El recital duró dos horas y media
Por: Belén Papa Orfano
Fue una fiesta, de esas a las que tiene acostumbrado a su público, de las que sólo su euforia puede crear. Una fiesta con invitados, amigos que supo cosechar en los más de veinte años de carrera musical. A las 21.50 empezaron a sonar los primeros acordes de "La Primavera", ese sonido característico de muchas de sus canciones. De a uno los músicos de Radio Bemba -la banda que lo acompaña desde su partida de Mano Negra y su lanzamiento como solista- fueron ocupando sus puestos. Con ellos, como uno más, apareció Manu Chao.
El clandestino más famoso volvió a Buenos Aires luego de su visita en marzo para presentar su nuevo disco "Baionarena", un cd doble en vivo de su última gira con Radio Bemba. Desde temprano, en el estadio de All Boys, miles de almas aguardaron el reencuentro con el galo escuchando "Avanti Esperanza", "El Natty Combo" y "Onda Vaga". Entre los alambres de las tribunas colgaban las banderas con mensajes políticos que acompañan muchos de los shows de Manu. "Cárcel ya a los milicos asesinos", "Ley de glaciares" y símbolos del movimiento indígena fueron las principales. Pocas alusiones hizo el mismo Manu a las causas políticas que suele apoyar. Recordó a los muertos en la frontera entre EEUU y México y al ver una pancarta con el nombre de Luciano Arruga y la leyenda "desaparecido en democracia" dijo estar con su gente en el sentimiento. Quizás ya era suficiente con las letras de sus canciones, o habrá preferido dejar el tema a los protagonistas: a mitad de la noche, invitó a una representante del pueblo mapuche para transmitir su lucha contra el avance de las mineras y petroleras en el sur del país.
"Panic", "El hoyo" -que provocó los primeros estallidos de alegría de la gente- y "Mr. Bobby", fueron de los clásicos que conformaron el primer set de canciones, hasta que dio la bienvenida a uno de sus amigos, el español Tonino Carotone. Más tarde llegarían "Welcome to Tijuana", "El viento", "Rumba de Barcelona" y "Rainin in paradize". Más cerca del final, invitó al cantante vasco Fermín Muguruza a unírsele en el escenario.
Durante las dos horas y media de show 'escuchamos' el corazón de Manu en varias ocasiones, el músico repetía el gesto de golpear el micrófono con su pecho imitando un latido, y recordó una y otra vez al barrio de Floresta que acogió sus shows porteños. Hubo una ausencia llamativa: "la Colifata", el grupo de pacientes del hospital neuropsiquiátrico Borda que lleva adelante una radio y con el que Manu logró un vínculo especial, a la vez que lo integró en otras oportunidades a sus shows.
Con su interpretación del clásico mexicano "Volver", volver al tiempo que le regalaba a su público un "Hasta siempre, Floresta", Manu empezó a despedirse. Faltarían todavía algunos temas, la presentación de los miembros de Radio Bemba y un primer amague de que la fiesta había terminado. Cuando se volvió a subir al escenario, el público deliró: sonaban los primeros acordes del consagrado "Mala Vida".
De vuelta, uno a uno, los músicos se despidieron y partieron por el costado del escenario. Cuando las luces se apagaron el galo volvió con una versión más lenta de "Me llaman calle". Ahora sí, se acercaba la despedida. El final fue para uno de sus amores argentinos, Diego Maradona. "La vida tómbola", el tema que le escribió a su ídolo y con el que el director serbio Emir Kusturica musicalizó su documental sobre el futbolista fue el adiós. Manu se unió sus compañeros de Radio Bemba, se abrazaron y se dejaron llenar por los aplausos del público. Uno a uno, como irrumpieron en el escenario, se fueron. La fiesta había terminado.
Fuente: Ambito
Por: Belén Papa Orfano
Fue una fiesta, de esas a las que tiene acostumbrado a su público, de las que sólo su euforia puede crear. Una fiesta con invitados, amigos que supo cosechar en los más de veinte años de carrera musical. A las 21.50 empezaron a sonar los primeros acordes de "La Primavera", ese sonido característico de muchas de sus canciones. De a uno los músicos de Radio Bemba -la banda que lo acompaña desde su partida de Mano Negra y su lanzamiento como solista- fueron ocupando sus puestos. Con ellos, como uno más, apareció Manu Chao.
El clandestino más famoso volvió a Buenos Aires luego de su visita en marzo para presentar su nuevo disco "Baionarena", un cd doble en vivo de su última gira con Radio Bemba. Desde temprano, en el estadio de All Boys, miles de almas aguardaron el reencuentro con el galo escuchando "Avanti Esperanza", "El Natty Combo" y "Onda Vaga". Entre los alambres de las tribunas colgaban las banderas con mensajes políticos que acompañan muchos de los shows de Manu. "Cárcel ya a los milicos asesinos", "Ley de glaciares" y símbolos del movimiento indígena fueron las principales. Pocas alusiones hizo el mismo Manu a las causas políticas que suele apoyar. Recordó a los muertos en la frontera entre EEUU y México y al ver una pancarta con el nombre de Luciano Arruga y la leyenda "desaparecido en democracia" dijo estar con su gente en el sentimiento. Quizás ya era suficiente con las letras de sus canciones, o habrá preferido dejar el tema a los protagonistas: a mitad de la noche, invitó a una representante del pueblo mapuche para transmitir su lucha contra el avance de las mineras y petroleras en el sur del país.
"Panic", "El hoyo" -que provocó los primeros estallidos de alegría de la gente- y "Mr. Bobby", fueron de los clásicos que conformaron el primer set de canciones, hasta que dio la bienvenida a uno de sus amigos, el español Tonino Carotone. Más tarde llegarían "Welcome to Tijuana", "El viento", "Rumba de Barcelona" y "Rainin in paradize". Más cerca del final, invitó al cantante vasco Fermín Muguruza a unírsele en el escenario.
Durante las dos horas y media de show 'escuchamos' el corazón de Manu en varias ocasiones, el músico repetía el gesto de golpear el micrófono con su pecho imitando un latido, y recordó una y otra vez al barrio de Floresta que acogió sus shows porteños. Hubo una ausencia llamativa: "la Colifata", el grupo de pacientes del hospital neuropsiquiátrico Borda que lleva adelante una radio y con el que Manu logró un vínculo especial, a la vez que lo integró en otras oportunidades a sus shows.
Con su interpretación del clásico mexicano "Volver", volver al tiempo que le regalaba a su público un "Hasta siempre, Floresta", Manu empezó a despedirse. Faltarían todavía algunos temas, la presentación de los miembros de Radio Bemba y un primer amague de que la fiesta había terminado. Cuando se volvió a subir al escenario, el público deliró: sonaban los primeros acordes del consagrado "Mala Vida".
De vuelta, uno a uno, los músicos se despidieron y partieron por el costado del escenario. Cuando las luces se apagaron el galo volvió con una versión más lenta de "Me llaman calle". Ahora sí, se acercaba la despedida. El final fue para uno de sus amores argentinos, Diego Maradona. "La vida tómbola", el tema que le escribió a su ídolo y con el que el director serbio Emir Kusturica musicalizó su documental sobre el futbolista fue el adiós. Manu se unió sus compañeros de Radio Bemba, se abrazaron y se dejaron llenar por los aplausos del público. Uno a uno, como irrumpieron en el escenario, se fueron. La fiesta había terminado.
Fuente: Ambito
APARICION CON VIDA DE LUCIANO ARRUGA !!!!
ResponderEliminarGRACIAS MANU ...