sábado, 28 de noviembre de 2009

Amanece, que no es poco

Grupo Amanecer

El combo local presenta hoy a las 20.30, en el Colegio de Martilleros, su función de dos monólogos e interpretación de poemas. El entusiasmo y la pasión por el teatro que se construye en equipo.

Tiempo atrás, en la ciudad, existía un Club de Gente de Teatro comandado por el recordado Héctor Rivera. De allí que en 1984 surgieron los ahora clásicos premios Pepino que se entregan año a año (con excepción de éste por las cuestiones de la gripe). El espíritu de un equipo que trabaja de manera colectiva, por amor al teatro, no sólo se mantiene sino que se llena de energía en el Grupo Amanecer. Desde el 31 de octubre, dos monólogos y algunas poesías se expresan en el escenario del Colegio de Martilleros (47 e/ 5 y 6), a las 20.30, dirigido por Nelly Güimil. “Es un verdadero trabajo en equipo, estamos muy unidos. Es una simbiosis, no hay competencia y además es un grupo muy innovador”, cuenta Nelly a Hoy. “El público aplaude de pie, ha ido con tormenta. Yo misma estoy sorprendida con el público, con lo que está pasando con la obra”.

Amanecer no es un taller de teatro, sino un elenco en constante crecimiento y transformación. Cualquiera puede acercarse y, como afirma Nelly, “si tiene condiciones se prepara y va al escenario”. Como directora es muy intuitiva y le gusta que cada uno haga un proceso en donde “saquen lo que sienten, lo que tienen adentro, que sean ellos los que vayan descubriendo al personaje. No soy de marcar mucho, dejo que sean ellos los que enriquezcan el texto y lo hacen increíblemente”.

Pablo Ramos y Analía Pezzuchi conocen a Nelly desde chiquitos, “es una guía”, dice Pablo. El respeto hacia la actriz y directora se debe a su larga trayectoria que incluyó funciones en el teatro San Martín de Buenos Aires y distintos lugares del país, además de haber acompañado en alguna obra a Lito Cruz, así como a China Zorrilla, de quien también fue la alumna.

En esta ocasión, Nelly ha seleccionado un fragmento de Hamlet para Pablo. “Yo empecé con Romeo y Julieta en el año ‘94, también en el ‘98 seguí con Shakespeare con Ser o no ser, haciendo mi prueba de fuego. Entonces Nelly vio que ya estaba listo para hacer este monólogo que dura 22 minutos”.
Analía, por otro lado, interpreta a una mujer costurera que no es feliz con su marido en La llave. “El final es muy impactante”. También se suma el actor Diego Avila, que interpreta unos poemas españoles. “Es un gran honor compartir escenario con un actor como Diego”, afirma Pablo. Nelly, que durante la función está como espectadora, se detiene a observar la reacción del público: “Hay gente que la ha ido a ver por segunda vez”.

Aunque la de hoy podría ser la última función, la idea es que se siga subiendo a escena el resto del año. “Es muy difícil conseguir sala, está todo ocupado”, cuentan ambos. Además la directora quiere llevar la obra a otras localidades.

Lo cierto es que este grupo de alrededor de 15 personas trabaja y siente profundamente el teatro. En efecto, ellos mismos son los encargados de hacer las escenografías, las luces, el vestuario, la difusión. Para Pablo, “es un esfuerzo pero al mismo tiempo un gran placer”.

Muchas veces además la sala se consigue por contrato, lo que significa que los integrantes del grupo pongan dinero de su bolsillo.

Pero el entusiasmo hace que además se estén construyendo nuevas propuestas. Nelly planea reestrenar La enemiga, de Darío Nicodemi, en donde se encuentran dos personajes, madre e hijo, y que ya en otra oportunidad protagonizó junto a Pablo. También la idea es que, para comenzar la nueva temporada, se estrene Delito en la isla de las cabras, de Hugo Betti, y con la actuación de Néstor Mesen, “un gran actor”.

Fuente: Hoy

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