martes, 27 de abril de 2010

Musicoterapia

Se aplica más bien a patologías de salud mental, pero sirve como canal de expresión para todo el que lo necesite

Aunque el concepto incluya la palabra “música”, no tiene que ver estrictamente con una composición formal y convencional, como podría pensarse. En realidad, la Musicoterapia hace referencia a la ejecución de sonidos como medio de expresión, con el objetivo de hacer sentir mejor a alguien. Y comprender esta diferencia es de vital importancia porque, de lo contrario, se corre el riesgo de dar por sentado que hay que saber de música para experimentar los efectos de esta técnica.

En diálogo con Hoy, la licenciada en Musicoterapia por la UBA, y miembro de la Asociación de Musicoterapia de La Plata (Amulp), Alejandra Greig, contó qué cosas hacen a la música un buen camino terapéutico. Así, explicó que se trabaja desde lo “sonoro-corpóreo-musical”, teniendo en cuenta que “la audición es uno de los primeros sentidos que se desarrolla, incluso desde antes de nacer y, salvo que exista algún problema, se mantiene hasta el final de la vida”. Pero, ¿qué diferencia al oído de la vista o el tacto, por ejemplo? Bueno, que “no tiene ningún velo represivo, es decir, no se puede elegir no escuchar, ya que los sonidos están todo el tiempo presentes”, señala Greig.

La mejor prueba de que no es necesario saber de ritmos para someterse a un tratamiento de este tipo es el hecho de que la mayoría de los pacientes ni siquiera tiene noción de cómo tocar un instrumento. “Muchas veces, empiezan con una exploración personal de la guitarra, por ejemplo. También se puede trabajar con música grabada, y probar con los sonidos que a cada uno les salga”, cuenta la especialista, y continúa: “De hecho, si un músico profesional escuchara una improvisación realizada en una sesión de musicoterapia, diría que es un horror, pero porque en ese ejercicio se evalúan otras cuestiones, y no precisamente la belleza o perfección de una melodía”. Entre esos aspectos que se determinan, Greig menciona la autonomía del paciente, su escucha, intencionalidad, relación con el mundo exterior, coordinación, y más. “Pueden parecer cosas obvias, pero son importantes avances en muchas patologías”.

Hablar de Musicoterapia lleva fácilmente a pensar en una cura o sanación. Pero Greig -así como casi todos los profesionales de este método- prefieren hablar de cambios o mejorías. “No se puede decir que la música cure, porque se usa para muchos trastornos para los que, de hecho, no existe una cura, como el autismo. En cambio, se trata de darle a alguien las herramientas para que se exprese y, de ese modo, pueda tener una mejor calidad de vida”, precisa.

Asimismo, hace hincapié en que, “como en todo, los resultados dependen del trabajo del terapeuta y de la respuesta del paciente o de quien la experimente”.

En definitiva, lo único que importa es estar bien, o un poco mejor. No todas las personas tienen la posibilidad de comunicarse verbalmente, y la terapia con sonidos nació como una alternativa para ellas. Mientras les sirva para expresarse, y del otro lado haya alguien para interpretar lo que dicen, todo intento es válido.

Campos de aplicación de una terapia que se abre camino

Desde la Asociación de Musicoterapia de La Plata (Amulp), la especialista Alejandra Greig se refirió a los ámbitos de aplicación que la Musicoterapia tiene en nuestro país, y explicó que, aunque “son muy diversos”, el predominio se da en el campo de la salud mental. Esto se debe a que “al no estar institucionalizada la profesión, es allí donde más trabajo hay, sobre todo a nivel privado”. Así, las patologías en las que más se emplea son: autismo, psicosis, depresión, rehabilitación motriz, parálisis mental, espina bífida, entre otros.

En los últimos años, sin embargo, se han generado otros espacios en escuelas o comedores
barriales, donde el trabajo con música sirve para aprender normas de convivencia, como el respeto o la tolerancia social, cuenta Greig, que tuvo una experiencia de este tipo en un colegio de la periferia.

“Como cada vez más gente empieza a conocer qué es la Musicoterapia, se van dando proyectos puntuales a partir de instituciones o personas que se interesan”, cuenta. Los métodos de trabajo son múltiples y, aunque la mayoría vienen de otras disciplinas, poco a poco van apareciendo otros nuevos, que nacen dentro del marco propio de la musicoterapia.

Para sacarse cualquier duda sobre el tema, escribir a Amulp a: amulp@hotmail.com

Fuente: Hoy

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