jueves, 28 de enero de 2010

La oscura historia de la Bauhaus en la Alemania nazi

El cartel de entrada de Buchenwald. | AP

Jerusalén estudia el papel de Franz Ehrlich, el arquitecto de Buchenwald

Sal Emergui | Jerusalén

Los planos originales del campo de exterminio Auschwitz-Birkenau protagonizan la exposición 'Arquitectura del Asesinato' inaugurada en Yad Vashem, el Museo del Holocausto de Jerusalén.

Más allá del valor de este histórico documento, una cuestión asoma en la solemne sala: la relación -voluntaria o forzosa- de un puñado de brillantes arquitectos con el régimen de muerte impuesto por los nazis.

Nadie mejor que los casos de Franz Ehrlich (1907-84) y de la escuela de la Bauhaus para reflejar el incómodo asunto. Ehrlich, en realidad, no fue, ni mucho menos, un nazi nato. Pasó por Buchenwald como militante comunista. Pero, en algún momento de su estancia en el campo de concentración, pactó con el diablo, consiguió su liberación y se convirtió en «el arquitecto de la casa» del Partido Nazi.

Ehrlich diseñó, entre otras, la puerta de entrada de su antiguo presidio. EN el frontis, se podía leer un cínico cartel: «Jedem das Seine», que significa «a cada uno lo suyo», pero que también podría traducirse como "cada uno recibe lo que se merece". Cerca de 60.000 personas fueron asesinadas al otro ladod e esa inscripción.

La pregunta que queda en el aire para los asistentes a la muestra es sencilla: ¿cuánto perdón merece el arquitecto?

Consideremos los datos conocidos: hace cinco años, el Instituto de Investigación de Buchenwald recibió una llamada inusual. El Archivo Bauhaus quería saber si un preso había sido liberado de Buchenwald llevándose un camión lleno de muebles. Los historiadores se pusieron manos a la obra y llegaron a la conclusión que así fue. El preso era el mismo Franz Ehrlich, liberado en el 39 con la condición que se pusiera a trabajar para los nazis. Y el camión transportaba prototipos de mesas, armarios y sillas destinados a los oficiales de las SS.

La historiadora Ramona Brau explica que «materiales del legado de Ehrlich en el archivo de Bauhaus revelaron aspectos desconocidos. Tuvimos que investigar cuatro años hasta entender, por ejemplo, que él había diseñado la puerta de Buchenwald».

Brau disculpa a Ehrlich. «Su colaboración con el nazismo fue un acto de supervivencia. Nunca estuvo conectado ideológicamente al nazismo ni ocultó que había sido detenido por pertenecer a la resistencia".

Ehrlich es un exponente de Bauhaus, una de las escuelas más influyentes del siglo XX. Creada en 1919, destaca su notable herencia pero también la dudosa relación de muchos de sus licenciados con el nazismo. El 1 de enero de 1972, se abrió el juicio contra Walter Dejaco y Fritz Ertl, dos arquitectos que diseñaron una de las obras más mortíferas de la historia: el campo de exterminio Auschwitz-Birkenau. Ertl fue reclutado por las SS para ampliar el campo y construir las cámaras de gas llamadas «duchas para necesidades especiales». El tribunal lo absolvió aunque, años después, se supo que el arquitectohabía estado presente en la crucial reunión de la cúpula nazi de 1942 que decidió la creación de los crematorios y cámaras de gas.

El arquitecto aseguró que intentó varias veces escaparse del encargo nazi alegando «los valores democráticos de la Bauhaus». Brau lo pone en duda: «Muy pocos de los 1.400 estudiantes de esa escuela fueron perseguidos. La Bauhaus no fue en ningún caso parte de la resistencia».

El director del Instituto Internacional de Investigación del Holocausto de Yad Vashem, David Bankier, recuerda a ELMUNDO.es que «muchos licenciados de la Bauhaus construyeron edificios para los nazis. Una pequeña parte se negó. Algunos por ejemplo se fueron a Tel Aviv que hoy es la ciudad con más edificios Bauhaus en todo el mundo», añade Bankier en el Museo del Holocausto de Jerusalén donde, al margen de conmemorar hoy el 65 aniversario de la liberación de Auschwitz-Birkenau, se debate un dato preocupante: el 2009 ha sido el año con más ataques antisemitas desde la Segunda Guerra Mundial.

Fuente: El Mundo

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