lunes, 27 de julio de 2009

Jamie Lloyd: El joven timón de una gran obra


Tiene 28 años. Dirigió en Londres "Piaf" y fue convocado para la versión local. Habla maravillas de Elena Roger y dice que a nivel actoral la versión argentina es de mayor calidad que la estrenada en Europa.

Por: Juan José Santillán
ESPECIAL PARA CLARIN

A los 28 años, el británico Jamie Lloyd asentó su prestigio como director con Piaf, el potente espectáculo protagonizado por Elena Roger, que recientemente se estrenó en Buenos Aires. Bajo su dirección, la obra debutó el año pasado en el Donmar Warehouse de Londres y cosechó tantos elogios como la versión que se presenta ahora en el Teatro Liceo.

El director se instaló en Buenos Aires por dos meses para tomar las riendas del montaje en la Argentina, con elenco y técnicos locales. Sin embargo, tuvo el mismo dínamo esencial del espectáculo con el que contó en Londres: Elena Roger. Lloyd no se cansa de repetir elogios hacia la actriz argentina. "La conocí cuando fui asistente de Michael Grandage en Evita. Elena es excepcional. Una artista íntegra con gran ductilidad."

Jamie Lloyd comenzó sus estudios en 1999 en el Liverpool Institute for Performing Arts, escuela por donde pasaron Ringo Star y Paul McCartney, entre otros. "Era una formación integral, pero con los años fui relegando la actuación y me concentré en dirigir mis proyectos —dice—. Me di cuenta de que disfrutaba mucho más dirigir que actuar. Al poco tiempo llevé mi trabajo al National Student Drama Festival y a Edimburgo. Pero fue la versión que dirigí para un teatro de Sheffield de The Caretaker, de Harold Pinter, con la que se me abrieron las puertas de espacios importantes en Londres, como el Donmar Warehouse o el Royal Court".

Con un intenso recorrido en teatro de texto, Piaf es el primer musical que dirige Jamie Lloyd. "Sin embargo —aclara— la obra de Pam Gems es un texto que otorga mucha libertad al director que decida abordarlo. Escuché detenidamente cientos de canciones de Piaf, porque la música crea situaciones dramáticas que acompañan diferentes momentos de su vida. Piaf no es un musical en el sentido más tradicional, es un viaje que recorre episodios de una vida. Son canciones hermosas, de melodías y letras sofisticadas. Y creo que a nivel sonoro y de clima, funciona mejor aquí que en Londres. El Teatro Liceo es lo más adecuado para este espectáculo porque pertenece al formato de salas donde justamente cantó la Piaf. Elena Roger fue brillante en Londres pero aquí se la ve más real en su interpretación. Elena recorre la vida de Piaf desde joven, en las calles parisinas, hasta la vejez en sólo una hora cuarenta minutos. Sin descanso y nunca deja el escenario. Ese viaje por la vida de Edith Piaf es mucho más creíble aquí, porque Elena no tiene la presión del idioma y eso la libera para ingresar de un modo mucho más profundo en la vida del personaje."

Fuente: Clarín

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