sábado, 31 de octubre de 2009

Libertella y sus divinos tesoros

RECUERDOS SONOROS PEPE LIBERTELLA, QUE FALLECIÓ EN 2004, TUVO UNA VIDA MUSICAL QUE FUE MÁS ALLÁ DEL SEXTETO MAYOR.

Editan dos discos con grabaciones perdidas A instancia de sus hijos, sale a la luz un notable documento tanguístico.

Por: Sandra de la Fuente

Las grabaciones que el bandoneonista José "Pepe" Libertella guardaba, tomas de estudio y de sus giras por el mundo, retazos de su vida que almacenó y que la voluntad de sus hijos -Juan José, Darío y Mariano- catalogó poco después de su muerte integran Tango íntimo y Tango orquestal, los dos volúmenes de Libertella Inédito. La música que escribió e interpretó sin su exitosísimo Sexteto Mayor y fragmentos de entrevistas a las que se suma documentación fotográfica, en una prolija edición coordinada por el periodista Andrés Casak.

Con un liviano rasgueo de su guitarra, Roberto Grela impulsa el delicado canto del bandoneón de Un placer y es la inmejorable apertura de Tango íntimo. El volátil vals es el primero de los dos temas que el disco registra del dúo, grabaciones de estudio que documentan la química de tantas juntadas en ensayos y recorridas por peñas de Pehuajó, Lincoln y Junín. Es en la intimidad de su estudio de grabación, una sala acondicionada dentro de un PH del barrio de Villa Lugano, donde Libertella registró el corazón de este disco, dos solos, Bandoneón y Sabor a Buenos Aires, dos alhajas hechas del canto más expresivo a través de ese instrumento que era el aire que respiraba, según consigna en el fragmento de una de las entrevistas recuperadas para esta edición.

El registro de su primer viaje a Japón, en 1967 con Libertella al frente del Quinteto Gloria -Claudio González en el violín y Lito Gentiluomo en el bandoneón, el contrabajista Rafael Ferro y Jorge Dragone en el piano- y la voz profunda y exacta de Edmundo Rivero en La última curda y Adiós Pampa mía. Los arreglos hechos a la medida del cuarteto junto con el violinista Reynaldo Nichele, el piano de Osvaldo Requena y el contrabajo de Juan Carlos Vallejo en las horas de radio que alquilaba para seguir despuntando el vicio del tango en una ciudad que se negaba a moverse con su ritmo. Y la evocación de la Guardia Vieja en el tono de la flauta de Arturo Schneider acompañada por el contrabajo de Omar Murtagh y las guitarras de Aníbal Arias y Juan Navarro.

Tango Orquestal arranca con la reconocida fuerza de los bandoneones que acompañaban al de Libertella en la larga gira que emprendió por Japón durante 1978. En este disco aparece la Agrupación Vanguardia y Tradición, la orquesta que con ánimo proselitista se reunía en Radio El Mundo durante 1972 y con la que Libertella estrenó 9 puntos y Halcón negro, en arreglos que variarían con la pulsación del Sexteto Mayor. También hay lugar para las voces de Adalberto Perazzo y Luis Rivera, repertorio de un long play que nunca llegó a editarse completo, y el curioso homenaje de Libertella a sus fieles japoneses: cuatro tangos en los que la inspiración nipona apenas sobrevive a los tics piazzollianos que ya hacia finales de los 70 asfixiaban al tango.

Fuente: Clarín
Fuente: Especial para Clarín

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