ENTRE PARAGUAY, JUAN B. JUSTO, SOLER Y GODOY CRUZ.
Lo definió ayer la Legislatura porteña, que avaló un acuerdo entre Ciudad y Nación para construir un Polo Científico donde funcionará el Ministerio de Ciencia y Tecnología y la sede del Conicet.
La Legislatura aprobó ayer el convenio entre Ciudad y Nación para recuperar el viejo edificio de las ex Bodegas Giol de Palermo y crear allí un Polo Científico donde funcionará el Ministerio de Ciencia y Tecnología, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, varios institutos de investigación y la sede del Conicet. Este acuerdo fue la última traba burocrática para que comiencen las obras de uno de los pocos proyectos en que los gobiernos nacional y porteño no entraron en conflicto y coincidieron con la iniciativa desde un primer momento.
La idea es que las obras arranquen la próxima semana en el polígono de las calles Paraguay, Juan B. Justo, Soler y Godoy Cruz. En una primera etapa, se remodelarán los dos edificios existentes, donde funcionará el Ministerio de Ciencia y Tecnología. En el convenio urbanístico que aprobó la Legislatura, se detalla que en la recuperación de estos edificios se deben conservar las características históricas y patrimoniales de la construcción. Además, se sumarán nuevos espacios verdes en la zona. Se estima que estos trabajos durarán alrededor de 18 meses.
En una segunda etapa, se construirá el edificio del Conicet, un auditorio y un museo. En total, el polo científico estará listo en tres años, contará con cuatro edificios y albergará tres institutos de investigación: Ciencias Biomédicas, Ciencias Exactas y Ciencias Sociales. Además, tendrá un museo, un restaurante abierto al público y un parque con vista hacia Juan B. Justo.
El acuerdo cuenta con una modificación al artículo 2º del proyecto de ley, que se realizó en la Comisión de Planeamiento, y que determina el traspaso del 65% de la superficie total del predio de las ex Bodegas Giol -que se encuentra en terrenos ferroviarios y, por lo tanto, pertenece a la Nación- para uso y utilidad pública, transfiriéndose su dominio a la Ciudad.
La construcción de un polo científico implica enormes beneficios para el trabajo de los investigadores. Por ejemplo, se optimizarán los recursos, será un referente centralizado de la ciencia, se podrá trabajar de manera mancomunada y se terminarán las condiciones de hacinamiento en las que trabaja gran parte de este sector.
La transformación de las ex Bodegas Giol en un Polo Científico es una idea que se analiza desde 2006. Cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció la iniciativa, prometió que estarían listas en 2010. Pero la primera etapa de las obras recién se podrán ver en 2011. Los terrenos -ubicados en pleno Palermo Soho y a 100 metros de las avenidas Juan B. Justo y Santa Fe- están abandonados desde hace más 20 años y aunque se proyectó desde un centro gastronómico hasta un parque con bicisendas, ninguna iniciativa se concretó y las torres no tardaron en deteriorarse.
Fuente: La Razón
Lo definió ayer la Legislatura porteña, que avaló un acuerdo entre Ciudad y Nación para construir un Polo Científico donde funcionará el Ministerio de Ciencia y Tecnología y la sede del Conicet.
La Legislatura aprobó ayer el convenio entre Ciudad y Nación para recuperar el viejo edificio de las ex Bodegas Giol de Palermo y crear allí un Polo Científico donde funcionará el Ministerio de Ciencia y Tecnología, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, varios institutos de investigación y la sede del Conicet. Este acuerdo fue la última traba burocrática para que comiencen las obras de uno de los pocos proyectos en que los gobiernos nacional y porteño no entraron en conflicto y coincidieron con la iniciativa desde un primer momento.
La idea es que las obras arranquen la próxima semana en el polígono de las calles Paraguay, Juan B. Justo, Soler y Godoy Cruz. En una primera etapa, se remodelarán los dos edificios existentes, donde funcionará el Ministerio de Ciencia y Tecnología. En el convenio urbanístico que aprobó la Legislatura, se detalla que en la recuperación de estos edificios se deben conservar las características históricas y patrimoniales de la construcción. Además, se sumarán nuevos espacios verdes en la zona. Se estima que estos trabajos durarán alrededor de 18 meses.
En una segunda etapa, se construirá el edificio del Conicet, un auditorio y un museo. En total, el polo científico estará listo en tres años, contará con cuatro edificios y albergará tres institutos de investigación: Ciencias Biomédicas, Ciencias Exactas y Ciencias Sociales. Además, tendrá un museo, un restaurante abierto al público y un parque con vista hacia Juan B. Justo.
El acuerdo cuenta con una modificación al artículo 2º del proyecto de ley, que se realizó en la Comisión de Planeamiento, y que determina el traspaso del 65% de la superficie total del predio de las ex Bodegas Giol -que se encuentra en terrenos ferroviarios y, por lo tanto, pertenece a la Nación- para uso y utilidad pública, transfiriéndose su dominio a la Ciudad.
La construcción de un polo científico implica enormes beneficios para el trabajo de los investigadores. Por ejemplo, se optimizarán los recursos, será un referente centralizado de la ciencia, se podrá trabajar de manera mancomunada y se terminarán las condiciones de hacinamiento en las que trabaja gran parte de este sector.
La transformación de las ex Bodegas Giol en un Polo Científico es una idea que se analiza desde 2006. Cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció la iniciativa, prometió que estarían listas en 2010. Pero la primera etapa de las obras recién se podrán ver en 2011. Los terrenos -ubicados en pleno Palermo Soho y a 100 metros de las avenidas Juan B. Justo y Santa Fe- están abandonados desde hace más 20 años y aunque se proyectó desde un centro gastronómico hasta un parque con bicisendas, ninguna iniciativa se concretó y las torres no tardaron en deteriorarse.
Fuente: La Razón
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