lunes, 7 de abril de 2008

“Nuestra intimidad está en las películas”

Martín Vicet y Alana Moss son marido y mujer. Con su productora Taccon 7 hacen cine condicionado en Córdoba y lo comercializan en el extranjero. Participan en el stand más grande de Sexpoerótica.

Peirotti Miguel

La tercera edición de la Sexpoerótica, que se realiza en La Vieja Usina incluye en su programación a una productora de cine condicionado que trabaja desde Córdoba para el resto del mundo. Taccon7 hace cine porno y ocupa el stand más grande de la feria erótica más importante del interior del país.

Sus artífices son Martín y Alana, un matrimonio cordobés que se define como “una pareja abierta”, aunque aclaran que eso no significa que intercambien parejas sino que los dos consumen pornografía desprejuiciadamente. ¿Cómo empezaron? Una amiga de Inglaterra les mostró un material europeo altamente competitivo, y ahí se inspiraron.
Más allá de la apertura mental, tratan de encarar la pornografía como un trabajo serio. “Hoy todo el mundo tiene una cámara en su casa y filma videos caseros, por eso pulula el material amateur, que no siempre colma las expectativas del consumidor”, comenta Martín. La clave para entrar en la industria es la calidad.

Fundaron la productora en 2006 y la bautizaron, Taccon7 nombre inspirado en los tacos altos N° 37 que le gusta usar a Alana. Son propietarios de un estudio, ubicado en Lomas de San Martín, donde editan y hacen la posproducción. Las locaciones de rodaje son casi todas en exteriores, en las sierras especialmente, porque según Martín el “mercado exige lugares abiertos para contrarrestar el amateurismo filmado en habitaciones de casas mal iluminadas”. Los escenarios naturales sirven para legitimar el producto de cara al mercado. “Nosotros tratamos de ir dos pasos delante de lo que el usuario consume en un celular o en una página web”, afirman.

Industria matrimonial.
Filman un promedio de tres películas por año, que se consiguen en las secciones de cine condicionado de cada videoclub de la Argentina. El mercado de consumo por Internet también es poderoso y a través de él se pueden vender escenas específicas. Los países clientes son principalmente Estados Unidos y Alemania.

El 90 por ciento de los actores con los que trabajan son cordobeses. Pero hay un problema. Cuando la película se distribuye en la Argentina, se reduce de 10 a 2, las personas que se animan a mostrar la cara. Cuando es para el exterior, no hay ningún problema en conseguir actores. Cuentan que deben trabajar cuidadosamente en la selección como cualquier entrevista de trabajo y que no hacen pruebas sexuales. Una vez que encuentran lo que buscan, empiezan a filmar.

Cada vez que una mujer llega por primera vez a un rodaje, no le exigen demasiado. Pero en una ocasión se acercó al casting una muy bonita, de unos 30 años, y planteó que no tenía ningún problema con nada. Ella sola se ofreció a hacer una escena con varios hombres. Cuando le preguntaron cuál era su motivación para ofrecerse a actuar en una película condicionada, les respondió que se trataba de una venganza hacia un ex. “Por la misma razón, al contrario de la mayoría, remarcó que quería que la película se viera principalmente en la Argentina”, cuentan

Martín y Alana en cambio no sufren de celos. “Nuestra intimidad está en las películas. Nos gusta mucho la pornografía. No estamos en todas las producciones, pero generalmente nos metemos”, dicen.

Ella domina la cámara.
Alana es una de las pocas directoras porno que existe en el mundo. En una industria esencialmente machista, ella misma reconoce que “no se promueve mucho la dirección de mujeres”. El tema es que las chicas que actúan buscan sólo promocionarse. En cambio, dice estar metida a fondo en el negocio. “Con Martín lo tomamos como algo serio, por eso ahora me lanzo como directora.”

–¿No tenías incursiones previas en la dirección?


–Algo, sí, pero ésta sería la primera vez que lo admito, digamos, socialmente.

–¿Y no te genera ningún inconveniente?


–Para nada. Me gusta mucho lo que hago. Me encantan los comentarios que tengo de las personas con las que trabajo. Las relaciones con nuestros actores siempre quedan en un plano de amistad y respeto.

–¿Te atrae llevar las riendas?


–Me encanta dirigir, meterme en la producción integral de una escena, de una película. También trabajo como fotógrafa y con el maquillaje de las actrices.

–¿Cuál es la próxima película de Taccón7?


–Nuestra próxima película es una en la que me lanzo a pleno como directora. Se llama Esclava sexual y en ella se mezclan las películas que está haciendo Martín con el formato que quiero imponer yo.

–¿Qué sería...?


–Yo quiero imponer un formato un poco más hardcore (porno duro). Quiero hacer una pornografía directamente para hombres, más agresiva, más fuerte, en donde la mujer recupera el rol sumiso que las feministas tanto detractaron. Los hombres van a ser más desinhibidos. Necesitamos tipos fuertes, con el instinto a pleno, porque los que más se frenan son los actores, no las actrices, contrariamente a lo que se cree. Los hombres hablan mucho pero no concretan nada.

–¿Vas al choque?


–Quiero hacer películas más reales, más crudas, sin tanto diálogo, sin tanta historia ficticia. Se cree que una directora de cine porno debe abordar el género desde una óptica más romántica, con la chica casándose al final. En mi caso no será así.

Fuente: La Voz

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