martes, 12 de agosto de 2003

"A veces, necesito ver teatro liviano"

TEATRO: ENTREVISTA CON DANIEL VERONESE
Reconocido como un creador de vanguardia, dirigirá a Gerardo Romano. Tiene varias obras en cartel e invitaciones a giras locales e internacionales.

María Ana Rago

Del teatro independiente al comercial, pasando por puestas locales, giras internacionales y un biodrama, se anima a todo. "Mis obras parecen de distintos autores", reconoce Daniel Veronese. Su estudio está poblado de objetos. Muñecos, maniquíes, un viejo monopatín, figuras de animales, velas, carteles componen la escenografía del espacio en el que trabaja este integrante de, precisamente, El Periférico de Objetos.

La última noche de la humanidad (de El Periférico, dirigida por Veronese, Ana Alvarado y Emilio García Wehbi) estuvo en Brasil y ahora va al Festival de Escocia. El suicidio (Apócrifo I) (también de esa compañía) concluyó su gira por España y se repuso en El Callejón. Y fuera del grupo, dos obras escritas y dirigidas por Veronese están en cartel, en el circuito independiente: Mujeres soñaron caballos y Open house. "Es una obra que no se va a dejar de hacer nunca. A medida que los actores la abandonen, se va a ir transformando", explica el autor con respecto a Open.... Otra pieza dirigida por él, Dramas breves 2, de Philippe Minyana, bajó el mes pasado de la cartelera y sale de gira a fin de mes.

Los actores de Open house —se presentó en España, Bélgica e Italia—, son diez jóvenes egresados de la carrera de actuación del IUNA (Instituto Universitario de Arte). Cuando tuvieron que realizar su residencia para obtener el título, lo eligieron a Veronese como su director. Y a él se le ocurrió experimentar con ellos la ruptura de las convenciones. "Quise hacer algo que se opusiera a todo lo que habían aprendido. La escolástica aleja del arte", asegura. Por eso los intérpretes encarnan a seres "extranjeros en el territorio de los artistas, no hablan el idioma del arte".

Pero como si hasta aquí la actividad teatral de este hombre fuera poca, hay más. Y sus proyectos son a corto y largo plazo. En octubre se estrena en el Teatro Sarmiento una obra de su autoría y bajo su dirección, dentro del ciclo Biodramas. "La forma que se despliega es sobre fantasmas míos. Tiene que ver con la pérdida de un hijo. No es algo que yo pasé, pero cuando se tiene un hijo también se piensa en la posibilidad de la pérdida. Va a ser totalmente ficcional", dice. Para el año próximo está prevista la reposición de Máquina Hamlet, después de una gira por España. Además, El Periférico prepara un nuevo espectáculo para el 2004, sobre cuentos de Andersen, para un festival en Dinamarca. A fin de este año se estrena un unipersonal de Gerardo Romano, que dirige Veronese junto a Susana Torres Molina. "Se llama Padre Nuestro. Es una obra compuesta a partir de textos que hemos ido juntando, sobre el tema del padre. También estreno el año que viene una versión de Tres hermanas, de Chéjov en el Centro Cultural de la Cooperación", concluye.

¿Qué recepción tuvo Open House en el exterior?

Les fascinó la poca utilización de recursos técnicos. En Europa, en festivales grandes, el público está acostumbrado a ver pantallas de video, multimedia, etc. Y aquí hay un piano eléctrico, un conejo y dos micrófonos; con eso está armado el espectáculo. Les producía mucha empatía la temática del abandono, la muerte, la desilusión. Producía un efecto desolador.



¿Por qué nunca va a bajar de cartel?

Porque son testimonios individuales sobre la pérdida y si alguien abandona el proyecto, se puede seguir haciendo. Si algún actor deja el proyecto no va a ser reemplazado. Quiero que la obra se convierta en un organismo vivo, que se modifique en función de las posibilidades de los actores.

¿Qué dijeron los actores cuando les propusiste este contrato?

De todo... Les produjo revolución.

¿Pensás que el texto tiene que subordinarse a otros aspectos de las obras?

En mis textos, la autoría tiene que subordinarse a la dirección. Con textos ajenos a veces me da un poco de pudor.

Los proyectos que encara son muy diversos. No descarta la posibilidad de la mirada prejuiciosa sobre su trabajo con Romano, en el circuito comercial. "Yo soy espectador de tipos de teatro distintos, a veces necesito ver teatro liviano. No podría ver sólo el teatro que yo hago. Tampoco creo que haya que hacer el teatro que yo hago. Hago el teatro que puedo".


Fuente: Clarín

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