La feria de Plaza Italia de la ciudad de La Plata hace tiempo que dejó de ser un circuito de artesanías para convertirse en un mercado donde se venden desde películas truchas hasta perros, gatos, aves de todo tipo, iguanas y ratones. ¿Qué pasó con el viejo paseo de artesanos? ¿Quién controla los puestos de uno de los puntos más visitados de la Ciudad durante los fines de semana?
Si no fuera por los dvds piratas que se ofrecen en cantidades enormes, da la impresión que se trata de un mercado persa: canastos de mimbre, jaulones con perros o aves, frascos repletos de ratones, mantas desplegadas en el suelo donde se venden gatos lo mismo que iguanas, puestitos de sahumerios y, una y diez veces, los tablones con los compact discs y los dvds piratas con las novedades del cine o las series de televisión. Hace tiempo que uno de los paseos más tradicionales y concurridos de la Ciudad, la feria de Plaza Italia, dejó de ser ese circuito reservado al trabajo artesanal para convertirse en un mercado donde se vende todo lo que se pueda.
El caso de los animales es llamativo. Y preocupa. "Es cierto que hay un desborde que atenta contra la idea original del paseo -reconoce Mario Rodríguez, secretario general de la Comuna local-. Sabemos que se venden cada vez más animales y que muchos puesteros hacen lo que quieren. Hace tiempo que hay una situación caótica en la Plaza Italia, pero queremos revertirla y hacerlo del modo menos traumático posible. Los operativos suelen ser muy complicados. Les retiramos la mercaderia pero vuelven a instalarse. Y el caso de los animales es todavía más complicado, porque están los que manejan el negocio como si fuera una verdadera red y los particulares que, aunque sepan que están en falta, van igual a vender sus cachorritos".
En rigor, la feria tiene habilitados unos 40 puestos para vender artesanía. Pero lo que ocurre en la práctica es muy distinto a lo que contempla la ordenanza comunal. No sólo los particulares van a ofrecer mascotas por valores que, en el caso de los perros, van de los 200 a los 800 pesos, también hay criadores de perros que aprovechan el movimiento de gente para instalarse y comercializar los animales, incluso con los papeles que certifican la pureza de la raza.
"Estamos intentando hacer una tarea persuasiva con todos los puesteros -asegura Rodríguez-. Hasta el momento hay que reconocer que todas las acciones del Estado fueron insuficientes, pero tenemos que encontrarle la vuelta. No sólo se está incumpliendo las disposiciones municipales, también se violan leyes nacionales, como ocurre en el caso de la venta de animales".
Mientras tanto, el paseo sigue convocando a miles de platenses todos los fines de semana. La oferta que encuentran es por demás variada. Además de los productos artesanales que conviven con la venta de animales, la gente encuentra reproductores de mp3, memorias para cámaras digitales y hasta celulares de última generación liberados.
Claro que los artesanos que trabajan en la feria recuerdan todo el tiempo las profundas diferencias que los separan de los llamados manteros. Dicen que ellos están inscriptos y que debieron pasar un "examen" para demostrar que producen lo que venden de forma artesanal, que no "revenden productos ni chinos ni robados".
Sobre esto, no son pocos los artesanos radicados hace años en el paseo que aseguran que muchos revendedores que se instalan los fines de semana en la feria llegan provenientes del conurbano sin ningún tipo de autorización para vender. Algo similar ocurre con la venta de animales: si bien hay criaderos de la Ciudad y venta de particulares, se asegura que la mayor parte de la comercialización de mascotas está regenteada por un grupo que hasta cobra para permitir la venta en la plaza.
El tema también es analizado por la dirección de Coordinación de Gestión Cultural de la Comuna, donde sus autoridades llegaron a decir que quienes están detrás de la venta de animales "exigieron 40 metros cuadrados para instalar sus jaulas y ni siquiera son platenses. Lamentablemente, hay gente pesada que presiona a los artesanos genuinos, violenta los faroles y tomacorrientes y genera riesgos eléctricos. es una batalla permanente".
Desde esa repartición, además, se apuntó que "está instalado desde hace años que a La Plata viene a vender cualquiera y no pasa nada. Y en un contexto de crisis, esto se potencia. Pero los ambulantes de La Plata son los menos; viene muchísima gente del Conurbano. Desde el Municipio venimos haciendo un trabajo de hormiga con relevamientos, encuestas socioeconómicas y propuestas de reconversión laboral que a veces son rechazadas porque resulta más rentable o cómodo seguir en la ilegalidad. Además, tenemos senegaleses con certificados que los acreditan como refugiados, familias con chicos discapacitados, ex combatientes de Malvinas, cada intento de desalojo es un conflicto interminable".
Lejos quedaron aquellos años donde al paseo se lo reconocía como "la feria hippie". Si bien muchos artesanos de la primera guardia todavía resisten desde sus puestos ubicados en el corredor central de la plaza, en la actualidad ese rubro parece perder por goleada ante el avance de una venta que, más allá de su ilegalidad, distorsiona por completo la idea original del lugar. Acaso los puestos que menos trabajen sean precisamente los que venden cinturones o carteras de cuero. Y por el contrario: aquel que quiera comprar una mascota, hoy por hoy, sabe que antes de ir a una veterinaria lo más sencillo es darse una vuelta por la plaza Italia. Ahí va a encontrar lo que quiera; desde canarios hasta perros de pura raza.
Fuente: El Día
Era cierto. Estuve... No me gustó lo de los animales. Y en algunas partes esta intransitable.
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