jueves, 7 de noviembre de 2002

Rescatable ejercicio de aprendizaje

"Casi ángeles" (Argentina/2001). Dirección y guión: Vanessa Erfurth, Carolina Suárez, Mario Borgna, Manuel Tello y Leonel Compagnet. Con Francisco Puchetta, Julio Chiesa, Adriana Pérez, Gustavo Vallejos, Luis Rende, Víctor Laplace, Sergio Poves Campos y otros. Fotografía: Andrés Senderowicz, Néstor Cattarin y Gabriel Perosino. Música: Mono Cieza. Montaje: Ana Poliak. Duración: 90 minutos.

Nuestra opinión: regular.

El nuevo cine argentino, que involucra a realizadores exitosos y ya premiados internacionalmente, transita por caminos menos mediáticos. Uno de ellos se apoya en obras realizadas por egresados de escuelas de cine, semillero de directores, actores, actrices y técnicos que mucho pueden aportar a esta eclosión del séptimo arte local. Esta vez fueron los egresados de la carrera de cine de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Plata los que se lanzaron al largometraje. Cinco realizadores rodaron un igual número de historias que, sin un hilo conductor común, reflejan el amor, la violencia, la marginalidad y las paradojas de sus protagonistas en la ciudad platense.

"Cacería", la primera de ellas, fue dirigida por Vanessa Erfurth. Trata de un niño que sufre el suicidio de su padre y arrastra el deseo de vengarse. En "Juego de palabras", de Carolina Suárez, un joven marginal, en clave de comedia y patetismo, elabora con un amigo una broma sobre el amor que, cíclicamente, se renovará en otras vidas. "Perdidos", episodio dirigido por Mario Borgna, retrata a un muchacho que se cree capaz de engañar a la policía con un plan que no prospera y que queda como recuerdos que se mezclan con el presente.

"El potrero de Yayo", de Manuel Tello, habla de fútbol, el barrio y un romance primaveral con un protagonista que resume la magia y la inocencia, en tanto que "Con cariño... María José", de Leonel Compagnet, es una trama de engaños en un mundo aburrido y sin esperanzas de futuro.

Hay en estas cinco historias el denominador común de la ternura, de la gracia casi provinciana y de las ilusiones juveniles. Y el deseo de realizar un cine cuya temática sus responsables sueñan con incorporar a las obras producidas en las grandes ciudades. El esfuerzo es enorme y debe ser tenido en cuenta por distribuidores y exhibidores.

"Casi ángeles" es uno de los primeros pasos en este sentido. Si bien los cinco episodios carecen aún de maduración y de sentido poético, sus responsables no deben bajar los brazos y deben continuar ejerciendo su oficio con el siempre invalorable apoyo del estudio y del esfuerzo mancomunado.

Apoyar esta singular aventura es útil y necesario, como también lo es expresar que "Casi ángeles" puede considerarse un ejercicio de aprendizaje que, tanto en lo técnico como en lo actoral, debe fructificar a través de la pasión y de la energía de los responsables de este film sencillo y parejo en sus deficiencias y en sus hallazgos.

Adolfo C. Martínez
Fuente: LA NACION

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