martes, 23 de junio de 2009

Un casting para cubrir vacantes en un clásico del teatro nacional

Experiencia. El año pasado Barruti montó Babilonia con un elenco de Comedia de la Provincia

Será dirigida por Norberto Barruti

El Taller de Teatro de la Universidad Nacional de La Plata llamó a audición para cubrir personajes de la obra Babilonia de Armando Discépolo, que montará con dirección de Norberto Barruti. La convocatoria, que es para a “todos aquellos interesados con o sin experiencia teatral previa, mayores de 30 años” y permanecerá abierta hasta el 26 de junio, ya es un clásico para la institución, que monta la mayoría de sus obras a partir de llamadas públicas.

La dramaturga e investigadora teatral Maricel Beltrán, asistente de dirección de Barrutti en Babilonia, aseguró a Diagonales que “el casting es la zona más legítima para armar un elenco y una de las maneras en las que trabajamos en el taller desde su fundación”.
Cuando en 2006 se montó la obra El proceso, de Franz Kafka, por ejemplo, el taller seleccionó un elenco de 18 personas a través de sus audiciones. Luego, algunos de sus actores fueron llamados a participar de El Organito, una obra de los hermanos Discépolo que aún está en cartel. En esta obra, los personajes de Payasito, Nicolás y Mamma Mía fueron cubiertos a través de la convocatoria pública.

La invitación a sumarse al nuevo elenco es para personas “con o sin experiencia previa” teatral. Según explicó Beltrán, “por su método de trabajo, el director puede montar la obra con gente que no tiene experiencia. En este caso tiene que conformar el elenco de Babilonia, que le pide tener los característicos de inmigrantes europeos –españoles, italianos, alemanes–, por lo que finalmente la elección es arbitraria y subjetiva”.

Los aspirantes reciben parlamentos de su característico tomados del texto de la obra y se hace una audición pública ante el director y sus colaboradores. A Beltrán le gusta hacer una comparación con el fútbol: “como un equipo, el director tiene que ir poniendo los jugadores en cada puesto. Por ahí tiene dos o tres que le dan para jugar de arquero, pero atajar, ataja uno sólo. Y acá por ahí vienen dos o tres que dan para el mismo personaje y no viene nadie para otro personaje. De todas maneras, más o menos como en el fútbol, recién se sabe lo que puede dar el jugador después de dos meses de entrenamiento”.

–¿Este sistema de trabajo es una copia del que se hacía antaño?

–No, porque los actores de aquellos años, digamos de entre el ´15 y el ´35, ya tenían los tonos. Era así. Estaba organizado porque casi todos los textos tenían estos personajes característicos de inmigrante. Había trabajo, había industria y la gente se formaba de esa manera. Estaba el que hacía de galán, el que hacía de gallego o el italiano. Las compañías ya estaban armadas o lo pedían.

–¿Cómo suplen esa falta?

–Nosotros tenemos que tomarnos más tiempo para encontrar a las personas que en escena den con la música de cada uno de los idiomas, porque ahora no hay costumbre, ni uso, ni mercado, ni gente que requiera este tipo de obras, las hace el estado o instituciones como la nuestra, por eso sabemos que si no alcanzamos a completar el elenco con los 20 días de la convocatoria, nos tenemos que tomar otros 20 más.

–¿Qué beneficio tiene para el actor realizar un casting?

–Es la posibilidad de mostrarse ante un director, tal vez tu tipo no es para esta obra, pero al menos te mostraste, es como la soga de saltar para el boxeador, lo mantiene en forma, es un ejercicio para estar en cuerpo y alma, con su voz a punto para ser tocada. Ir a los casting te permite estar entrenado en cantar, bailar y cuidarte para estar listo a la hora de que se te presente la oportunidad.

–¿Qué ocurre una vez que tienen el elenco?

–Son dos meses y medio de ensayo y se estrena.

Fuente: Diagonales

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