miércoles, 30 de diciembre de 2009

La última década del rock platense

Las bandas más significativas, la movida independiente, el sonido indie y las tendencias que marcaron la escena rockera local de este último período. Un breve recorrido sobre la herencia de esta primera década del siglo.

Las expectativas ante la llegada de un nuevo año nunca son pocas. Hace diez, el cambio de siglo potenció aún más la perspectiva de los artistas: llegaba el año 2000 y eran sobradas las excusas para concretar las labores inconclusas. Mientras el contador se ponía en cero, varios experimentados músicos quisieron resolver seriamente sus obras. Así fue que por La Plata muchas bandas ya históricas de la escena rock se decidieron a realizar su primer gran lanzamiento discográfico. Una de ellas fue Guasones, que después de militar en las filas del rocanrol desde el año ‘92 debutó con una placa homónima editada por Del Cielito Records. Similar fue el caso de Embajada Boliviana. Los llamados “Ramones platenses”, militantes de la causa punk también desde el ‘92, ingresaron al nuevo milenio un esperado disco de estudio. Sucesor de tres aclamados demos, Soñando locuras agrupó sus mejores temas en plan hi-fi y contó con invitados de lujo como Ricky Espinoza (de Flema).


Pero las características propias que marcarían la década platense recién pudieron notarse algún tiempo después. Los sucesos políticos de 2001, el abandono de la convertibilidad y el avance de internet forjaron el perfil propio del decenio platense, abriendo la puerta a las fórmulas independientes que nos acompañan hasta el presente.

La profundización en los cambios tecnológicos facilitaron a muchos grupos, sobre todo de clase media, recursos de bajo costo para ascender velozmente la difusión de su música: con una computadora hogareña ya se podía grabar en varios canales, hacer copias de discos, diseñar tapas y difundir temas vía web. Así fue que aumentaron notablemente las ofertas, y cientos de exponentes locales superaron numéricamente la producción de toda la historia de La Plata.

Algún tiempo después, con la progresiva reducción de los costos tecnológicos, las bandas barriales accedieron a las mismas fórmulas que en principio sólo eran exclusivas de sectores económicamente más elevados: internet ya era para todos, y el precio de los CD era notoriamente más bajo.

La década del indie y la independencia

Primero, es importante aclarar la diferencia entre bandas independientes y bandas indie. Cuando se habla de las primeras, la independencia se traza respecto a los grandes sellos discográficos y las compañías multinacionales. La mayoría de los proyectos platenses suelen ser independientes, y dicha categoría trasciende cualquier estilo.

Cuando se habla de indie, en cambio, se habla de un sonido en particular, hoy en día muy propio de las bandas de La Plata. Si bien “indie” etimológicamente es un derivado de “independiente”, y sus características de base son compartidas, el término cobró vuelo propio refiriéndose a un estilo cercano a la música sónica, alternativa, con guitarras distorsionadas, espíritu punk y estética college. En él se enlistan grupos como Sr. Tomate, El Mató A Un Policía Motorizado, 107 Faunos, Valentín y los Volcanes, Japón, Indiana o Los Castores Cósmicos.

Si bien los años ‘00 se destacaron por su adhesión a la independencia, La Plata se caracterizó por difundir el sonido indie. De allí que se la llame “la capital del indie”.

Sus bandas no son necesariamente las más convocantes, como no lo fueron las de fusión electrónica de los ‘90, pero sí marcaron el sello característico de la época por su novedoso proceder y su irrupción en la escena nacional. A su servicio, singulares reductos under conteniéndolas, compilados difundiendo su labor e importantes destacados en todos los medios especializados nacionales.

Mientras a finales del siglo pasado los referentes de los músicos solían ser grupos clásicos como los Beatles, Rolling Stones, Iron Maiden o Ramones, en los años ‘00 los músicos platenses, hijos reconocidos de la globalización, se enfocaron en bandas menores para la media, como Joy Division, Weezer, Guided By Voices, Pixies, Yo La Tengo o Moldy Peaches.

Mucho tuvieron que ver con la popularidad del género indie los éxitos cosechados por bandas locales como El Mató A Un Policía Motorizado y, por extensión, los grupos que comparten su sello independiente Laptra. Los motorizados bien supieron llegar a la tapa de publicaciones nacionales como Inrockuptibles, y ser portada de cuanto suplemento de rock hubiera en la Argentina, subrayando el estilo en el mapa bonaerense. El indie tomó la posta: tanto esta banda como Norma o Mostruo, después de cruzar la 32, trascendieron las fronteras nacionales presentándose en diversos países del Mercosur.

Los más convocantes

A diferencia del heavy metal, muy popular en los ‘80 y ‘90, el rocanrol y el rock fusión latino lograron mantenerse estables. Bandas como Guasones, La Valvular, Don Lunfardo, La Cumparsita o Encías Sangrantes se erigieron dentro de las opciones más convocantes. El antes y después para este tipo de bandas lo marcó la tragedia de Cromañón, que acotó sus posibilidades escénicas y puso en foco todo género popular que nucleara públicos vastos e inquietos.

Excepto Guasones, desde hace tiempo al amparo de una compañía, las bandas más populares platenses transitaron -y transitan- un camino muy difícil: el de contener un público muy cuantioso, para el cual la oferta de lugares es casi nula, y donde la Municipalidad únicamente ejerce cuestionados controles. A pesar de ello, estos grupos comenzaron a buscar lugares alternativos como bailantas o espacios abiertos para continuar con lo suyo.

Otros signos distintivos de la época

Al pop de los ‘90 también le llegó su hora en esta década: Estelares se consagró como banda nacional y los rearmados Virus siguieron tocando y editaron dos álbumes de grandes éxitos (Obras cumbres, en la fiebre reestructuradora del año 2000, y Caja negra en 2006). Los cantautores se convirtieron en una opción fuerte de la noche platense: varios ciclos los agruparon, y hasta los juntaron en nuevas bandas (Orquesta de Perros da cuenta de ello), dando incluso nacimiento a un nuevo sello.

En la primera mitad de siglo, las bandas de homenajes sorprendieron por su convocatoria: Etiqueta Negra (tributando a los Redondos), Los Viejos de Arriba (Bersuit) e incontables dobles de voz de Sabina y Shakira supieron ganar numerosos adeptos en Hook o el desaparecido Rektorado de Económicas.

La electrónica siguió fusionándose con el rock, dejando atrás viejos prejuicios, mientras se consolidaron nuevos nombres tras las bandejas. DJ Zerillo editó su disco, vistió a su público con sus remeras y llegó muy vitoreado a la Creamfields.

Mientras el reggae, el hardcore y el punk clásico mantuvieron sus lugares, la escena alternativa desapareció ganada por el indie, dejando entre sus últimos exponentes a los separados Nerd Kids, y huérfanos a muchos de los jóvenes que solían juntarse en 8 y 50.

2010 y sus muchas promesas

Además de esperarse una avalancha de discos indie para el año próximo (El Mató, Valentín y los Volcanes, 107 Faunos aguardan edición), se vislumbran varias sorpresas por parte de las bandas más populares (el disco de La Cumparsita, el DVD de Dread Negast y las respectivas giras de Encías Sangrantes y La Caverna). También mantienen expectante la escena dos nuevos sellos -Uf!Caruf!, que nuclea a los cantautores del ciclo Tocate Mil, y Jec, a los nuevos talentos del indie rock bonaerense-, mientras el circuito electrónico sigue organizándose fuertemente: las fiestas Love siguen su curso y muchos disidentes de sus filas están armando sus propias raves.

Federico Valenti

Fuente: Hoy

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