sábado, 26 de diciembre de 2009

Dos jóvenes argentinas recorren América Latina proyectando cine en pantalla grande en comunidades apartadas

El periplo incluyó poblados de apenas decenas de familias y hasta una base navel. Aquí, la colonia Diego Lucero, en Chihuahua. Foto Cortesía de las realizadoras

El pasado 24 de diciembre cumplieron año y medio de travesía por el continente

Tania Molina Ramírez
Periódico La Jornada

Las dos jóvenes argentinas que desde hace año y medio recorren América Latina proyectando cine en pantalla grande en comunidades apartadas culminan su estancia en México, luego de tres meses. Viviana García y Griselda Moreno estuvieron en varias entidades federales, hasta llegar al punto más norteño de todo su recorrido, Tijuana. Su viaje tiene una clara intención social: exhibir cine que, cuando se pueda, esté relacionado con lo que vive esa comunidad o de alguna manera la nutra y le dé a conocer lo que viven otros.

Así, por mencionar un caso reciente, en Sinaloa, en noviembre pasado, realizaron funciones en tres pueblos afectados por la construcción de la presa Picachos, que fueron desalojados y reubicados. En Las Iguanas, Puerta de San Marcos y San Marcos proyectaron los documentales Tupac Amaru: construyendo un milagro, sobre una experiencia organizativa del otro lado del hemisferio, en Jujuy, Argentina; Campesinas, semillas de vida, de Nicaragua, y Otro gallo cantará, acerca de la lucha de campesinos en la provincia de Córdoba, Argentina.

Durante una de las exhibiciones en Sinaloa, una mujer llamada María Estela se acercó al final de la proyección para felicitarlas. Ellas le preguntaron por qué había aplaudido en cierto momento del documental. Ella respondió: Porque mi hija ha sufrido mucho por parte de su marido y hubiera sido tan bueno poder ayudarla con un grupo de mujeres (como el que se presenta en la cinta). Con el alma torcida, nos quedamos sin palabras, cuentan García, cineasta, productora y fotógrafa, y Moreno, periodista y fotógrafa, en su página electrónica (www.cinealaintemperie.com.ar) en la cual llevan una bitácora de su recorrido.

Rumbo a Cuba y Venezuela

Este 24 de diciembre cumplieron año y medio de travesía, y calculan que en total serán dos. En junio de 2008 arrancaron desde Córdoba, Argentina. Recorrieron Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Guatemala, Belice y México. Viajaron hasta Tijuana y luego regresaron por la costa atlántica, dirigiéndose a la argentina Córdoba.

Han estado en poblados de apenas decenas de familias y hasta en una base naval. Ellas calculan que miles de personas han visto cine de esta manera.

Acaban de pasar por Quintana Roo y Yucatán. En Tulúm realizaron una función al aire libre, en el Parque del Museo de la Cultura Maya.

Ahora están a punto de partir hacia Cuba y Venezuela y buscan la solidaridad de agencias de viaje, líneas aéreas, empresas, personas que les puedan colaborar con necesidades inmediatas: dos pasajes aéreos a la isla, cuatro llantas para la camioneta, el pasaje del cine móvil en contenedor de México a Venezuela. Ofrecen intercambio publicitario en su camioneta y soportes gráficos.

Además, si alguien está interesado en acompañarlas parte del recorrido en la camioneta del Cine Móvil, se pueden comunicar a cinealaintemperie@gmail.com.

Ellas han estado registrando el viaje a través de video y fotografía, y por escrito. Planean editar un libro de dos tomos y hacer cápsulas para televisión.

A cada país que viajan juntan material de éste. De México tienen obra como Cavallo entre rejas y Bajo el mismo sol, de Shula Erenberg.

El criterio de selección es que las películas sean de gran calidad y tengan un compromiso humano/social girando en torno a problemáticas sociales que nos lleven a la reflexión de los derechos humanos, cuestiones de género, defensa del medio ambiente, cuidado y protección de nuestras tierras, el valor de los pueblos originarios, lucha y movimientos sociales, actualidad latinoamericana, problemas sanitarios, entre otros.

Recibieron el apoyo de las secretarías de Cultura de Salta y Córdoba, la Fundación Pilotos Solidarios y pequeñas empresas y personas en particular.

En su portal de Internet cuentan que el día que llegaron a Tijuana fue saber que terminábamos la primera etapa de este proyecto, que pudimos hacerlo con neta integridad, que nuestros imposibles fueron todos posibles, que detrás venía una cadena de más de 20 mil kilómetros de manos que nos ayudaron a unir de sur a norte América Latina, reivindicando la importancia de difundir el arte independiente audiovisual.

Fuente: La Jornada

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