De bueyes, a horas del show en La Trastienda, Osky Righi habla de Cordera
“Tenemos que dejar que Bersuit descanse”, dice el guitarrista de la rubia y enrulada cabellera Osky Righi, contento con su nuevo emprendimiento, De Bueyes. Allí comparte nuevas experiencias con varios de sus ex compañeros -más precisamente tres-, con quienes presentará hoy, a las 21, su primer disco, Más que una yunta, en la porteña Trastienda (Balcarce 460).
“Nos juntamos cuatro de los Bersuit porque las cosas se fueron dando así”, cuenta Righi. “En principio era un disco solista mío, pero no me banqué la de solista, creo que el pensamiento de muchos es mucho más rico que el de uno”. Así De Bueyes se convirtió en la ambigua sensación de continuar a la Bersuit, “pero con olor a volver a empezar”.
–Las letras de Más que una yunta se refieren mucho al amor, o al sexo…
–Sí. Salimos un poco de la música rioplatense y del contenido político. Algunas eran canciones que habían quedado afuera del último CD de Bersuit. Igual hay algunas como “Dartagnan” y “Anclado” que tienen que ver con sentimientos sociales.
El primer corte del disco fue “Dicho popular”, tema de riff pegadizo que oficia de cortina de Botineras y cuya letra auspicia el encuentro sexual entre 3 personas (“No quiero que seamos dos / prefiero que seamos tres / cuando pienso en el amor, pienso en vos y en otra mujer”).
–¿Cómo fue recibida “Dicho popular”? ¿Fue festejada o hubo quienes se escandalizaron?
–Depende del sentido del humor de quien lo escucha... Pero funcionó muy bien, nos posicionó, ahora la ponen de cortina en todos lados.
–¿Es difícil la relación de las novias y esposas con una banda de rock?
–En Bersuit siempre fue conflictivo. Ya sabemos cómo es una banda de rock. Siempre hay discusiones en las parejas, sobre todo cuando nosotros nos vamos de viajes y ellas no. Ahora Cordera está trabajando con su mujer. Y en mi caso ya está todo muy bien aclarado, son muchos años.
Musicalmente, Más que una yunta es un disco con menos inyección de ritmos que las que podían oírse en la banda de Cordera. Sin embargo, eso puede cambiar: “Con el Cóndor tenemos el proyecto de hacer un disco de cumbia tecno”, anuncia.
–¿Hubo nuevas sensaciones sobre el escenario en sus presentaciones como De Bueyes?
–Fundamentalmente la vuelta a lugares abandonados hace mucho tiempo. Queríamos volver a tener la sensación de tocar cerca de la gente. Eso te carga, te vuelve a la realidad de un músico común. Si vos tocás en la cancha de River, extrañamente puedas tocar en la Trastienda.
Reconoce que “la movida en lugares chicos es más difícil. Entiendo a los grupos nuevos porque ahí guita no se gana, pero es el recorrido de cualquier tipo que labura.
Un lugar en el que De Bueyes no tiene aún integrante fijo es el del baterista. En Más que una yunta participaron cuatro. Uno de ellos, el de la banda madre: “En los dos últimos temas del disco suena la Bersuit”, avisa Righi. Aunque claro, con una ausencia notable…
–¿Qué pasa en el escenario sin Cordera?
–Son cosas diferentes. El Pelado tiene una forma de comunicar que muchos quieren y muchos odian. Es un tipo que sobre las tablas maneja bien el equipo. En estos 20 años el resultado es positivo, pero en algunos momentos todos nos mandamos cagadas. Con los chicos hablamos menos, hay menos demagogia, el líder es la música. No hablamos de lo que tienen que hacer los políticos ni somos opinionistas. Ahora sobre política preferimos hablar en una canción, pero no con discursos en un escenario.
–¿Alguna vez se imaginaron que Bersuit sería el monstruo en el que se convirtió?
–No, sinceramente nunca creí que iba a llenar una cancha de River. Ahora volvemos a sentir a tocar por el cariño de la gente, una sensación que con Bersuit en Argentina habíamos perdido.
–Ustedes siempre han mencionado una tendencia al caos en Bersuit…
–Bersuit y caos van de la mano, son una misma cosa. Somos todos tipos muy distintos, pero todos con personalidades muy fuertes. Excepto cuando nos ves en pijamas, no nos parecemos en nada entre nosotros. Y dentro de ese caos es la genialidad que sucede cuando escuchás temas como “La bolsa”, “Murguita del sur” o tantos otros.
El último disco de Bersuit planteó el interrogante. Hoy aún no tiene respuesta. “Hubo tirantez con Cordera, pero no me parece cerrar una puerta por un malentendido o por una discusión. Podemos separarnos mañana o seguir tocando, podemos pasar del éxtasis a la agonía de un momento a otro. No te sorprendas de que salgamos a tocar mañana; o que saquemos un comunicado anunciando que nos separamos”.
“Tenemos que dejar que Bersuit descanse”, dice el guitarrista de la rubia y enrulada cabellera Osky Righi, contento con su nuevo emprendimiento, De Bueyes. Allí comparte nuevas experiencias con varios de sus ex compañeros -más precisamente tres-, con quienes presentará hoy, a las 21, su primer disco, Más que una yunta, en la porteña Trastienda (Balcarce 460).
“Nos juntamos cuatro de los Bersuit porque las cosas se fueron dando así”, cuenta Righi. “En principio era un disco solista mío, pero no me banqué la de solista, creo que el pensamiento de muchos es mucho más rico que el de uno”. Así De Bueyes se convirtió en la ambigua sensación de continuar a la Bersuit, “pero con olor a volver a empezar”.
–Las letras de Más que una yunta se refieren mucho al amor, o al sexo…
–Sí. Salimos un poco de la música rioplatense y del contenido político. Algunas eran canciones que habían quedado afuera del último CD de Bersuit. Igual hay algunas como “Dartagnan” y “Anclado” que tienen que ver con sentimientos sociales.
El primer corte del disco fue “Dicho popular”, tema de riff pegadizo que oficia de cortina de Botineras y cuya letra auspicia el encuentro sexual entre 3 personas (“No quiero que seamos dos / prefiero que seamos tres / cuando pienso en el amor, pienso en vos y en otra mujer”).
–¿Cómo fue recibida “Dicho popular”? ¿Fue festejada o hubo quienes se escandalizaron?
–Depende del sentido del humor de quien lo escucha... Pero funcionó muy bien, nos posicionó, ahora la ponen de cortina en todos lados.
–¿Es difícil la relación de las novias y esposas con una banda de rock?
–En Bersuit siempre fue conflictivo. Ya sabemos cómo es una banda de rock. Siempre hay discusiones en las parejas, sobre todo cuando nosotros nos vamos de viajes y ellas no. Ahora Cordera está trabajando con su mujer. Y en mi caso ya está todo muy bien aclarado, son muchos años.
Musicalmente, Más que una yunta es un disco con menos inyección de ritmos que las que podían oírse en la banda de Cordera. Sin embargo, eso puede cambiar: “Con el Cóndor tenemos el proyecto de hacer un disco de cumbia tecno”, anuncia.
–¿Hubo nuevas sensaciones sobre el escenario en sus presentaciones como De Bueyes?
–Fundamentalmente la vuelta a lugares abandonados hace mucho tiempo. Queríamos volver a tener la sensación de tocar cerca de la gente. Eso te carga, te vuelve a la realidad de un músico común. Si vos tocás en la cancha de River, extrañamente puedas tocar en la Trastienda.
Reconoce que “la movida en lugares chicos es más difícil. Entiendo a los grupos nuevos porque ahí guita no se gana, pero es el recorrido de cualquier tipo que labura.
Un lugar en el que De Bueyes no tiene aún integrante fijo es el del baterista. En Más que una yunta participaron cuatro. Uno de ellos, el de la banda madre: “En los dos últimos temas del disco suena la Bersuit”, avisa Righi. Aunque claro, con una ausencia notable…
–¿Qué pasa en el escenario sin Cordera?
–Son cosas diferentes. El Pelado tiene una forma de comunicar que muchos quieren y muchos odian. Es un tipo que sobre las tablas maneja bien el equipo. En estos 20 años el resultado es positivo, pero en algunos momentos todos nos mandamos cagadas. Con los chicos hablamos menos, hay menos demagogia, el líder es la música. No hablamos de lo que tienen que hacer los políticos ni somos opinionistas. Ahora sobre política preferimos hablar en una canción, pero no con discursos en un escenario.
–¿Alguna vez se imaginaron que Bersuit sería el monstruo en el que se convirtió?
–No, sinceramente nunca creí que iba a llenar una cancha de River. Ahora volvemos a sentir a tocar por el cariño de la gente, una sensación que con Bersuit en Argentina habíamos perdido.
–Ustedes siempre han mencionado una tendencia al caos en Bersuit…
–Bersuit y caos van de la mano, son una misma cosa. Somos todos tipos muy distintos, pero todos con personalidades muy fuertes. Excepto cuando nos ves en pijamas, no nos parecemos en nada entre nosotros. Y dentro de ese caos es la genialidad que sucede cuando escuchás temas como “La bolsa”, “Murguita del sur” o tantos otros.
El último disco de Bersuit planteó el interrogante. Hoy aún no tiene respuesta. “Hubo tirantez con Cordera, pero no me parece cerrar una puerta por un malentendido o por una discusión. Podemos separarnos mañana o seguir tocando, podemos pasar del éxtasis a la agonía de un momento a otro. No te sorprendas de que salgamos a tocar mañana; o que saquemos un comunicado anunciando que nos separamos”.
Fuente: Diagonales
Mucha claridad oski, y el disco esta muy muy bueno, y el vivo tremendo, una banda de posta, no hay verso tocan y cantan increible, se los pudo escuchar en radios sin amplificadores ni nada y son buenisimos igual. Parte de bersuit que me gusta mas que bersuit.
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