miércoles, 3 de marzo de 2010

Si eres iraní, tu arte debe ser un arma política'

Shirin Neshat. | Antonio Heredia

Los días 3 y 4 de Marzo el Museo Reina Sofia proyectará 'Women without men'. Ganó el premio a la Mejor Dirección en la Mostra de Venecia del año pasado

José Fajardo | Madrid

En 'Women without men' cinco mujeres luchan por sobrevivir en una sociedad asfixiante, que las ahoga con imposiciones religiosas, sexuales y morales. Con este punto de partida, ambientado en la historia reciente de Irán, Shirin Neshat ganó el premio a la Mejor Dirección en la Mostra de Venecia del año pasado.

Este miércoles será la primera vez que se pueda ver esta película en pantalla grande en España, gracias a su emisión en el Museo Reina Sofía, que también la proyectará el jueves. Ambas sesiones son a las 19.30 horas.

Su estreno coincide con la detención en Irán este lunes de Jafar Panahi, otro director iraní especialmente crítico con el régimen de su país, que ganó el León de Oro en Venecia con El círculo (2000). Al igual que éste, Shirin Neshat ha plasmado su desacuerdo con el gobierno de Mahmud Ahmadineyad tanto en su trabajo como en sus apariciones públicas. El año pasado hizo una huelga de tres días frente al edificio de Naciones Unidos en Nueva York como protesta por las últimas elecciones en Irán y "la pasividad de Occidente".

De hecho, la artista afirma que una de las razones que la impulsó a dar el salto al cine fue la de poder llegar a una mayor audiencia. "Todos mis personajes representan una extensión de mi dolor, del sufrimiento de pertenecer a un país que ha cometido tantas atrocidades", explicaba la artista durante la presentación de una exposición sobre su obra en la galería madrileña La Fábrica, que se puede visitar hasta el 31 de marzo.

Esta muestra recoge Faezeh, un cortometraje de 12 minutos basado en la novela Women without men (en la que también se inspira la película) de Shahrnush Parsipur, que está prohibida en Irán.

"Si eres iraní, tu arte debe ser un arma política. Soy una activista desde el momento en que el Gobierno de Ahmadineyad me pone trabas para volver a mi país. Cuando una población vive en la represión, la política forma parte de tu vida diaria". La autora de las piezas Turbulence y Rapture (Premio Bienal de Venecia en 1999) no se considera feminista, pero reconoce que su arte "habla de la realidad a través de los ojos de una mujer".

La vida de Neshat recuerda a la de la rebelde protagonista de Persépolis, el cómic de su compatriota Marjane Satrapi, que alcanzó tal éxito que se convirtió en película. Ambas tuvieron que escapar de Irán, después de que la revolución de 1979 se tradujera en una restricción de las libertades, en especial para la mujer, que quedó escondida tras el velo negro.

Precisamente, los primeros trabajos de la artista consistían en juegos de imágenes que mostraban a jóvenes iraníes cubiertas con el velo. Quizá el gran valor del trabajo de Neshat radica en su capacidad para hablar de la mujer musulmana desde la distancia que le otorga vivir en Occidente. "Hablo sobre Irán con un lenguaje universal", asegura ella.

Otra de las obsesiones recurrentes en el trabajo de la iraní es el dolor y la violencia. "El mundo actual está dominado por un horror político y sexual del que nadie puede escapar. La violencia está impregnada en todos nosotros y el sufrimiento marca nuestras relaciones personales".

No obstante, en 'Woman without men' Neshat habla de mujeres que han sufrido todo tipo de vejaciones, como una muchacha religiosa que aspira a casarse con un hombre bueno, pero sufre una violación y toda su moralidad se derrumba entre lágrimas y frustración.

Las referencias sexuales también son constantes en la obra de Shirin Neshat. En 'Games of Desire' (un juego de fotografías que también puede verse en La Fábrica) la artista se inspira en un antiguo ritual de seducción de Laos. La iraní utiliza estos lujuriosos cánticos, que ya sólo practican los ancianos, para construir una metáfora sobre la libertad sexual.

"Laos es igual que Irán, en el sentido de que allí sufrieron un régimen comunista. El poder político te dice que no debes pensar cosas feas, te impide disfrutar de tu cuerpo y te hace creer que acostarte con la persona a la que deseas es algo asqueroso. Con este trabajo, en el que hombres y mujeres de casi 80 años hablan de sexo sin tapujos, he querido criticar la horrorosa opresión del poder", asegura la artista.

Fuente: El Mundo


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