jueves, 1 de octubre de 2009

Tanguera desembarcó en Nueva York

"Una historia que va avanzando con el movimiento de los cuerpos, sin que requiera el lenguaje" Foto: LA NACION

El musical que dirige Omar Pacheco con producción de Diego Romay no volvió loca a la crítica, pero sí al público, que agota las entradas

Por Alberto Armendáriz
Para LA NACION

NUEVA YORK.- Finalmente, tras sus exitosas presentaciones en América latina, en Europa y en Asia, a puro ritmo del 2x4, el musical argentino Tanguera desembarcó anteanoche en el New York City Center de Broadway, donde se presentará durante dos semanas.

"Para mí, en lo personal, es un logro muy grande. Estrenamos en plena crisis, en enero de 2002, con la gente movilizándose en las calles de Buenos Aires, y nosotros atrincherados en el teatro, sin muchas expectativas. Estar hoy acá me hace recuperar esas imágenes y me emociona", confesó a LA NACION Diego Romay, creador, guionista y productor de este espectáculo dirigido por Omar Pacheco, con coreografía de Mora Godoy y musicalización de Lisandro Adrover.

Protagonizado regularmente por Esteban Domenichini, Rocío de los Santos, Oscar Martínez Pey y Marianella, para este estreno tan aguardado en la Gran Manzana Tanguera cuenta con la participación especial de la legendaria María Nieves. Y a sus 75 años, con unas piernas más afiladas que nunca, demostró que todavía tiene elegancia, virtuosismo y agilidad para rato.

"Lo principal es poner el corazón; las piernas sólo tienen que seguir lo que se siente acá", indicó tocándose el pecho esta tanguera que vino por primera vez a Nueva York en 1959, con el maestro Juan Carlos Copes, y luego, con el show Tango argentino, recorrió varias veces casi todo Estados Unidos. "Yo quería volver a Broadway para probarme a mí misma", agregó, en su camerino, tras la primera función.

Ambientada a principios del siglo pasado, Tanguera cuenta la historia de una joven inmigrante francesa, Giselle (De los Santos), que llena de ilusiones llega a Buenos Aires y se enamora de un trabajador del puerto, Lorenzo (Domenichini), aunque debe terminar trabajando como prostituta para Gaudencio (Martínez Pey), un matón propietario de un cabaret en La Boca, administrado por una madama (Nieves).

"Hacía rato que queríamos venir a Nueva York, la cuna de los musicales. Para mí es mágico y trato de dar lo mejor de mí, demostrar todo lo que aprendí en estos años y replantearme todo el recorrido hecho", señaló por su parte Domenichini, que lleva siete años en la compañía, y para quien se trata de su primera visita a esta ciudad.

Desde que comenzó su recorrido internacional, en 2003, el musical ha pasado varias veces por España, Francia, Italia, Alemania, Suecia, Rusia, México, Japón y hasta China, donde, como hasta ahora aquí, se presentó a teatros llenos. Cuestionado sobre la razón de su éxito en tierras tan disímiles, Romay no dudó en resaltar la dramaturgia detrás del colorido despliegue de música y de baile.

" Tanguera reinventó el concepto del género del show de tango porque introdujo una historia, una narrativa, en el espectáculo, que va avanzando con el movimiento de los cuerpos, sin que requiera del lenguaje", destacó.

Sin embargo, ayer, la reseña del diario The New York Times destacó justamente lo contrario. "Como espectáculo, Tanguera está relativamente contenido -escribió su crítica teatral Claudia La Rocco-, pero el guión es simplemente aburrido, y el baile, ejecutado con destreza y estilo, pocas veces mueve al espectador; María Nieves es la excepción. El tango es una conversación. Tiene que ir hacia algún lado; tiene que decir algo. Si no, nos olvidamos de escuchar."

El público, que ha aplaudido de pie las primeras funciones y ayer seguía agotando las entradas, parecía tener otra opinión, fueran argentinos o neoyorquinos.

"Tienen una reacción de vitalidad frente al fenómeno del tango. Yo lo que siento es que la gente se va feliz", apuntó, por su lado, Pacheco, el director.

Fuente: LA NACION

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