martes, 30 de octubre de 2007

Expertos califican como "penoso" el estado de las esculturas platenses

Nos preocupa el estado penoso en el que están las esculturas de La Plata', aseveró, durante una conferencia que brindó en la sede de una ONG local, el especialista en arte que releva desde hace años el patrimonio monumental platense.

De acuerdo al pormenorizado estudio que realizó, son alrededor de 150 las piezas que se exhiben en distintos espacios públicos y muy pocas se mantienen en buenas condiciones. 'En esta ciudad el grado de deterioro de estas obras es particularmente terrible -puntualizó el experto-; tanto que ese nivel de daño no se ve en ningún otro lado'.

Según comenta El Día, Ricardo González es licenciado en arte, con maestrías y doctorados en Suecia y México, profesor en facultades de la UNLP y de la UBA y responsable del programa de catalogación del patrimonio escultórico de esta ciudad. 'Hoja de Tilo', una asociación civil que se dedica a indagar e intentar dar respuestas a temas de interés de los vecinos e instituciones platenses, lo invitó a dar una charla sobre la historia de la ornamentación urbana y el estado actual de las obras que componen ese patrimonio artístico.

A través de la reseña histórica presentada por González se advierte que cada estatua, cada monumento que se emplazó en La Plata tuvo su sentido, y en particular lo tuvieron aquellas obras concebidas en los albores de la Ciudad, cuando Dardo Rocha y sus colaboradores proyectaban un centro urbano acorde a la ideología predominante del momento y a la expectativa política que generaba el nacimiento de una capital.

La primera tanda de piezas se encargó a escultores italianos y franceses entre 1882 y 1920. Eran en su mayoría personificaciones que representaban los ideales de finales del siglo XIX y principios del XX y símbolos vinculados a la economía y el desarrollo regionales.

A partir de 1930, el arte escultórico dejó de ser importado y desde el punto de vista estético se abandonaron las alegorías para dar lugar a los homenajes a los próceres. Es así que entre esa década y mediados de los '70 se construyeron los monumentos a Dardo Rocha (1934), Mitre (1942), Almirante Brown (1955) y Belgrano (1971). Luego, desde los años 70 hasta estos tiempos, se dio lugar a las obras modernas, creadas, en su mayoría, por artistas locales.

Como se ve, La Plata se caracteriza por un voluminoso y muy valioso patrimonio de esculturas y monumentos. Se pueden contar numerosas piezas en mármol, metal y cemento en el Paseo del Bosque, el Parque Saavedra, el interior del Jardín Zoológico, las plazas Moreno, San Martín e Italia, y también en ramblas y plazoletas en las que alguna vez se quiso evocar con un busto a figuras destacadas de la historia, la ciencia y el humanismo. Pero la colección está, en su mayor parte, destruida, y hasta allí se ha llegado por la combinación del deterioro propio del paso del tiempo, la falta de mantenimiento y la ausencia de políticas de protección y control contra el vandalismo.

En los espacios públicos con estatuas, bustos y fuentes artísticas casi no hay obras completas y en buen estado, y en algunos casos, bienes de significativo valor artístico e histórico desaparecieron. La carencia de un programa municipal de preservación da como resultado lo que está a la vista: los monumentos están dañados, con faltantes, o pintados con graffittis, y difieren mucho de lo que fueron en su forma original.

Lo grave es que el descuido de las estatuas no cesa. Es más: los relevamientos efectuados por González determinan que el deterioro, en lugar de ser reparado, aumenta. De acuerdo a la actualización encarada por el especialista, entre 2000 y 2006 -que se sumó una decena de piezas del arte moderno a las 136 contabilizadas en el último catálogo- los monumentos están más arruinados que en la revisión anterior. 'La situación es mucho peor de lo que mostró el inventario del año 2000; hay muchas menos placas de bronce y casi todas las esculturas están pintadas', indicó el licenciado en arte.

EN EL PARQUE SAAVEDRA

El Parque Saavedra quizás sea el caso más representativo de la desidia a la que se somete -sin remedio- a los bienes patrimoniales platenses. En esas 8 hectáreas, delimitadas por las calles 12 y 14 y 64 y 68, en la que los fundadores de la Ciudad crearon en 1901 un espacio verde estratégicamente localizado, diseñado con una variada colección forestal y ornamentado con monumentos esculpidos por consagrados artistas plásticos de las primeras décadas del siglo pasado, el descuido y la falta de mantenimiento llevaron al deslucimiento de todas las piezas escultóricas.

Los monumentos de Cornelio Saavedra (realizado por Pietro Costa, escultor italiano a quien se le encargó muchas de las primeras esculturas localizadas en La Plata), El Niño y el Delfín, Consuelo de la Esperanza, Los Querubines, la Ganadería y Alfonsina Storni, muestran los signos del abandono. Ni hablar de las obras de arte faltantes, como La Mujer del Cántaro, que tenía una ánfora de la que salía agua, y el busto de la figura de un indio. Ambos desaparecieron para siempre.

Incansable en su lucha por la revalorización del espacio verde más importante de su barrio, Joaquín Galán, desde la Asociación Amigos del Parque Saavedra -conformada por un grupo de vecinos que trabaja para la recuperación del tradicional espacio- insiste desde hace años, a través de la columna de este diario donde se refleja la opinión de los lectores, en remarcar la ausencia de una política comunal que produzca primero las mejoras necesarias en el paseo y luego se ocupe de mantener su patrimonio.

Fuente: (Platenses.com), ultimasnoticias

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