España: Para menores, sin reparos

JULIO BRAVO | MADRID

Para las compañías y los programadores, son la siembra de la semilla del teatro en los espectadores más pequeños; para los padres, una manera de que los niños estén un rato entretenidos con una actividad que, además, sirve para que adquieran un poco de cultura. El teatro infantil —o familiar, como prefieren denominarlo quienes lo producen— se multiplica en estas fechas navideñas, aunque afortunadamente ya no es un oasis en el desierto y se ha convertido en un elemento fijo de las programaciones paralelas de muchos teatros. Pero no sólo se ha crecido en cantidad, sino también en calidad. Antes, buena parte de los espectáculos destinados a los niños parecían más bien destinados a tontos; hoy no sólo se respeta mucho más a los pequeños espectadores —difíciles de contentar e imposibles de engañar—, sino que se cuidan mucho más las propuestas, tanto estética como artísticamente.

En la cartelera madrileña ha desembarcado ya un buen puñado de espectáculos familiares. Desde finales del pasado mes, y hasta el 28 de febrero, se puede ver en el Teatro San Pol (sin duda el mascarón de proa del teatro español para niños, gracias especialmente al esfuerzo de Julio Jaime Fischtel) «El sueño de una noche de verano», una adaptación de la obra de William Shakespeare a cargo de la compañía La bicicleta. La dramaturgia y la dirección son de Ana María Boudeguer y la música de Ángel y Ricardo Padilla. Las canciones y coreografías ayudan a explicar a los niños la historia mágica que escribió el dramaturgo británico.

También lleva varios meses enel teatro de La Latina otro musical sobre un texto clásico: «Peter Pan». El cuento que J. M. Barrie escribió a principios de siglo ha sido adaptado y dirigido por Cristina Fargas, con música de Pablo Pinilla y David Santisteban, entre otros compositores, en una producción que visitó hace unos meses el West End londinense y que es heredera de la que creara el desaparecido productor Luis Ramírez.

«Un cuento de Navidad», de Charles Dickens, es, por razones obvias, uno de los más recurrentes títulos de estas fechas y uno de los textos más adaptados y representados. En la cartelera madrileña se pueden ver estos días varios: el primero lleva la firma del director Claudio Pascual. Su principal peculiaridad es que se representa en un cine, Yelmo Islazul (hasta el 8 de enero), y se retransmite en directo en las salas de los cines Yelmo en distintas ciudades. Carla Hidalgo, Leo Segarra y Lys Pardo protagonizan el espectáculo, que cuenta con música de Carlos José Martínez Fernández.

También el Infanta Isabel y el Alcázar abren sus puertas al cuento de Dickens. En el primero se presenta hasta el 9 de enero una versión adaptada por Noemi Camblor, dirigida escénicamente por Alberto Frías y Javier Enguix, y con dirección musical de Miguel Tubía. El protagonista es Carlos Olalla. En el Alcázar la propuesta es de la compañía Face 2 Face, y su singularidad es que se representa en inglés. También es una versión musical, y según sus responsables también la pueden disfrutar quienes no dominan el inglés.

El teatro Fernán-Gómez presenta «La caja de los juguetes», un montaje de la compañía Etcétera basado en «La boîte à joujoux, escrita por Claude Debussy y André Hellé. Enrique Lanz¨ dirige el espectáculo, que cuenta con un pianista, un quinteto de viento, actores y títeres (basados en juguetes de los años veinte).

«Rebelión en el baño» es el título de la obra que se presenta en el teatro Fígaro-Adolfo Marsillach, y que tiene un espíritu educativo: inculcar a los más pequeños la importancia que tiene el agua en la sociedad. La dirección de la obra es de Pablo Varela y Christian Delfino.

El teatro-circo Price, un escenario dedicado al público familiar, presenta hasta el 10 de enero «Navidades en el Price», un espectáculo de circo que reúne artistas internacionales, procedentes de Rusia, China, Argentina o Italia, hilvanados por la veterana compañía circense madrileña Ale Hop.

En el teatro Häagen-Dazs-Calderón se puede ver «El patito feo», una adaptación del cuento clásico realizada por Víctor Ullate-Roche, con coreografía de Tony Fabre, música de David Ordinas y dirección de Carmen Roche. Entre los intérpretes, varios de los jóvenes participantes del concurso televisivo «Fama: ¡a bailar!».

Otra de las salas dedicadas al teatro familiar es Tyl Tyl, en Navalcarnero; durante estas fechas ha diseñado una programación con diversos espectáculos destinados a niños con distintas edades.

Para niños de entre 3 y 7 años es «Colorines», un musical escrito y dirigido por Ana Chávarri, conocida presentadora de programas infantiles en televisión, que se presenta a partir del sábado 26 en el teatro Amaya. En él, los pequeños se sumergirán en un mundo de color y música a la vez que aprenden valiosas nociones de matemáticas, geometría, lenguaje, así como valores como el respeto a la diferencia.

«Blancanieves Boulevard» es otro musical que ocupa el escenario del teatro de Madrid. Escrito y dirigido por Javier Muñoz, cuenta con la dirección musical de Augusto J. Algueró, y se trata de una entretenida adaptación del célebre cuento de los hermanos Grimm a los años veinte, con gángsteres y estrellas de cine.

Fuente: ABC