miércoles, 8 de julio de 2009

Alak, de La Plata al Gabinete, con escala en Aerolíneas

El ex intendente llega a un ministerio sensible

Se hará cargo del ministerio de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos, un sillón que queda caliente por la impronta de su antecesor, Aníbal Fernández, en momentos en que el gobierno nacional intenta recomponerse después de la derrota electoral del 28 de junio.

La carrera política de Julio Alak hasta ubicarse en un lugar clave del gobierno nacional no fue meteórica. Su nombre fue mencionado recurrentemente para ocupar espacios de
gestión importantes durante los 16 años en la Municipalidad de La Plata. Pasaron los gobiernos y el salto deseado nunca se produjo. Fue necesaria una derrota en las urnas para que abandonara el palacio de calle 12. Y el rescate se produjo desde Aerolíneas Argentinas, donde piloteó la transición y el traspaso de la empresa a manos estatales. El premio mayor llega en un momento crítico.

Se hará cargo del ministerio de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos, un sillón que queda caliente por la impronta de su antecesor, Aníbal Fernández, en momentos en que el gobierno nacional intenta recomponerse después de la derrota electoral del 28 de junio.
Su designación puede tener una doble lectura política. Un reconocimiento a su fidelidad en la dirección en la empresa aérea, bajo el ala de uno de los funcionarios más polémicos del gobierno kirchnerista: el renunciante secretario de Transporte, Ricardo Jaime. Y un mensaje hacia la capital provincial, donde su sucesor y rival, Pablo Bruera, es recelado por su comportamiento durante la campaña electoral.

Su trabajo en la línea de bandera se centró en la reestatización. Y desde ese lugar comandó la salida del Grupo Marsans. Eso incluyó una puesta en valor de la empresa.
Su "fidelidad" al kirchnerismo se consolidó en 2007, durante la campaña que llevó a Cristina Kirchner a la presidencia y a él mismo a la derrota en la Comuna. Su relación con ese proyecto había empezado a los tumbos cuatro años antes, cuando, al igual que Bruera ahora, fue cuestionado por un supuesto respaldo a la candidatura de Carlos Menem, por entonces rival de Néstor Kirchner en las presidenciales. Ese año, como ahora, el santacruceño salió tercero en la ciudad.

Cuando en 2007 se fue de La Plata, dejó huérfana a una generación de dirigentes que se formaron a su lado y tuvieron que reacomodarse. Había permanecido como intendente por cuatro mandatos y dieciséis años consecutivos. Había llegado al municipio en 1991 con 33 años de edad, como uno de los intendentes más jóvenes.

Desde allí construyó una estructura de poder territorial importante, con la que a fines de los 90 buscó una proyección provincial. Llevar la experiencia municipal a la Gobernación era una de sus metas. La crisis de principios de siglo lo obligó a una postergación que parece definitiva. Pero el perfil que logre imprimirle a su nuevo rol como ministro de una cartera sensible y de alta exposición podría darle un vuelco a su carrera política.

Fuente: Diagonales

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