viernes, 19 de febrero de 2010

Se inauguró Arco, la feria de arte que da pelea a la crisis

Aerohabitación, en el stand de la galería Santaella Foto:EFE

Es la 29a. edición, en un año difícil para España

En Madrid, 227 galerías muestran sus obras; el país está presente con espacios y artistas

Alicia de Arteaga
Enviada especial

Los príncipes de Asturias inauguraron ayer al mediodía la 29ª edición de Arco, la feria de arte contemporáneo de Madrid, con menos público, menos galerías y la radiante sonrisa de doña Letizia, decidida a suceder a la reina Sofía en su rol de patrona de las artes.

La vasca Lourdes Fernández, desde hace tres años directora de la feria, se ha visto en figurillas para enfrentar una doble crisis: la económica, que sacude a España con índices de desempleo de pánico, y la interna, provocada por el enfrentamiento de las galerías con la organización del predio ferial Ifema, que hizo sentir su cuota de poder en la persona de su presidente, Luis Eduardo Cortés. El tema de fondo es un punto sensible de toda feria: el comité de admisión, quién o quiénes deciden y por qué, quién entra y quién se queda afuera.

La donostiarra ha ganado la batalla. Serán las galerías las únicas voces autorizadas, como ha sido siempre. Y el cascabel al gato lo ha puesto el alcalde Alberto Ruiz Gallardón, quien anoche, en la recepción de bienvenida ofrecida por la comuna de Madrid, ha brindado todo su apoyo a Fernández.

Quince veces en su discurso se escucharon las palabras "compromiso y agradecimiento". Gallardón, que tiene las maletas listas para partir a Buenos Aires y reunirse con el jefe de gobierno, Mauricio Macri, repitió cuánto le debe Madrid a Arco, "que abrió los ojos a lo nuevo, privilegió el talento y ayudó a comprender qué era el arte contemporáneo. Jamás la política condicionará el discurso cultural".

El ojo en Iberoamérica

Pasada la crisis, queda la oportunidad. Lourdes Fernández ?lo dijo a La Nacion? piensa que "la personalidad de Arco debe estar asociada necesariamente con Iberoamérica". Lo que no dijo fue cuál será la estrategia para recuperar el terreno ganado por Art Basel Miami Beach en el mercado latino.

En esta edición, que cierra el domingo, Arco ha encontrado un formato más a tono con la crisis, aunque sigue siendo una feria de gran formato. "Tal vez ?opina la galerista Elba Benítez? no debería haber más de 150 galerías, en lugar de las actuales 227." Estar en Arco cuesta 60.000 euros; para que las cuentas cierren hay que vender por 150.000, según dice Pepe Martínez, de Espacio Mínimo, que comenzó hace 16 años en Murcia con una galería de 12 metros cuadrados.

La medida de este Arco 2010 es la sensatez. No hay cuadros de Bacon por 23 millones de dólares. El tope se lo lleva un Botero playero de un millón, que exhibe la Marlbourgh; un Bacon de US$ 1,6 millones en Edward Tyler, y un Miró de 600.000 euros, que tiene en su stand Leandro Navarro.

La feria abrió con polémica: la escultura Escalera al cielo, de Eugenio Merino, que muestra a un musulmán, un católico y un judío orando, uno encima del otro, fue la primera obra vendida, a un coleccionista belga que pagó 50.000 euros por ella, mientras la embajada de Israel en España se quejaba de viva voz.

La presencia argentina se reduce a la propuesta de la galería Jorge Mara, con obras de Ferrari, Fernández Muro, Michaux, Sarah Grilo y Blanca Muñoz, entre otros, más los bellos arabescos de Eduardo Stupía, que llegan precedidos del éxito de su muestra en el IVAM de Valencia. Mara sabe colocar la vara de los precios en la altura justa, además de conocer el mercado local por haber sido por años un galerista madrileño. Orly Benzacar está en la sección Solo Projects, con un trabajo agobiante por su tamaño y mensaje de la argentina Judith Werthein, joven prodigiosa que ha imaginado este elefante hecho en China e inflado con aire de Arco como una metáfora de la realidad.

La obra de Liliana Porter está presente en galerías españolas, celebrada con puntos rojos de venta, y León Ferrari tiene muchas vidrieras en la feria: Polígrafa vende sus dibujos de pequeño formato en 1000 euros ("más el marco") y Dan ofrece una de sus esculturas de filigranas metálicas por 500.000 euros.

Una línea para la buena idea de las galerías paulistas Casa Triángulo, Luciana Brito y Leme, reunidas para potenciar su oferta que tiene en las obras de Sandra Cinto (48.000 euros) y Nelson Ochoa (65.000), dos de las imágenes más atractivas.

Este año, la invitada es la ciudad de Los Angeles con una selección de 17 galerías. Los paisajes de Ed Rushka, los retratos de Hockney y la influencia visible de la escuela Cal Arts se registra en este panorama mezcla de paisaje del oeste, glamour hollywoodense y cultura mestiza. Tal vez en próximas ediciones, Arco deba mirar al Sur, donde hablamos el mismo idioma.

Fuente: La Nación

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