y atraviesa un gran momento. Un panorama alentador.
Por: Mark Lawson. The Guardian y Clarin
Mientras el cine y la TV británicos pasan por un momento difícil, la escena teatral florece con las actuaciones de figuras como Rachel Weisz y Mark Rylance y sobresalientes obras nuevas de jóvenes dramaturgos. ¿La tendencia puede durar? Una revista de cine hace poco envió un cuestionario sobre el futuro del cine a una serie de directores, entre los que se contaba Sam Mendes. "Me preguntron si era optimista respecto de las posibilidades de la producción 3D", cuenta. "Yo les contesté: Ya hago 3D. Se llama teatro." Desde Nueva York, Mendes explica que está ensayando para el segundo año de su "Bridge Project", en el cual un grupo de actores británicos y estadounidenses interpretan un par de obras tanto en Londres como en Brooklyn.
La puesta de Mendes de El jardín de los cerezos y Cuento de invierno se vieron en el Old Vic este verano y son dos argumentos a favor de la teoría de que el teatro británico atraviesa una fase de inusual éxito: en este momento es una de las pocas actividades que casi no se ha visto afectada por la recesión. Mendes, que vive en Estados Unidos casi todo el año, ahora observa el teatro británico desde lejos; aun así, está convencido que esta es una época especial. "Por lo que recuerdo, es la primera vez que todos y cada uno de los grandes teatros subsidiados -el National, la Royal Shakespeare Company (RSC), el Royal Court, el Donmar, el Almeida, el Old Vic- están siendo administrados adecuadamente y con inventiva. Que todos estén funcionando de la mejor manera posible al mismo tiempo es algo que no tiene precedentes".
Este optimismo quedó en evidencia la semana pasada en la entrega de los premios de teatro del Evening Standard, donde la opinión general fue que los galardones otorgados reflejaban una temporada de excepcional calidad: la actuación estelar de Rachel Weisz en Un tranvía llamado deseo; el Otelo de Lenny Henry; la lúcida descripción de las divisiones en el seno del islamismo británico que llevó a cabo la joven dramaturga Alia Bano en Shades. Llamativamente, tras un largo período en el que los candidatos favoritos en general eran las reposiciones de clásicos, las obras originales se alzaron con los premios al mejor actor (Mark Rylance en Jerusalem, de Jez Butterworth) y al mejor director (Rupert Goold por su puesta de Enron, de Lucy Prebble).
Los productores londinenses vaticinan que este impulso continuará, ya que están firmes las ventas anticipadas de entradas para El misántropo con Keira Knightley y La gata sobre el tejado de zinc caliente con James Earl Jones.
La productora teatral Sonia Friedman, entre cuyos proyectos están el traslado de Jerusalem al West End el año que viene y la representación actual del Otelo de Henry, es especialmente optimista. "Es la época más fértil que he visto en el teatro. A todo lo que hice le fue mejor de lo que esperaba durante el verano, y todo lo que viene tiene más reservas de las previstas."
Traducción Elisa Carnelli
Fuente: Clarín
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