jueves, 3 de diciembre de 1998

"Eterna": el deseo de anular la muerte


Jorge Caballero, Pollo Canevaro y Ernesto Meza - Fotografía: Enzo Brutti

Por Irene Bianchi

"ETERNA", basada en la novela "La ciudad ausente", de Ricardo Piglia. Actores: José "Pollo" Canevaro, Julieta Vallina, Jorge Caballero, Eugenia Milani y Ernesto Meza.
"La ciudad ausente" (Seix Barral, 1995) -segunda novela de Ricardo Piglia- es un apasionante relato de estructura circular que introduce al lector en un intrincado laberinto del que le costará salir. Una historia que contiene muchas otras, historias que se reproducen y se distorsionan en un interminable juego de espejos. Historias de amor y muerte, de conspiraciones y asesinatos, de espías y agentes dobles, de cuchilleros y torturadores, de náugragos y sobrevivientes, de refugiados y centroeuropeos y de crotos argentinos, de perseguidos políticos y sádicos torturadores. Es una novela policial, de ciencia ficción, política, histórica y romántica a la vez.
La inspiración borgiana salta a la vista: el Otro como tema ("Todos fingen y son otros", "Cada uno fingia ser una persona distinta"); el cuestionamiento del valor del lenguaje; las infinitas posibles versiones apócrifas de un mismo reato; relato; realidad versus apariencia; el misterioso país de los sueños; el enigm del tiempo, la eternidad de la memoria.
Cuenta el escritor que cuando Macedonio Fernández pierde a su mujer, Elena Obieta, "todo lo que hizo desde entonces (y ante todo la máquina) estuvo destinado a hacerla presente. Ella era la Eterna, el río del relato, la voz interminable que mantenía vivo el recuerdo. Nunca aceptó que la había perdido. En eso fue como Dante y como Dante construyó un mundo para vivir con ella...
No podía soportar que ella, muerta, pudiera recordarlo y estuviea triste al verlo solo. Pensaba en la memoria que persiste cuando el cuerpo se ha ido y en los nudos blancos que siguen vivos mientras la carne se disgrega. Grabada en los huesos del cráneo, las formas invisibles del lenguaje del amor siguen vivas y quizás es posible reconstruirlas y volver vivas y quizás es posible reconstruirlas y volver viva la memoria, como quien puntea la guitarra una música escrita en el aire. Esa tarde concibió la idea de entrar en el recuerdo y de quedarse allí, en el recuerdo de ella. Porque la máquina es el recuerdo de Elena, es el relato que vuelve eterno como el río".
Así como Piglia hace gala de una notable audacia narrativa, -no menos audaz resulta la versión teatral de Laura Valencia, que logra captar la esencia de la novela, plasmándola en un lenguaje visual y sonoro e alto impacto. El ritmo de la puesta es vertiginoso. Jugando con unos pocos elemetos; les asigna distintas funciones, transformándolas mágimente según la escena (es particularmente ingenioso la versatilidad del viejo ropero). Salpica el clima siniestro imperante con unas oportunas pinceladas de humor. La acertada puesta de luces y la sugestiva musicalización generan la atmósfera ominosa que reclama el texto.
Los actores se multiplican en diferentes roles con profunda intensidad y rigurosa precisión. La homogénea y dinámica labor de equipo se destaca sobre los trabajos individuales.

"ETERNA: Original concepción escénica de una historia fascinante.
Fuente: Diario El Día

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