viernes, 23 de noviembre de 2007

Cita con un provocador del teatro

EL DRAMATURGO ESPAÑOL FERNANDO ARRABAL, DE VISITA EN BUENOS AIRES

En una charla con el público, habló de los clásicos y la poca importancia del género teatral hoy.

Por: Bárbara Alvarez Plá

Le he echado al director todas las flores, si tuviera más las echaría", dice el español Fernando Arrabal -dramaturgo, poeta, novelista y director de "Viva la muerte"- acá en un teatro de Buenos Aires, donde la compañía teatral Buster Keaton acaba de terminar una función de su obra Los cuatro cubos, escrita hace cuatro décadas. La obra se despide, después de dos años y acá está Arrabal (Melilla, 1932) para charlar con el público al final de la función. Es un lujo.

Arrabal formó parte del grupo de André Breton y hay libros suyos ilustrados por Pablo Picasso, Salvador Dalí y René Magritte. Dejó el surrealismo para formar, con Roland Topor y Alejandro Jodorowski, el "Movimiento Pánico", que se basa en el axioma: "La vida es la memoria y el ser humano es el azar".

Ese es el hombre.

Las luces del escenario se encienden tras el mar de aplausos que despide a los actores. El periodista Jorge Dubatti sale al escenario para decirle al autor, confundido entre el resto del público, que los espectadores esperan sus palabras. En un juego de falsa ficción Arrabal, ataviado con una camiseta que muestra la obra del Greco El entierro del conde Orgaz toma un micrófono y una vez más hace gala de su sentido del humor.

Todo se convierte en un ingenioso monólogo en el que Arrabal habla de su concepción del teatro, entre bromas y alusiones a los grandes maestros de la dramaturgia, donde los clásicos griegos siguen siendo protagonistas. "El teatro no es una carrera de relevos. Yo podría haber escrito Edipo y Sófocles podría haber escrito cualquiera de mis obras", dice el autor. Habla de la poca importancia que parece tener el teatro hoy en día: "Incluso los críticos han perdido el interés, a no ser que se trate de un gran estreno, es por eso que estamos en un momento grandioso: no le debemos nada a nadie".

Arrabal hace suya una frase de Pirandello: "La imaginación es el arte de combinar nuestros recuerdos, incluyendo nuestros sueños y nuestras pesadillas" y asegura, para quien pide influencias prestigiosas, que "La parisiense que más me ha influido es mi portera: una portuguesa enamorada de la verdad".

La "noche Arrabalera" como al propio autor la definió, termina cuando éste arroja al público unas postales en las que se puede ver un croquis del pintor Andrés Ona, que toma como base el cuadro de Max Ernst Au rendez-vous des amis (1922), donde aparecen los que serán los genios del surrealismo, en una especie de visión premonitoria, antes de su reconocimiento por parte del gran público. Así, trascendente, Arrabal tiene una propuesta: "Debería haber un Premio Nobel del teatro, de la filosofía, del ajedrez y de las matemáticas". El público, que fue suyo desde el comienzo, acompaña.

Fuente: Clarín

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