UNA PUESTA AUTOCTONA SIN EFECTOS ESPECIALES NI RECURSOS TECNOLOGICOS, LA HISTORIA APUESTA A LO MAS GENUINO DEL RELATO UNIVERSALCHICOS: "LA AURORA, CHINITA LINDA SI LAS HAY", EN EL TEATRO ESPACIO NO AVESTRUZ
La Compañía El Globo tomó clásicos de la literatura gauchesca y los adaptó al público infantil para contar una historia de amor con sabor local pero nada convencional.
Por: Vivian Urgeig
La Aurora es linda, pero no tiene un pelo de tonta, ni de sumisa ni de princesita inocente. En esta historia, que homenajea a los clásicos gauchescos, no hay justicia por mano propia ni malevos de armas llevar. Sí hay buenas dosis de pi cardía criolla, aventuras y amor, que La Compañía El Globo despliega a partir de un lenguaje visual atractivo, versos y malambos en La Aurora, chinita linda si las hay, que se puede ver en el Teatro Espacio No Avestruz.
Martín es un gaucho de estas pampas enamorado de Aurora, aunque no se anima a demostrar sus sentimientos porque el malo y torpe del Alcalde también la pretende. Y gracias a la astucia e ingenio de su padrino, logra conquistar el corazón de esta chinita enamoradiza e inteligente que sueña con encontrar un gaucho bueno, que la quiera de verdad y que, sobre todo, se juegue por ella. Lejos del prototipo de la chinita que ceba mate y cocina tortas fritas, esta Aurora está bien plantada, sabe lo que quiere y no se deja ni engañar ni maltratar por el déspota del Alcalde.
La obra de Gustavo Lista que dirige Hernán Peña es una propuesta alternativa, que no apela a pantallas de ningún tamaño. Tampoco hay efectos especiales ni luces enloquecedoras. Es más, los actores (Fernando Atias, Matías Haberfeld y Natalia Giardinieri) no usan micrófonos. Con esta austeridad de recursos técnicos que suman valor, El Globo despliega estrategias tan auténticas como autóctonas para contar una historia simple, chiquita.
Desde el vamos el vocabulario propone un viaje al campo. La entonación, la manera de hablar en verso y cierto seseo llevan la escena de Palermo a la pampa argentina. Y aunque algunas pocas frases queden en el camino (cuando los protagonistas hablan muy rápido), la atención de los más chicos no se va por las ramas. Les divierten las palabras y la ternura del gaucho al cortejear a Aurora con bailes y pañuelos.
La experiencia del grupo, que adapta clásicos universales para el público infantil y los lleva de gira por escuelas y escenarios alternativos de todo el país, queda plasmada en esta propuesta. El vestuario es otro de los aciertos, acompaña con intención lúdica. Los gauchos llevan zapatos puntiagudos, más parecidos a los que usan los payasos en el circo. Y Aurora, morocha de trenzas largas, luce un vestido flor: a medida que transcurre la obra, esa flor se abre.
La idea de mostrar los distintos escenarios con paneles móviles aporta dinamismo. Y la guitarra en vivo, a cargo del músico/soldado Gonzalo Gamallo, suma humor a través de intervenciones cortas, precisas y graciosas.
La Compañía El Globo lleva más de diez años sobre las tablas adaptando clásicos. En este caso, tres historias gauchescas (Juan Moreira, Don Segundo Sombra y Martín Fierro). "En tiempos de globalización -dicen los productores Mara Poczymok y Alejandro Mazzei- tuvimos ganas de hacer un clásico criollo argentino". Una historia de amor bien nuestra.
Fuente: Clarín
La Aurora es linda, pero no tiene un pelo de tonta, ni de sumisa ni de princesita inocente. En esta historia, que homenajea a los clásicos gauchescos, no hay justicia por mano propia ni malevos de armas llevar. Sí hay buenas dosis de pi cardía criolla, aventuras y amor, que La Compañía El Globo despliega a partir de un lenguaje visual atractivo, versos y malambos en La Aurora, chinita linda si las hay, que se puede ver en el Teatro Espacio No Avestruz.
Martín es un gaucho de estas pampas enamorado de Aurora, aunque no se anima a demostrar sus sentimientos porque el malo y torpe del Alcalde también la pretende. Y gracias a la astucia e ingenio de su padrino, logra conquistar el corazón de esta chinita enamoradiza e inteligente que sueña con encontrar un gaucho bueno, que la quiera de verdad y que, sobre todo, se juegue por ella. Lejos del prototipo de la chinita que ceba mate y cocina tortas fritas, esta Aurora está bien plantada, sabe lo que quiere y no se deja ni engañar ni maltratar por el déspota del Alcalde.
La obra de Gustavo Lista que dirige Hernán Peña es una propuesta alternativa, que no apela a pantallas de ningún tamaño. Tampoco hay efectos especiales ni luces enloquecedoras. Es más, los actores (Fernando Atias, Matías Haberfeld y Natalia Giardinieri) no usan micrófonos. Con esta austeridad de recursos técnicos que suman valor, El Globo despliega estrategias tan auténticas como autóctonas para contar una historia simple, chiquita.
Desde el vamos el vocabulario propone un viaje al campo. La entonación, la manera de hablar en verso y cierto seseo llevan la escena de Palermo a la pampa argentina. Y aunque algunas pocas frases queden en el camino (cuando los protagonistas hablan muy rápido), la atención de los más chicos no se va por las ramas. Les divierten las palabras y la ternura del gaucho al cortejear a Aurora con bailes y pañuelos.
La experiencia del grupo, que adapta clásicos universales para el público infantil y los lleva de gira por escuelas y escenarios alternativos de todo el país, queda plasmada en esta propuesta. El vestuario es otro de los aciertos, acompaña con intención lúdica. Los gauchos llevan zapatos puntiagudos, más parecidos a los que usan los payasos en el circo. Y Aurora, morocha de trenzas largas, luce un vestido flor: a medida que transcurre la obra, esa flor se abre.
La idea de mostrar los distintos escenarios con paneles móviles aporta dinamismo. Y la guitarra en vivo, a cargo del músico/soldado Gonzalo Gamallo, suma humor a través de intervenciones cortas, precisas y graciosas.
La Compañía El Globo lleva más de diez años sobre las tablas adaptando clásicos. En este caso, tres historias gauchescas (Juan Moreira, Don Segundo Sombra y Martín Fierro). "En tiempos de globalización -dicen los productores Mara Poczymok y Alejandro Mazzei- tuvimos ganas de hacer un clásico criollo argentino". Una historia de amor bien nuestra.
Fuente: Clarín
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